El Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz ha precintado la discoteca situada en la azotea del centro comercial Oasiz por no haber presentado la documentación pertinente dentro del plazo de un año acordado.

Tal y como informa EFE, Ese plazo ha vencido ahora sin que los responsables del local, llamado Moreira Beach Club, hayan registrado los permisos necesarios que acreditan el cumplimiento de la normativa municipal.

Según ha adelantado la Cadena SER y han confirmado fuentes del Ayuntamiento de Torrejón, la discoteca abrió sus puertas el año pasado mediante una "declaración responsable". Se trata de un trámite que permite agilizar la apertura del local para no retrasar su actividad económica.

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Los doce meses de plazo que tenía Moreira Beach Club para presentar la documentación han vencido sin que el registro haya tenido lugar, por lo que la Policía Local ha procedido a precintarla. No obstante, cuando los propietarios del negocio tramiten la documentación obligatoria podrán retomar su actividad, recuerdan desde el consistorio.

Una actividad que, según denuncian vecinos próximos al establecimiento, provoca molestias por el alto nivel de volumen que llega a sus viviendas a altas horas de la noche.

Discotecas y ruidos

No es la primera vez que los ruidos provocan problemas entre los vecinos y las discotecas. En la calle del Olvido, en Usera, se encuentran ubicadas cuatro discotecas en menos de 100 metros, que provocan fuertes ruidos de jueves a domingo, lo que dificulta enormemente el descanso de los vecinos. 

Ante esta situación, los residentes de esta calle han decidido crear una plataforma de afectados y han escrito un manifiesto que dirigen al Ayuntamiento, a la Policía Municipal y los principales locales de ocio causantes de esta situación. 

Uno de los vecinos que pertenece a esta plataforma de afectados narraba a Madrid Total que "el problema principal es que en una franja muy pequeña de la calle se concentran cuatro locales de ocio nocturno". El afectado matiza que "en realidad, no son los locales los que generan el mayor ruido, sino su clientela, que salen a la calle y se ponen a gritar y cantar". 

Además, este vecino añadía que "el personal de seguridad de estos locales no hace nada y permite que se produzcan todos estos ruidos y en ocasiones, incluso peleas violentas". 

Al preguntar a este vecino por estos actos violentos en plena calle, matizaba que "en estos casos habitualmente interviene la policía" pero añade que "en cuanto al problema de los ruidos, la policía siempre dice que no puede hacer nada, excepto pedirles a los dueños de los locales que controlen a su clientela". 

Este vecino añadía que, además de ruidos, los asistentes a estos locales también llegan a dañar el mobiliario urbano: "Rompen ventanas, las señales de calle, tiran los contenedores y dañan los coches aparcados. El otro día, un hombre incluso se quedó dormido encima de uno de los coches de la calle".