Madrid es una ciudad increíblemente atractiva. Incluso para las personas que han pasado toda su vida en la capital no deja de sorprenderles. Los expertos dicen que es una pequeña recreación en 'miniatura' de lo que es el mundo porque en ella podemos encontrar prácticamente de todo. Sin embargo, buena parte de sus encantos también se encuentran en sus alrededores, especialmente en sus pueblos cercanos.
Y es que Madrid no solo cuenta con las maravillas que es capaz de aportar. Al situarse en el centro del país, también se encuentra muy cerca de otros muchos municipios repletos de encanto, de plazas y calles bonitas, de monumentos históricos y de otros valores añadidos como su gastronomía.
La Comunidad de Madrid cuenta con infinidad de pueblos repletos de belleza. Sin embargo, también cerca de la capital, pero en otras comunidades como Castilla y León, podemos encontrar pequeños enclaves idílicos para hacer, por ejemplo, una pequeña escapada. Sin embargo, una región que es morada de rincones llenos de belleza es también Castilla-La Mancha. Y más concretamente, la provincia de Guadalajara.
A pesar de que Madrid es una ciudad que atrae a todo el mundo, también hay muchas personas que de vez en cuando les gusta hacer una pequeña escapada. Un viaje de unos días, o incluso de unas horas, para oxigenar la cabeza, para tomar distancia y sobre todo para descansar y ver las cosas con una nueva perspectiva.
Una de las mejores opciones para cumplir con estos propósitos, pero sin caer en un lugar masificado a pesar de su increíble belleza, es Valverde de los Arroyos, un pueblo de la provincia de Guadalajara que es ejemplo de ser remanso de paz, tranquilidad y naturaleza, donde respirar aire puro y contemplar sus bonitos paisajes.
¿Cómo es Valverde de los Arroyos?
Valverde de los Arroyos es un diminuto pueblo de la provincia de Guadalajara que cuenta con alrededor de 100 habitantes. Por ello, es perfecto para realizar una escapada, ya que gozaremos de una tranquilidad y de una soledad imposible de hallar en la ciudad de Madrid.
Este bello enclave se encuentra a menos de dos horas de Madrid y forma parte de la famosa Ruta de los Pueblos Negros. Estos son los pueblos que debido a su particular arquitectura, marcada por tonalidades oscuras, presentan aspectos negros generalizados.
La mayoría de sus casas y construcciones están hechas de pizarra oscura y recubiertas con piedras de tonalidades también cercanas al negro, realzando la naturaleza del entorno montañoso en el que se encuentra construido. Todo el pueblo en su conjunto ofrece una sensación de tranquilidad absoluta, perfecto para aquellos que buscan desconectar unos días y dedicarse a dar largos paseos, disfrutar de la comida y de un entorno rural y natural.
La belleza de este pequeño municipio hizo que fuera incluido hace más de una década en la red de Pueblos Más Bonitos de España, un reconocimiento que ensalza alguna de las villas más preciosas de nuestro país. Como la mayoría de estos pequeños pueblos, su núcleo se encuentra en su preciosa plaza, un lugar en el que sentarse al fresco a disfrutar de esa calma imperturbable.