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Mientras España entera estaba sin luz durante el lunes 28 de abril debido al gran apagón, en el Centro de Detención Federal de Miami, el caso de Ana María Henao, la empresaria colombo-estadounidense que desapareció el 2 de febrero de 2024 en Madrid, daba un giro importante: su exmarido, David Knezevich, acusado de haberla secuestrado y asesinado, se quitó la vida en su celda. Horas antes, el FBI había encontrado restos de su ADN en el apartamento de Ana María en Madrid, lugar en el que presuntamente la habría asesinado.

Así lo confirmó a Madrid Total Juan Manuel Medina, abogado de SOS Desaparecidos y representante legal de la familia Henao en España. El letrado lamentó que, ahora, a no ser que Knezevich haya dejado algo por escrito, va a ser "tremendamente difícil encontrar el cuerpo de Ana María".

Por otro lado, las citadas fuentes han informado de que la familia de Ana María ha emitido una declaración en respuesta a la muerte de David Knezevich: "El suicidio del asesino de Ana cierra un capítulo doloroso en nuestras vidas, previamente lleno del temor de que no se enfrente a la justicia. Ahora, es posible que nunca sepamos dónde puso el cuerpo de Ana".

"Es un cruel insulto final que nunca recuperemos los restos de Ana o sepamos el alcance total de la traición que sufrió. Aun así, seguimos comprometidos a buscar la verdad y la justicia para Ana a través de nuestro abogado, el Sr. Ingber, y a preservar la memoria de Ana mientras honra su vida con dignidad, fuerza y amor. Estamos agradecidos a las autoridades por continuar investigando y buscando el cuerpo de Ana", apostillaba la familia de Ana María.

El abogado Adam Ingber también hizo una valoración tras saberse la noticia de la muerte de David Knezevich: "Si bien su muerte evita que esta familia agonice un juicio, también deja muchas preguntas sin respuesta, que seguimos persiguiendo".

Por otro lado, en un comunicado del equipo legal de Knezevich, la abogada Jayne Weintraub detalló al diario Miami Herald que el serbio, también ciudadano estadounidense, fue hallado sin vida en su celda por un aparente suicidio.

Knezevich, de 37 años, estaba en la cárcel a la espera de juicio en un tribunal federal en el sur de Florida, donde enfrentaba delitos que incluían asesinato y violencia doméstica en el extranjero. Unos cargos que se veían reforzados tras el hallazgo del FBI de sus restos de ADN en el apartamento de Ana María en Madrid.

2.676 kilómetros y seis países

A mediados de junio de 2024, la investigación para dar con el paradero de Ana María se desplazó hasta Belgrado, lugar en el que, tal y como informaron fuentes policiales, se trasladó el Grupo XII de Desaparecidos de la Jefatura Superior de Policía Nacional de Madrid.

Su objetivo, además de encontrar el cuerpo de Ana María, era reproducir los pasos David Knezevich, que viajó desde la capital serbia hasta Madrid. Al parecer, Knezevich habría viajado desde Estados Unidos, país en el que residía, a su Serbia natal, donde alquiló un coche con el que recorrió la distancia que separa Madrid de Belgrado.

Ana María Knezewich, desaparecida en Madrid desde el 2 de febrero. SOS Desaparecidos

El verdugo viajó a su país de origen el 30 de enero y volvió el 5 de febrero atravesando la frontera con Croacia en un Peugeot 308 azul marino. Knezevich había pedido al dueño del negocio de alquiler de coches que tintara los cristales del coche, puesto que le molestaba el sol. Ese dato hace sospechar todavía más de que tenía algo que ocultar.

De acuerdo a las declaraciones a principios de mayo de 2024 de un portavoz de la Policía Nacional española, no había una orden de detención contra el empresario por parte de España. Por tanto, fue la policía estadounidense quien decidió llevar a cabo el arresto de Knezevich acusándole de un delito de desaparición forzada y homicidio.

Los pasados días 29 y 30 de mayo, la Policía Nacional junto con siete agentes del FBI buscaron el cuerpo de Ana María en el entorno de Medinaceli y en las aguas del río Jalón, en Soria.

El motivo de buscar por esta zona, se debía a que David Knezevich recorrió un trayecto de la R-2 en 28 minutos, cuando se estima que en condiciones normales se recorre en 20. Ocho minutos que el presunto secuestrador podría haber aprovechado para deshacerse del cuerpo de Ana María. Por desgracia, la búsqueda no dio resultado y el cuerpo no apareció, motivo por el que los agentes optaron por seguir reproduciendo el camino que hizo Knezevich.