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En julio de 1960, Jane Goodall, una chica inglesa de 26 años, se embarcó en una aventura notable. Esta era la vida que siempre había deseado. Por seguir sus pasiones, con determinación y curiosidad, se convirtió en una científica de renombre mundial.

"Tengo que usar este poder para ayudar a las criaturas que me han puesto aquí", afirma en una entrevista. Lo que comenzó fue una lucha global que ha inspirado científicos y activistas, hasta su 90 cumpleaños, cuando Jane finalmente se retiró.

"Ese día fui recibida en la playa del Carmen, en California, por 90 perros", cuenta emocionada Jane Goodall. Solo unos meses antes de su muerte, apareció en el podcast Caller Daddy de Alex Cooper, donde reflexionó sobre su hito de los 90 cumpleaños.

Aunque muchos esperaban que celebrara de una manera grandiosa o formal, Goodall compartió un recuerdo que reflejaba perfectamente su profundo amor por los animales y la naturaleza. Ese 23 de marzo no fue un espectáculo planificado, sino más bien una reunión organizada en una sección de la playa donde se permite soltar a las mascotas.

Un saludo de 90 perros

El evento fue organizado por Wildlife Conservation Network y lo llamaron "saludo de 90 perros", un homenaje lúdico, pero significativo a una mujer que pasó su vida defendiendo a los animales y a la naturaleza.

Los dueños de la comunidad trajeron a los perros, creando un momento inolvidable. Más de 90 peludos corrían alegremente a su alrededor. "Empezó a llover solo para que el cielo se despejara. Fue un día mágico".

La científica recuerda esa foto, sentada con los perros y sus dueños frente al océano: "La atesoraré para siempre". Y es así como nosotras también queremos recordarla. Rodeada de sus animales, en lucha para una vida más libre, mirándoles el alma.

Incluso a los 90 años, Goodall vivió un estilo de vida increíblemente activo. "Viajo 300 días al año o más", cuenta en una entrevista disponible en YouTube. Asistía a eventos, daba discursos y continuaba su misión para difundir la conciencia sobre el medio ambiente, la conservación y la importancia de la esperanza a través de la acción.

Su animal favorito

En sus últimos meses, se mantuvo dedicada a su trabajo, recordando al mundo que incluso las pequeñas acciones pueden marcar la diferencia. "No puedo evitar comprender cómo todo está interconectado".

La vida de la Dra. Jane Goodall estuvo llena de descubrimientos, defensa y amor por los animales de todo tipo. Su recuerdo de celebrar su 90 cumpleaños con 90 perros es solo un vistazo a su calidez, su alegría y su forma única de conectarse con el mundo que la rodea.

La etóloga se pasó años estudiando los chimpancés en el Parque Nacional Gombe en Tanzania. "Aunque todos piensan que mi animal favorito es el chimpancé, no es verdad. Esos monos se parecen tanto a las personas y algunos no son tan agradables", contó en una entrevista en YouTube.

Y añade: "Mi animal favorito es el perro. Me han enseñado tanto. Son muy fieles, dan amor incondicional y no me gusta pensar en un mundo sin ellos". Aunque en sus últimos años no pudo tener mascota porque viajaba por todo el mundo, contaba que siempre intentaba conseguir "dosis de perro" cada vez que se encuentra con uno.

Rusty

"Incluso ahora, 70 años después, todavía extraño a Rusty", confesó. Lo adoptó cuando era niña en Inglaterra y vivió con ella durante casi 20 años. Fue su primer maestro, le enseñó antes que ningún otro ser vivo que los animales no son simples autómatas, sino seres con sentimientos y conciencia. 

En entrevistas y discursos, Goodall aclara que su pasión por los animales no surgió de sus famosos estudios con chimpancés, sino de su infancia en compañía de Rusty y otros animales domésticos. A través de su relación con Rusty, la científica desarrolló una conexión y un respeto profundo por todos los seres vivos, lo que luego aplicó en su investigación científica.