Una de las grandes virtudes que tiene Madrid es que es casi imposible de conocer entera. A pesar de que esté lejos de ser una de las ciudades más grandes del mundo, lo que sí es una realidad es que alberga maravillas en casi todos sus rincones y barrios.
Por ello, se trata de una ciudad que cada vez cuenta con más turismo, sea cual sea la época del año. Ahora, durante el verano, algunos de los puntos más visitados de la capital son sus parques y jardines, los cuales actúan como refugio natural cuando por ordenanza permanecen abiertos.
Sin embargo, incluso para los más expertos y aventureros, hay lugares que son aún desconocidos debido a que es difícil acceder a ellos. Es lo que sucede con el Jardín de la Fundación Juan March, uno de los más bonitos y a la vez de los más inaccesibles de Madrid.
Pocas personas tienen el privilegio de conocer esta joya escondida de Madrid, ya que al tratarse de un escenario privado, abre muy pocas veces sus puertas. Solo por motivos especiales. Sin embargo, en estos momentos se encuentra abierto al público con la posibilidad de ser visitado por completo.
Así que estamos ante una oportunidad histórica de poder acudir a uno de los lugares más bonitos de la capital, ya que estos jardines son mucho más que la belleza de las flores y de la vegetación. Esconden historia, secretos, arte y un oasis de naturaleza en mitad de Madrid.
¿Cómo son los Jardines de la Fundación Juan March?
Madrid es la ciudad más grande y con mayor movimiento de España. Pero poco a poco se convierte también en una de las más visitadas. Y es que las maravillas de la capital, infinitas, atraen cada vez a más millones de personas.
Sin embargo, por mucho que se visite, o incluso que se viva en Madrid, es casi imposible conocer todos sus secretos. Y uno de los mejor guardados es el Jardín de la Fundación Juan March. Este bonito espacio se encuentra situado en uno de las zonas más importantes de Madrid.
Y es que sus bonitas flores y su impresionante vegetación dan color al barrio de Salamanca. Caminando, solo tardaremos unos 20 minutos desde el centro. Así que merece la pena darse un pequeño paseo para presenciar su belleza y su majestuosidad.
Además, ahora se produce un hecho muy poco habitual y es que abre sus puertas al público, y no de manera privada, algo que no solía pasar desde que se fundó hace casi 50 años. Este oasis repleto de obras de arte y naturaleza se encontraba prácticamente oculto.
Tiene una extensión de 1.600 metros cuadrados y se creó como prolongación natural del edificio situado en el mismo lugar. Su ideólogo fue el arquitecto José Luis Picardo quien en 1975 diseñó este pequeño pulmón verde de Madrid.
Allí no solo podemos disfrutar de vegetación y estanques, sino también de obras de grandes artistas como Eduardo Chillida, Eusebio Sempere, Gustavo Torner o Cristina Iglesias. Todo en mitad de impresionantes pasadizos y galerías.
Es el lugar perfecto para perderse, limpiar la mente y dejar volar la imaginación. Además, a pesar de estar en pleno centro de Madrid podremos gozar de un silencio imposible de hallar en cualquier otro punto.
Por si esto fuera poco, la Fundación que dirigida Javier Gomá Lanzón, mantiene abiertas sus salas de exposiciones, sus dos bibliotecas y su auditorio. Y para cuando apriete el hambre, este enclave también dispone de una cafetería al aire libre donde los visitantes pueden disfrutar de un desayuno, un menú del día o un brunch con unas vistas incomparables.
Ahora, este jardín se encuentra abierto de lunes a sábado de 10:00 a 20:00 horas, mientras que los domingos se adelanta el cierre a las 14:00 horas.
