"En Holanda hoy es extraordinariamente infrecuente ver perros en situación de calle y las colonias felinas se gestionan con protocolos públicos y entidades colaboradoras", afirma el abogado animalista de Aboganimal Eloi Sarrió en una entrevista con Mascotario.
No es casualidad: el país ha cerrado el grifo del abandono. "La clave ha sido identificar a todos los animales, aplicar la gestión ética de colonias felinas y hacer rastreable cada compraventa, cría o importación", menciona.
Por esto, nos preguntamos: ¿qué le falta a España para conseguir lo mismo? "Realmente, la normativa que hay en Países Bajos no es tan diferente de la que hay en España", responde.
El abogado explica que no van mucho más avanzados que nosotros a nivel de leyes. Incluso van más atrasados en algunas. Por ejemplo, allí todavía no es obligatorio ponerle el chip a los gatos. Se prevé que lo será el año que viene, pero no se exige aún.
En España sí. "La diferencia es que ellos aplican las leyes". Hacer normativas es una parte pequeña, lo más importante es contar con la implicación de las administraciones, autoridades, policía local y destinar un presupuesto para conseguir esos fines.
El punto de inflexión
En los canes, el punto de inflexión llegó en 2013 con el microchip y registro obligatorios. Reforzado, nuevamente, en 2021 con el pasaporte europeo y la obligación de identificación en cada transferencia.
El resultado fueron menos "perros anónimos", más devoluciones a sus familias y menos calle. "En Holanda, la tasa canina es municipal está en retroceso; no es la causa del éxito".
Eloi Sarrió, abogado en "Aboganimal".
En felinos, los Países Bajos han usado durante años programas municipales de captura-esterilización-retorno y cuidados (CER/TNR). "Es un plan a medio y largo plazo, pero si le pones el presupuesto adecuado durante todo el año, funciona".
Ahora dan el salto decisivo: chip y registro obligatorios a partir de 2026. "Estas medidas, anunciada por el Gobierno, sirven para reducir pérdidas y abandonos y acelerar los retornos".
Línea 144
También la respuesta institucional es ágil. "Tienen una mano firme ante el maltrato y el abandono". En Holanda, existe la línea 144 "Red een dier" para estas cuestiones y unidades policiales especializadas que coordinan denuncias con inspectores, veterinarios y fiscalía.
El sistema facilita la actuación preventiva, para evitar que un caso de negligencia se convierta en delito.
A la par, Países Bajos limita la cría con rasgos dañinos (braquicéfalos extremos) y exige números de operadores (UBN) para criadores e importadores, incluso con camadas puntuales.
Se ataja así la cría oportunista que alimenta el abandono y se limpia el mercado, también en plataformas online. "El secreto neerlandés es simple, se basa en la trazabilidad y aplicar las normas. Cuando cada perro o gato tiene ‘DNI’, abandonar sale caro y no compensa", afirma Sarrió.
El detalle que marca la diferencia
En Países Bajos no hay un debate político permanente sobre estas medidas: simplemente se acatan y se ejecutan, porque los resultados positivos repercuten en toda la sociedad.
"En España, por el contrario, la polarización entre partidos lamentablemente ha bloqueado o ralentizado la aplicación efectiva de la Ley 7/23". El espíritu y las herramientas de esta norma se parecen mucho a las que han triunfado en el norte de Europa.
Sin embargo, aquí no hemos podido comprobar su eficacia real. "No debería ser un tema ideológico, aunque algunos así lo consideran". La Ley 7/23 dispone incluso de medidas más avanzadas que las de Países Bajos.
Pero aún no ha implantado una trazabilidad tan cerrada ni un canal único de denuncia con capacidad real de coordinación y respuesta en todo el territorio. Tampoco existe ningún mecanismo administrativo con carácter vinculante que supervise el cumplimiento del C.E.R. ni del resto de políticas de protección animal por parte de las Entidades Locales.
"Si copiamos estas tres cosas, trazabilidad total, canal único de denuncias tipo 144 y C.E.R. supervisado, con métricas, en cinco años veremos la calle sin perros y las colonias felinas estabilizadas, como en Países Bajos, afirma el abogado. No hace falta inventar nada; solo hace falta aplicar la ley".
Las tres medidas
Medidas decisivas que España puede adoptar ya:
- Trazabilidad total (perros y gatos): microchip y registro obligatorios con alta/ baja y cesiones trazadas por profesionales habilitados; pasaporte sanitario y verificación automatizada. Controles periódicos de su cumplimiento.
- Canal único de denuncia con protocolos y tiempos; coordinación policía-veterinarios-inspección-protectoras, al estilo del 144 neerlandés (Cuerpo especializado de Policía Animal) para evitar los conflictos de competencias entre Policía Local y Guardia Civil.
- C.E.R. con métricas: financiación estable, objetivos y prioridades por municipios y obligación de poner un chip y esterilizar todos los gatos, cerrando el círculo.
Si un ayuntamiento financia el CER de forma consistente, con objetivos medibles, esteriliza cada gato comunitario y exige una tenencia responsable, los números bajan.
"Lo que importa es la trazabilidad, la concienciación y el cumplimiento de las normas. Eso que aún nos falta en España", concluye.
