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Poco se habla del bienestar emocional de los activistas y voluntarios que trabajan de cerca con los animales. Por esto, Fernando Sánchez Ocaña en el marco del V Congreso sobre Derechos Animales, buscó ir más allá de las labores habituales de rescate y cambio político.

El director del santuario, Salvando Peludos, referente en bienestar animal y en la gestión de centros de protección en Madrid, se enfoca en el círculo central de todo el movimiento: el bienestar emocional de los activistas y voluntarios.

Fernando cuenta que estructuró el trabajo del sector animalista en un "triángulo inspirador". Desde el bienestar directo de los animales (rescate y concienciación), hasta el trabajo social y el cambio político (liderado por la actual Dirección General de los Derechos de los Animales).

En el centro de este triángulo, sin embargo, se encuentra un círculo de activistas invisibles. "Ellas están luchando incansablemente, frustradas, muchas veces agotadas, silenciadas, sintiéndonos solas por esta causa".

La falta de autocuidado

El activista planteó una pregunta fundamental que cimienta el enfoque de su ponencia: "¿Cómo podemos proteger a los demás si no nos cuidamos nosotras mismas?" La falta de autocuidado no solo afecta a los voluntarios, sino también a los sectores profesionalizados.

"La incidencia de suicidios en el colectivo veterinario es 3,5 veces mayor que la media nacional". La falta de bienestar es la punta de un iceberg de problemas sistémicos que se pueden enfrentar desde otro ángulo.

Entre los factores que agotan al colectivo se encuentran la presión alta en un sector poco profesionalizado, están la escasez crítica de recursos (humanos, económicos, materiales) y la falta crónica de tiempo.

"Son infinitas las noches que estoy en la cama junto a mi mujer terminando el trabajo, cuando el día siguiente voy a empezar a trabajar de nuevo a las 8 de la mañana, en vez de estar prestando atención a mi familia".

La paradoja de la culpa

A esto se suma la "paradoja del cuidador": sentir culpa o vergüenza por priorizarse, miedo a fallar, y la falta de reconocimiento. En el ámbito de la protección animal, la demanda es exagerada y de inmediatez.

Además, los activistas viven en un duelo permanente debido a la exposición continua a la pérdida. "El autocuidado es un acto consciente de atención a las necesidades físicas y emocionales, que se debe practicar desde lo sencillo, el descanso, la alimentación y la respiración consciente".

Para concluir, Fernando recomienda fervientemente la práctica de la Comunicación No Violenta (CNV), que ayuda a relacionarte con los demás sin juicio ni exigencia. Esta estrategia transformó una tensión con un ayuntamiento.

En lugar de criticar en redes, el colectivo felicitó al consistorio por su trabajo. "Tuvieron más de 60 reseñas positivas y al día siguiente el alcalde me llamó, me dice, '¿Qué habéis hecho?'", termina satisfecho.