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Las claves

España lleva muchos años siendo víctima de la precariedad laboral en la mayoría de sus sectores. Por ello, cada vez es más frecuente que personas cualificadas de nuestro país decidan volar de sus casas para buscar un futuro mejor, sobre todo en lo económico. Algo que se acentúa en ciudades como Madrid.

El motivo de que la capital de España sea uno de los puntos del país más afectados por la fuga de talentos es el elevado coste de vida que hay en la ciudad. Una problemática que no para de crecer ya que todo en Madrid sube a ritmos agigantados. La vivienda, la cesta de la compra, el ocio y cualquier cosa que podamos imaginar. Menos los sueldos.

Por eso, en Madrid no llega. Y por ello, cada vez más madrileños, o personas que han estudiado en la capital, deciden hacer las maletas a países donde se sabe valorar su talento y donde abundan las oportunidades. Suiza, Alemania, Luxemburgo o Noruega son algunos de los destinos más buscados. Una situación que ha vivido en sus propias carnes Sandra Navarro.

Su caso es uno como el de tantos jóvenes que se tuvieron que marchar de Madrid porque sus condiciones laborales eran ridículas. Y puso el punto de mira en Alemania. Lo suyo era vocacional, ya que su familia tiene una extensa relación con la docencia. En casa de maestras, ella no pudo desviarse de su camino a pesar de las múltiples piedras.

Y es que obstáculos ha encontrado muchos en una travesía que primero la situó en Madrid, después en Fráncfort y más tarde en Sevilla. Sin embargo, fue en la capital de España donde se encontró la situación más dantesca, esa que le empujó a abandonar el país.

La precariedad de los profesores en Madrid

El caso de Sandra Navarro, profesora de infantil de 31 años, no es para nada aislado. Es la historia de tantos y tantos jóvenes que se ven obligados a dejar su casa para buscar, ya no un futuro mejor, sino un presente digno. Tal y como explicaba a El País, estudió la carrera universitaria de Educación Infantil en la Universidad Complutense de Madrid.

Después decidió opositar. Sin embargo, al quedarse en la primera fase, decidió movilizarse intensamente para buscar un trabajo que le permitiera tener algunos ingresos. Envió su currículum a todos los centros privados y concertados de Madrid con la esperanza de poder ponerse manos a la obra enseguida. Pero se topó con una dura realidad que la desmoralizó por completo.

Solo recibió una respuesta, la cual evidenció la precariedad que afronta en ocasiones el profesorado en la ciudad de Madrid. Aceptó un contrato que solo era de media jornada. Aunque lo peor era el salario, el cual no superaba los 500 euros. Una cifra por la que lógicamente no podía ni alquilarse una habitación.

Además, aunque no se tratara de un contrato total, sus funciones sí lo eran y es que nunca tuvo menos de 17 niños en su aula para ella sola. Una situación imposible de gobernar para una docente novel. "Las condiciones eran malísimas", explicaba. Y a su alrededor, la situación no era mucho mejor. "La que llegaba a los 1.000 euros con una jornada completa era una afortunada".

Es por ello que decidió marcharse de España. Concretamente a Alemania, donde su situación cambió por completo. Tras pasar por la ciudad de Fráncfort, donde aprendió el idioma del país, pudo regresar a casa con unas condiciones mejores. Como si el simple hecho de pasar por el estado germano hubiera hecho que en España le valorasen más.

Así fue como encontró trabajo en una escuela bilingüe de Sevilla. Sandra pudo hacer este viaje gracias a Helmeca, una empresa alemana que selecciona personal educativo para el estado alemán. Gracias al requisito de tener el B2 de alemán, ahora ha encontrado un trabajo mucho mejor en España. Además, esta compañía le facilitó el aprendizaje del idioma con una formación intensiva de seis meses.

"Es complicado, pero la verdad es que me he sorprendido a mí misma". Tras pasar cinco años en Fráncfort, durante su primer embarazo, decidió regresar a España para buscar esa oportunidad que tanto ella como miles de jóvenes merecen.