Publicada

La estadounidense Venus se ha convertido en la representante más famosa de los llamados gatos quimera. Su rostro, dividido de forma casi perfecta en un lado negro con un ojo verde y otro naranja con un ojo azul, la hizo viral en redes sociales y despertó la curiosidad del mundo entero.

Aunque muchos pensaron que se trataba de un montaje fotográfico, la ciencia confirma que se trata de un fenómeno real. Es un acontecimiento biológico tan inusual como fascinante.

Los gatos quimera intrigan porque parecen salidos de una obra de arte natural. Sus caras, partidas en dos colores radicalmente diferentes, generan la impresión de estar formados por mitades de gatos distintos. Y, en cierto modo, es así.

"Estos felinos se distinguen porque medio cuerpo lo tienen de un gato y medio de otro", explica Manuel Manzano, veterinario y DEA por la Universidad de Zaragoza.

"Además, casualmente, por la línea central, un lado no es simétrico al otro". Son el sorprendente resultado de la unión de dos individuos en uno solo.

Fusión de dos

El quimerismo no es algo anómalo, sino un fenómeno curioso pero natural. Un gato quimera es aquel que porta dos conjuntos de ADN distintos en su organismo. Esto ocurre porque el animal resulta de la fusión de dos embriones distintos en las primeras fases del desarrollo.

El resultado es un solo felino con células de dos individuos diferentes. Esto explica la marcada división cromática en su pelaje, sobre todo en la cara, pero también en otras zonas del cuerpo.

Lo que más suele llamar la atención de estos animales es el contraste en su cara: una mitad negra, la otra naranja o gris, casi como si llevasen una máscara perfecta. Esta peculiaridad convierte a los gatos quimera en virales en redes sociales.

Sus fotografías parecen retocadas digitalmente. Sin embargo, no se trata únicamente de estética: es la huella visible de un proceso biológico único.

Además de su pelaje dividido, estos gatos suelen tener heterocromía ocular. Es decir, un ojo de cada color. Aun así, el veterinario matiza que "no todos los gatos así proceden de la fusión de dos embriones".

Se trata, más bien, de una característica secundaria que en ocasiones acompaña al quimerismo.

Taylor Moore

Este fenómeno no es exclusivo de los felinos. El veterinario recuerda que este fenómeno también se da en los humanos. Un caso famoso es el de la cantante y modelo inglesa Taylor Moore, descrita como "una gemela de sí misma".

Su cuerpo procede de la fusión con el cigoto de su hermana gemela durante la gestación.

En los humanos, si los dos embriones son muy diferentes, suelen producir abortos tempranos.

Un gato quimera con una parte de la cara naranja y la otra negra. Istock

Sin embargo, en el caso de Moore, al ser tan similares, pudieron desarrollarse en un mismo cuerpo. Su condición se descubrió de manera casual al analizar un lunar, pese a que ella había llevado siempre una vida perfectamente normal.

Los gatos carey

En cuanto a los gatos, el veterinario subraya también la necesidad de diferenciar a los quimera de los carey o tricolores. Estos últimos provienen de un solo embrión que no se ha fusionado con ningún otro.

"Su característica de presentar tres colores en el manto se debe a factores genéticos, y aparece casi exclusivamente en hembras". Por tanto, los carey pueden parecer tan llamativos como los quimera, pero no comparten el mismo origen biológico.

Este fenómeno nos recuerda que la naturaleza siempre encuentra maneras sorprendentes de expresarse.

Su existencia no solo despierta admiración, sino también un profundo interés científico por entender cómo ocurren estas fusiones embrionarias y qué implicaciones tienen en la diversidad genética de los animales.