Este sábado el Wanda Metropolitano ha vuelto a colgar el cartel de completo para recibir a la legendaria banda Iron Maiden en la capital, una leyenda viva del heavy metal.
La banda británica, con Bruce Dickinson al frente, trajo a Madrid una puesta en escena imponente, con columnas de fuego, efectos y una energía que prometía una noche para el recuerdo.
Sin embargo, no todo fue tan perfecto. Los problemas de sonido volvieron a ser evidentes desde el principio, empañando un concierto tan esperado para muchos. "Una chapuza,... no se puede empezar un concierto tan mal", comentaba Iván Martínez, uno de los fans, visiblemente molesto.
Bruce Dickinson, cantante de Iron Maiden, durante su último concierto en Madrid.
El concierto comenzó poco antes de las 21:00, y aunque visualmente todo fue espectacular, el sonido no acompañaba.
La banda abrió con Murders in the Rue Morgue, seguida de clásicos como Rime of the Ancient Mariner, pero para muchos, especialmente en las gradas altas y laterales, el volumen era bajo y poco nítido. Iván lo resumía así: "El sonido como siempre en el Wanda, mal".
A esto se sumó otra queja que ha sido compartida por varios fans, y es que parece que algunas canciones no fueron interpretadas en directo desde el principio, lo que desconcertó a gran parte del público.
"Iron Maiden, un concierto que debía empezar como un cañonazo, con las canciones del Killers e Iron Maiden... entre Doctor, Doctor y luego siguiendo igual con canciones suyas pero sin tocar en directo", escribía Iván en su cuenta de Facebook.
Bruce Dickinson, vocalista de Iron Maiden, durante el concierto de la banda en Madrid el 5 de julio de 2025. Foto: Ricardo Rubio / Europa Press
Muchos asistentes esperaban un arranque potente, con guitarras rugiendo en directo y la voz de Dickinson dominando el estadio, pero se encontraron con una secuencia que, según denuncian, sonó más a una intro grabada que a una actuación en directo.
Pese a todo, la banda consiguió reconducir el espectáculo a medida que avanzaba la noche. Temas como Killers, The Number of the Beast o fueron auténticos golpes de energía que parecieron subir el ánimo del público.
"Se rehicieron al final para sorpresa de todos… pero ya era tarde y el precio de la entrada pesa", decía Iván, dejando claro que, aunque el grupo supo reaccionar, el mal sabor inicial fue difícil de quitar.
Y es que, aunque la puesta en escena fue espectacular y el repertorio terminó por convencer, tal y como deja claro este fan en sus redes, un concierto de este calibre no es para "acabar pidiendo perdón".