Fin de la pesadilla. La Consejería de Sanidad ha cesado este viernes a Pedro de la Oliva, el jefe de servicio de la unidad de cuidados intensivos (UCI) pediátrica que presuntamente acosó a sus subordinados durante años. Siete de los 13 médicos que componen este equipo siguen de baja. La mayoría de ellos llevan más de 20 ejerciendo la profesión.  

"Nos llevó a una situación de sumisión", declararon los afectados a El País en noviembre de este año. "Estábamos alienados, nos hizo pequeños". La Consejería de Sanidad ha tenido que tomar cartas en el asunto y, pese a tener un proceso abierto todavía, ha decidido cesarle. Otra vez. 

La consejería ya cesó a De la Oliva en 2020, pero una sentencia de febrero de este año había obligado a readmitirlo. El doctor regresó a su puesto en septiembre. El segundo cese, tal y como han confirmado fuentes del equipo de la consejera Fátima Matute, ha sido decidido por la Dirección Gerencia del Hospital Universitario La Paz.

"Ante la situación creada con múltiples bajas en el departamento y que pueden afectar al servicio", puntualizan. Así las cosas, el objetivo dentro del Servicio Madrileño de Salud es "garantizar una adecuada asistencia a los niños que tienen que ingresar en esta unidad". "Un servicio, el de la UCI pediátrica, que requiere contar con un normal desarrollo en sus funciones".

Ese "normal funcionamiento" se estaba poniendo en entredicho pues, según los propios médicos, "estaba al borde del colapso". "Además de los siete médicos de baja, se han sumado otros dos y han renunciado otros dos. La plantilla actual, para guardias, es de 2,5 adjuntos", puntualizó esta misma semana el sindicato AMYTS en su cuenta de Twitter.

Tal y como publicó Madrid Total en octubre, el conflicto generado entre el jefe de la UCI y los facultativos responde a un tema de "comportamientos inadecuados en cuanto al trato del personal a cargo de este jefe, que fue llevado a una comisión interna para resolver el problema".

De hecho, este jefe de servicio fue relevado del puesto por la dirección del centro hace casi tres años debido a un conflicto laboral que le enfrentó con parte de su equipo y ahora ha tenido que ser restituido en el cargo tras recurrir judicialmente y darle la razón un juzgado de primera instancia.

El instructor del expediente concluyó en su día que las formas de ejercer la jefatura de esa persona eran "inapropiadas" y la propuesta que elevó ante la dirección-gerencia del hospital fue que se la relevara de sus funciones como jefe.

"No cumplía los mínimos de generación de un clima adecuado de trabajo en una unidad de alta responsabilidad como es la UCI pediátrica, en un hospital puntero en su actividad pediátrica como es La Paz, lo que hacía la situación insostenible", explicaba en ese momento Daniel Bernabéu, representante del sindicato médico.

El informe que acabó con el cese de este jefe aseguraba que quedaba "acreditado que las formas del jefe de servicio para con los interesados son injustificadas. Amén de sus formas físicas que causan intimidación, destaca ante todo el uso a veces de una forma de expresión que puede definirse como humillante para su interlocutor".

Pero, tres años después de ese juicio, la Gerencia se vio obligada a reincorporar al profesional, puesto que había recurrido su relevo en los juzgados y debían de esperar a una sentencia firme. La situación se ha vuelto a repetir y, con los citados siete médicos fuera de sus funciones, la decisión ha vuelto a ser la de 2020: cesarlo.

El proceso anterior todavía está abierto, por lo que las autoridades sanitarias no quieren hacer más declaraciones. Concretamente, queda un recurso planteado por la parte contraria.