Hace un año, la bolsa de taxis de Chamartín se desplazó provisionalmente por las obras de remodelación de la estación. Ahora, los viajeros deben andar unos 300 metros -escaleras mecánicas incluidas- para tomar un taxi.  

Esta situación esta siendo aprovechada por algunos conductores, "que son más listos que los demás", para recoger clientes a las puertas de la terminal, saltándose así la cola de la bolsa de taxis. Los conductores que sí siguen la norma están indignados. 

Pasan pocos minutos de las 10 de la mañana de este martes. La estación es un hervidero de gente entre el bullicio de las obras. Al ruido habitual de una de las mayores estaciones de España hay que sumarle el de una radial, un vehículo de gran tonelaje o un martillo neumático. 

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A la salida de la terminal, hay una fila de varios taxis parados y sin conductor en su interior. Al lado, un corrillo de varios taxistas. Bastan pocos minutos observando la escena para descubrir su propósito. 

Los viajeros recién llegados, cargados con sus maletas, se acercan con intención de tomar uno de estos taxis. "¿A dónde va?", pregunta el conductor. En función de la respuesta, cogerá al viajero o le mandará a la bolsa de taxis, infringiendo así otra norma de la profesión. 

"Es una chorizada contra los compañeros", afirma un conductor, indignado, mientras hace religiosamente su cola en la bolsa de taxis, a 300 metros de los taxis piratas. El gremio denomina así a los conductores que se saltan la norma en detrimento de los demás conductores.

"Si van lejos, les cogen, si no, los mandan aquí". En la bolsa de taxis, en cambio, los conductores están obligados a coger a un viajero aunque vaya a la vuelta de la esquina.  

"Son pequeños grupos de taxistas, que son siempre los mismos", asegura Julio Sanz, presidente de la Federación Profesional del Taxi de Madrid. "La Policía Municipal no está haciendo absolutamente nada. Están dejándonos en muy mal lugar, porque tenemos que actuar nosotros como guardias, que no tenemos autoridad y no nos corresponde".

la bolsa de taxis de la estación de Chamartín, este martes. Jaime Susanna

Esta situación ya ha derivado en enfrentamientos entre los taxistas piratas y los que siguen las normas y aguantan el tiempo que toque hasta que lideran la fila de la bolsa de taxis. "Pueden ser 15 minutos o una hora. Depende del día y la hora", afirma una conductora a media fila. 

"Hemos cursado infinidad de reclamaciones", prosigue el presidente de la Federación. "Lo que solicitamos es que la Administración se ponga las pilas y ponga un par de agentes, no hace falta un dispositivo especial".

A los taxistas ya les consta que han llegado multas por esta mala praxis, pero esto no evita que se siga produciendo. "El policía municipal que quiera rellenar la cartilla puede ponerse ahí y saca unas cuantas".

De fondo, nueva regulación

Los taxistas tienen que lidiar con este fuego amigo en un momento en que el sector está pendiente de la nueva regulación de la Comunidad de Madrid. La Consejería de Transportes, Infraestructuras y Vivienda lleva tiempo trabajando en un nuevo reglamento sobre el sector, pendiente de aprobación por el Consejo de Gobierno.

En junio de 2022, la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, sacaba adelante, en una ajustada votación en la Asamblea de Madrid, la ley de transportes que permitía a los VTC (Vehículos de Transporte Concertado) seguir operando en la Comunidad de Madrid.

La normativa llevaba ligado el desarrollo de un reglamento específico para regular el sector de las VTC que esta semana ha empezado su tramitación y audiencia pública. En él, la Comunidad de Madrid desarrolla su idea planteada este mes de septiembre relativa a regular las tarifas aunque, según la asociación del taxi, podría ser un canto al sol.

En un primer momento se hablaba de la "liberalización" del sector del taxi, es decir, acabar con las tarifas reguladas y el día de libranza. Pero el borrador ha ido evolucionando hacia una regulación específica para taxis, y otra para VTC. El sector está en vilo desde principios de año y se espera que pronto salga de dudas.