Jaime Susanna Mar León

Hacía varias semanas que los vecinos y amigos de Amelia, Ángeles y Pepe Gutiérrez Ayuso no sabían nada de ellos. El pasado lunes, dieron la voz de alarma. Este jueves ha llegado el fatal desenlace. Los tres hermanos han sido hallados muertos en su casa de Morata de Tajuña con signos de violencia. Tenían entre 68 y 72 años.

Sus conocidos aseguran que las dos hermanas llevaban años siendo víctimas de una estafa que los había arruinado, según han comentado varios vecinos a Madrid Total. Todo apunta a que esta es la razón principal de que sus cuerpos hayan aparecido en su casa de Morata de Tajuña parcialmente quemados y apilados, según informa Efe.

En un principio, se habló de un posible suicidio colectivo debido precisamente a las deudas que estaban ahogándolos por la estafa. Sin embargo, la forma en la que estaban los cuerpos hace que gane peso la hipótesis de que estas muertes estén relacionadas con un ajuste de cuentas por los impagos. Aunque la Guardia Civil trabaja en ambos sentidos. 

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Los vecinos y amigos calculan que fue hace 7 u 8 años cuando empezó todo. Los tres hermanos vivían juntos en una casa de ladrillo de dos alturas al noreste de Morata, situada en la Travesía del Calvario, número 4, que en estos momentos se encuentra acordonada y rodeada de coches de la Guardia Civil y Policía Local, periodistas y numerosos vecinos, todavía incrédulos por lo sucedido.

Amelia y Ángeles conocieron a través de Facebook a dos supuestos hombres que se hacían pasar por sus novios. Decían ser militares estadounidenses destinados en Afganistán. Según hicieron creer a las morateñas, el falso novio de Amelia se llamaba Edward. En este tiempo, el de Ángeles, que era capitán del ejército, murió y quisieron hacerle llegar a España su herencia de 7 millones de euros

Así empezó la parte más grave de la estafa en la que las dos hermanas acabaron perdiendo todo su dinero. Pepe, su hermano, tenía discapacidad mental, Amelia trabajaba en un anticuario y Ángeles de profesora, antes de jubilarse. Los tres siempre habían vivido juntos.

Exterior de la vivienda donde han hallado los tres cadáveres. Jaime Susanna

Los hermanos cobraban la pensión y el mismo día mandaban unos 3.000 euros mensuales, que era lo que les pedían cada mes, a las direcciones que los presuntos novios les indicaban. "Les dieron todo el dinero. Pasaron de vivir bien, comer en restaurantes, viajes, ropa..., a no tener nada más que lo básico". Calculan que les robaron entre 300.000 y 400.000 euros porque las hermanas llegaron a vender el piso de su infancia en Ciudad Lineal para enviarle el dinero a los estafadores.

Acabaron pidiendo dinero a los amigos y cuando no les daban, les dejaban de hablar. Perdieron contacto con mucha gente por esta razón. Se iban cerrando cada vez en su círculo. "Me he llevado un gran disgusto. Si esto lo hubiesen parado a tiempo no hubiera pasado", explica María, amiga de los fallecidos.

Ahorros de toda la vida

Cuando Amelia empezó hace años a presumir de que tenía un novio al que enviaba dinero, los vecinos le habían advertido de que podía tratarse de una estafa, además bastante habitual. "No querían saber nada. Hasta su familia les avisó, pero se alejaban rápidamente de ti si les llevabas la contraria", comenta Enrique, vecino y amigo.

Los hermanos no tenían problemas de dinero. Los ahorros de toda una vida y la herencia de sus padres les dieron para tener dos residencias: un piso en el barrio de Ciudad Lineal, donde su padre trabajó en la portería de un edificio y ellos pasaron su infancia, y otra en Morata de Tajuña, donde vivían desde hace muchos años.

Convencidas de que no se trataba de una estafa, Amelia y Ángeles continuaron intercambiando mensajes con los supuestos novios de Afganistán. Las hermanas enseñaban los mensajes a sus amigos del pueblo e incluso llegaron a contarles en una ocasión que les había escrito Pedro Sánchez por el motivo de la supuesta herencia millonaria de sus novios. A pesar de las señaladas pistas de que se podía tratar de una estafa, ellas hicieron caso omiso.

Estos hechos se han conocido a raíz de los vecinos, que alertaron hace unos días que llevaban tiempo sin saber de los tres hermanos. Es el caso de Enrique, que les perdió la pista el 3 de diciembre. Amelia y él cumplían los años ese día, y se le hizo raro que no le escribiera por ello. "No me felicitó, así que yo tampoco lo hice", creyendo que había sido un descuido de su amiga y también causa del distanciamiento que habían sufrido por las advertencias sobre las sospechosas relaciones que estaban teniendo.

Los amigos están declarando ante los cuerpos de seguridad para aclarar los hechos cuanto antes. El caso está en manos del Juzgado y la Guardia Civil, que está investigando lo sucedido.

El pueblo de Morata de Tajuña ha establecido tres días de luto oficial y mañana, viernes 19, a mediodía, un minuto de silencio frente al Ayuntamiento. Los vecinos están muy conmovidos porque eran tres personas muy conocidas y queridas.