Maison Kayser ya es de sobra conocido en Madrid por viralizar sus productos de base de croissant. El último es la crookie, el nuevo croissant con una cookie dentro.
"El croissant es la estrella de Maison Kayser y la forma de seguir con la tradición de la pastelería francesa. Nuestro croissant no cambia, lo adaptamos", cuenta María Fraile, la propietaria, junto a su marido, Alexandre Boissonnet, de las siete pastelerías que hay en la capital.
La crookie es un croissant que parten por la mitad y rellenan de masa de galleta cruda, para luego añadirle por encima toppings de cookie. El dulce ya se ha viralizado en Madrid y miles de personas están yendo a probarlo en los últimos días.
Desde la pastelería recomiendan comerlo un poco caliente. Tiene un precio de 5,90 euros y es ideal para compartir, ya que es muy consistente.
"El fin de semana anterior vendimos más de 3.300 piezas y el lunes pasado subimos la producción a 830 diarios y a las tres de la tarde ya se habían agotado. La gente hace cola, vienen desde otras ciudades y si no quedan, se enfadan. Está siendo un fenómeno igual que el de los cinnamon rolls", recuerda Fraile.
Fue hace aproximadamente un año, cuado en Maison Kayser tuvieron la fiebre de los rollitos neoyorkinos, mucho peor que la de las crookies. Sus panaderías estuvieron desbordadas durante días por unos deliciosos rollos con masa de croissant rellenos de una crema de diferentes sabores y un topping.
Directo desde París
María y Alexandre visitan con frecuencia la ciudad natal de este último, París. En su última visita, en febrero, fueron a la pastelería Louvard, que se había hecho viral por inventar la crookie.
"Hicimos media hora de cola fuera hasta que pudimos probarla y hacer todo tipo de preguntas a los pasteleros. Teníamos mucha curiosidad y pensé en ser la primera en traerlo a España", cuenta la dueña de Maison Kayser en Madrid.
Los inicios de Maison Kayser
Los inicios de Maison Kayser se remontan a cuando María Fraile conoció al que sería su futuro marido en Suiza mientras estudiaba dirección hotelera.
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Una vez juntos, decidieron mudarse a París, donde empezó Alexandre de camarero en la conocida pastelería francesa Maison Kayser. Enseguida encajó con el propietario, el señor Kayser, por lo que siguió escalando profesionalmente hasta llegar a convertirse en el director de operaciones de todo el grupo hostelero.
Años más tarde, el matrimonio decidió mudarse a México, donde llevaron esta pastelería y acabaron abriendo 60 puntos de venta. En 2020 vinieron a vivir a Madrid, la ciudad de María, para traer Maison Kayser a España, donde cuentan con siete obradores en la capital. Además, están preparando dos nuevas aperturas próximamente.