Con la llegada del otoño, es habitual notar que tu perro deja más pelo de lo normal en sofás, suelos o ropa. Este fenómeno, conocido como muda otoñal, es un proceso fisiológico completamente natural.
La peluquera y formadora canina Sonia Cozar explica que la muda otoñal no debe ser motivo de preocupación. "Los perros mudan el pelo porque su organismo responde a los cambios de luz y de temperatura", señala.
"Es un proceso fisiológico mediante el cual sustituyen el pelaje viejo por uno nuevo, más adaptado al invierno. Lejos de ser un problema, en realidad es una señal de que su cuerpo funciona correctamente".
Los perros se desprenden del pelaje ligero del verano para dar paso a uno más denso, capaz de protegerlos frente al frío. Aunque pueda resultar incómodo para la convivencia, es, en realidad, un signo de buena salud.
Significa que el organismo de tu mascota está respondiendo de forma adecuada al cambio de estación. Sin embargo, es importante conocer en qué situaciones la pérdida de pelo es normal y cuándo puede estar asociada a problemas de salud.
¿Por qué cambian de pelo?
La renovación del pelaje en los perros forma parte de su ciclo vital, influenciado tanto por factores internos (como las hormonas) como por factores externos (temperatura y cantidad de luz solar). De esta manera, el manto se adapta a las condiciones climáticas: abriga mejor en invierno y resulta más fresco en verano.
El ciclo de crecimiento del pelo canino pasa por distintas fases:
Anágena: el pelo crece activamente.
Catágena: el crecimiento se detiene.
Telógena: el pelo entra en reposo.
Exógena: el pelo se desprende para dar paso a uno nuevo.
La duración de cada etapa depende de factores como la raza, el tipo de pelo y las condiciones del entorno.
Picores o enrojecimiento
Muchas veces, los dueños de perros se alarman al ver grandes cantidades de pelo en casa, pero la especialista insiste en que casi nunca se trata de un motivo grave. "Solo debería preocuparnos si la caída viene acompañada de picores, enrojecimiento o calvas. En ese caso, lo recomendable es acudir al veterinario para descartar posibles alergias o problemas de piel".
El cepillado regular es la herramienta más eficaz para controlar la caída y mantener el pelaje en buen estado. Además, conviene complementar esta rutina con un baño utilizando champús específicos, un buen acondicionador y, si es necesario, algún sérum hidratante como el de argán, que aporta ácidos grasos esenciales.
"Una dieta equilibrada, reforzada con omega-3, contribuye a que la piel y el pelo se mantengan fuertes y saludables", rotunda Cozar.
Las diferentes razas
Algunas razas, especialmente las de doble capa, experimentan mudas más pronunciadas porque necesitan reorganizar tanto su capa protectora externa como la interna aislante. Es el caso del pastor alemán, labrador retriever, husky siberiano, golden retriever o samoyedo.
En el lado contrario se encuentran los perros cuyo pelo crece de forma continua y no se renueva tanto, por lo que apenas sueltan pelo. Popularmente, se les considera hipoalergénicos, aunque no lo son en sentido estricto.
Ejemplos de este grupo son el caniche, bichón frisé, schnauzer, perro de agua, yorkshire terrier o maltés, que requieren menos limpieza en casa, pero más visitas a la peluquería canina para recortar y mantener el pelo en buen estado.
Pelo corto vs. pelo largo
Los canes de pelos cortos, como el bóxer o el dálmata, aunque pueda parecer que sueltan menos, también atraviesan mudas, por lo que necesitan cepillados frecuentes que eliminen el pelo viejo y repartan los aceites naturales de la piel.
Mientras que los perros de pelo largo, como el lhasa apso o el shih tzu, pese a lo que pueda creerse, no pierden tanto pelo. Pero, requieren cepillados regulares para evitar nudos, detectar parásitos o irritaciones y mantener la piel sana.
La muda puede prolongarse varias semanas y su intensidad depende de factores como la raza y el tipo de pelo. "Las razas de doble capa, como los huskys o los pastores alemanes, suelen tener mudas más largas y visibles. En cualquier caso, solemos ver esta renovación de forma más marcada dos veces al año: en primavera y en otoño".
