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Adoptar un cachorro genera emoción y alegría, pero también implica grandes responsabilidades desde el primer día. De hecho, los especialistas coinciden en que los primeros tres meses de vida son decisivos para su desarrollo físico, emocional y social.

Cada acción que se realiza durante estos meses tiene un impacto directo en el comportamiento y bienestar futuro del perro, lo que convierte esta etapa en un momento clave donde la orientación profesional se vuelve esencial.

Precisamente, en este contexto, Laura Londoño, reconocida entrenadora y divulgadora de cuidado animal, ha compartido en su cuenta de Instagram recomendaciones fundamentales para quienes acaban de incorporar un cachorro a su hogar.

En uno de sus vídeos, la profesional enfatiza que esta etapa temprana es clave para el aprendizaje y la adaptación del animal. "Si tienes un cachorro menor a tres meses, estas son algunas cosas que no puedes olvidar", afirma, subrayando la importancia de actuar con conocimiento y constancia.

La especialista explica que los cachorros de esta edad no tienen una percepción desarrollada del miedo, lo que les permite enfrentarse a nuevas experiencias sin estrés.

Esta característica convierte los primeros meses en un período ideal para la socialización, ya que es mucho más fácil que el cachorro se acostumbre a distintos entornos, personas y otros animales. Según Londoño, "esta es la mejor edad para que se enfrente a nuevas cosas", una oportunidad que no se debe desaprovechar.

Asimismo, otro aspecto fundamental que menciona es la alimentación. Recomienda introducir al cachorro una variedad de alimentos aptos para perros, como frutas, verduras y galletas, de manera gradual y controlada.

"Esta es la mejor edad para que se habitúe a nuevos alimentos", señala. La diversidad en la dieta temprana ayuda a que el animal desarrolle un paladar amplio y evita problemas de rechazo o selectividad alimentaria en el futuro.

La salud preventiva ocupa también un lugar central en sus consejos. Durante los primeros meses, se pueden detectar a tiempo patologías cardiacas, osteomusculares o neurológicas.

Londoño insiste en la necesidad de garantizar revisiones veterinarias completas y establecer un plan de salud integral desde el inicio, que incluya vacunas, desparasitaciones y controles regulares.

Esta vigilancia temprana asegura que cualquier problema se identifique a tiempo y se trate de manera efectiva, evitando complicaciones a largo plazo.

Por lo tanto, tal y como se ha mencionado anteriormente, los primeros tres meses de vida de un cachorro representan una ventana crítica para su desarrollo integral.

Cada estímulo, cada alimento nuevo y cada revisión veterinaria contribuyen a formar un animal equilibrado, sano y sociable.