Seguro que, en algún momento, has escuchado que las tortugas pertenecen a uno de los linajes más antiguos de vertebrados terrestres, mientras que los hámsteres aparecieron solo hace unos tres millones de años. Así arranca Cósima Ramírez su último vídeo para Mascotario, reivindicando la historia de estos animales.
La ciencia cuenta que los reptiles con caparazón aparecieron hace unos 220 millones de años, durante el periodo Triásico. "Pertenecen al orden Testudines, caracterizado por su caparazón óseo, una adaptación evolutiva única que protege sus órganos internos", afirma Cósima.
Estos animales longevos habitan diversos entornos de la Tierra con movimientos lentos, son ovíparos y pueden vivir más de 100 años. Carecen de dientes, pero tienen una boca con un pico afilado.
Se han adaptado a hábitats marinos, fluviales y terrestres y han sobrevivido a extinciones masivas gracias a una combinación de factores evolutivos que les han permitido resistir cambios ambientales y amenazas muy distintos.
Emblemas de paciencia
Las tortugas, afirma Cósima, "nunca han sido domesticadas en sentido estricto, sino mantenidas en cautiverio por su simbolismo, como emblemas de paciencia y estabilidad". De hecho, distintas mitologías, como la hindú y la maya, imaginan al mundo entero sostenido sobre su caparazón.
Por otro lado, Cósima nos habla también de los hámsteres, otros animales profundamente ligados a la historia reciente de las mascotas. "Pertenecen a la familia de los cricétidos", explica. "Son pequeños roedores adaptados a los ambientes áridos de Eurasia y Oriente Medio".
Un linaje reciente
A diferencia de las tortugas, su linaje es mucho más reciente: los primeros hámsteres aparecieron hace unos tres millones de años, durante el Pleistoceno, y desarrollaron una anatomía especializada para la vida subterránea.
De hecho, tienen bolsas en las mejillas para almacenar alimentos y patas excavadoras para construir madrigueras. Viven en complejos sistemas de túneles subterráneos que cavan en zonas de estepa y praderas, donde se refugian, duermen, crían y guardan comida.
Siria, 1930
"El hámster dorado sirio fue domesticado en 1930, cuando se capturó una familia de ejemplares en los alrededores de Alepo", cuenta Cósima.
Fue el zoólogo Israel Aharoni quien cogió a una hembra y a 11 de sus crías en Siria y los llevó a un laboratorio en Jerusalén, marcando el inicio del linaje de los hámsteres domésticos.
"Desde entonces, su naturaleza dócil, su tamaño diminuto y su energía curiosa los han convertido en mascotas entrañables y muy populares". Actualmente, existen muchas especies distintas de hámster que se han ido descubriendo a lo largo de la evolución humana.
Cósima nos cuenta las historias de estos animales para mirarlos con otros ojos. Su invitación final es clara: detenerse un momento, observar a esos pequeños habitantes del terrario o de la jaula y preguntarse qué lugar ocupan, de verdad, en nuestra propia historia.
