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En Lavapiés sigue creciendo la preocupación entre vecinos y comerciantes por el aumento del consumo y tráfico de drogas en plena calle.

Una situación que ha obligado a la Policía Nacional aintensificar su presencia con patrullas y redadas en distintas zonas del barrio, especialmente en aquellas donde se concentran la mayoría de sintecho.

Y es que lugares como la plaza de Nelson Mandela o la de Tirso de Molina se han convertido en las zonas favoritas de los indigentes que pasan el día a día consumiendo droga.

Policía y Samur en Lavapiés. Emergencias Madrid

Un problema que ya se ha generalizado en el barrio y que cada día afecta más a la actividad económica local. Saqueos, rotura de escaparates, robos... son muchos de los incidentes a los que los comerciantes se llevan enfrentando desde hace semanas.

Así lo muestra Fátima, una de las hosteleras más conocidas de la zona. Y es que su restaurante se encuentra a apenas diez metros de un punto habitual de consumo de drogas.

"Bueno, drogando, trapicheando, negociando, vendiendo... Esto sucede todo el día, no solo por la noche. Por esto, yo he perdido a todos mis clientes,mira el bar cómo está... vacío", denuncia.

Y es que la imagen que describe Fátima no es una excepción. Cada día, las escenas de consumo a plena luz del día se repiten en todas las calles del barrio, con grupos de personas que no solo consumen, sino que también protagonizan peleas y situaciones violentas.

"Antes la gente venía solo a comprar, pero luego se iban. Ahora, la impresión es que ya que hay tantas personas que viven en la calle, que estas personas compran y se quedan aquí para consumir y pelear. Esto sucede todo el día", revela la hostelera.

Los comerciantes de la zona aseguran que el barrio ha cambiado radicalmente en los últimos años. Tal y como señalan, el turismo y la vida de barrio, están siendo reemplazados por un ambiente de inseguridad y abandono.

La policía deteniendo a una persona en Lavapiés. Telemadrid

"Mira, hace una semana, la policía estaba aquí por una pelea en el número 46, creo, había dos chicas peleando y una de ellas le dio con una botella en la cabeza a la otra, pero yo cerré el bar y me fui", recuerda con preocupación.

Sin embargo, parece que la solicitud de los vecinos ante los toxicómanos que inundan sus calles está teniendo respuesta. La Policía Nacional ha incrementado su presencia y realiza redadas puntuales con el objetivo de identificar a sospechosos vinculados al tráfico de drogas.

No obstante, los vecinos piden que no se quede en operativos puntuales y que se traduzca en consecuencias judiciales reales para quienes cometen este tipo de delitos.

Mientras tanto, Fátima, al igual que muchos otros siguen a la espera de un cambio que devuelva al barrio la tranquilidad que todos aseguran haber perdido.