En el barrio de Ibiza, entre sus calles, plagadas de propuestas culinarias, ha nacido un nuevo espacio dispuesto a romper esquemas: Deheseo (calle Menorca, 11).
A pocos metros del Retiro, este gastrobar celebra la excelencia del producto ibérico de bellota extremeño. Aquí, el jamón y otros embutidos se degustan sin corsés: entre murales contemporáneos, cócteles de autor y música funky.
Deheseo eleva el arte en todas sus formas. Su pasión por el ibérico de bellota —criado en su propia ganadería familiar— se une al arte de la mixología, con creaciones firmadas por Luis Inchaurraga, mejor barman de España en la World Class Competition 2021, y al arte urbano que viste el local como homenaje visual a la dehesa.
Embutido ibérico de bellota.
Este proyecto es fruto de la inquietud de cuatro amigos extremeños que crecieron entre el campo y la tradición. Con el deseo de mostrar su tierra desde una perspectiva más libre, moderna y urbana, decidieron traer a Madrid la esencia de la dehesa extremeña.
El ibérico que protagoniza su carta procede de su finca familiar en Jerez de los Caballeros (Badajoz), donde 2.000 cerdos ibéricos se crían en libertad, alimentados con bellota y pienso propio.
Ese vínculo directo con el origen es el alma de Deheseo: llevar la verdad del campo al asfalto, con actitud canalla y espíritu inconformista.
Deheseo fusiona la autenticidad rural con la energía de la ciudad. Desde desayunos con tostadas ibéricas y huevos revueltos, hasta 'tapeos' improvisados o 'tardeos' con cócteles y música.
Esencia extremeña, alma urbana
En un espacio para 42 comensales, con barra, mesas altas y una zona más relajada, su propuesta invita al disfrute compartido: medias raciones, tapas y platos para picar.
Entre sus imprescindibles: la tabla de ibéricos de bellota —jamón con cuatro años de curación, lomo, lomito, presa—, los torreznos ibéricos, croquetas de jamón ibérico, carpaccios o quesos artesanales extremeños.
A las brasas de Josper, la carne cobra protagonismo con los cortes más nobles: presa, lagarto, abanico, pluma y secreto, acompañados de guarniciones de aire casero. El cierre llega con postres tan originales como el cremoso de morrito o la tarta fluida de queso y frutos rojos.
Su carta de vinos, elaborada con el asesoramiento del legendario Custodio López Zamarra, incluye una cuidada selección por copas con especial presencia de bodegas extremeñas.
Coctelería rompedora
La coctelería, diseñada por Inchaurraga, representa una apuesta por la creatividad líquida, como los cócteles low alcohol, pensados para maridar con el ibérico.
Entre sus diez propuestas brillan el Holy Bloody Ibérico, una reinvención del clásico Bloody Mary con fino, jamón de bellota y sal de torreznos, o el Ume Highball, que mezcla sake, vino de nuez y cava.
Para el postre, combinaciones atrevidas de sauternes con albaricoque y vainilla o de fresa, pimienta de Sichuan, Pedro Ximénez y ajo negro. Cada copa busca equilibrar y potenciar los matices del ibérico.
El alma artística de Deheseo se respira también en su diseño. La artista Beatriz Sanz firma un espacio lleno de energía y color, donde la dehesa se reinterpreta con un lenguaje urbano y contemporáneo.
El gran mural central, que retrata a los cuatro fundadores. "Amamos lo que hacemos, y eso se nota", reza uno de los mensajes que resume la filosofía de este vibrante rincón extremeño en pleno corazón de Madrid.
