Madrid es una ciudad en constante crecimiento y evolución. Un gigante que nunca duerme, que siempre se expande y que va buscando nuevos horizontes. Por ello, las autoridades están obligadas siempre a hacer frente a esa transformación adaptando sus infraestructuras.
Especialmente ahora, cuando la capital de España se encuentra inmersa en un gran proceso de cambio y de obras. Y es que Madrid es ahora mismo una ciudad levantada esperando un futuro mejor, más funcional y cómodo.
Como parte de esos trabajos de mejora se están realizando en la zona centro varios procesos de remodelación de algunas calles que pretenden recuperar la vida que tenían antaño. Y dos de los ejemplos más claros son los que cuentan con la supervisión del Junta Municipal del Distrito de Centro.
En estos momentos se está llevando a cabo la mejora de la accesibilidad y la movilidad peatonal de dos de sus calles más importantes. Dos puntos que en el futuro aspiran a convertirse en rincones únicos, respetando la idiosincrasia del eje central madrileño sin perder ese sabor castizo y tan propio.
Una zona que antes del comienzo de estos trabajos presentaba un estado con "importantes deficiencias" que incluso hacían peligroso andar por ella. Y para algunas personas, se trataba de una zona directamente intransitable. Se trata de las calles Mira el Río Baja y Mira el Río Alta de Madrid.
¿Qué trabajos se van a llevar a cabo?
Tal y como informa la Junta Municipal del Distrito de Centro, las obras de mejora de la accesibilidad y la movilidad peatonal en estas dos calles avanzan por buen camino. Una zona clave en uno de los barrios más concurridos y con más vida de todo Madrid. Entre las calles Carlos Arniches y del Bastero.
Todo este área está considerada una de las más emblemáticas del casco histórico de la capital de España. Debido a su importancia, las obras han recibido la visita de Carlos Segura, concejal del distrito, quien tras comprobar el estado de la zona ha querido subrayar la importancia de estos trabajos.
"Antes de esta intervención, la zona presentaba importantes deficiencias en accesibilidad y gracias a esta reforma, el entorno ofrecerá un recorrido más cómodo, seguro e inclusivo para vecinos y visitantes en una zona especialmente transitada durante los días de Rastro".
Y es que precisamente esta es la actividad más importante de todas las que se ejecutan en estas calles, dotando de gran vida a una zona que forma parte del Madrid de los Austrias. En el caso de la Alta, llega hasta Arganzuela, mientras que la Baja llega hasta la castiza plaza del Campillo del Mundo Nuevo, en la Ronda de Toledo.
Además de por el Rastro, toda esta zona es conocida por estar plagada de viejas almonedas y tiendas de anticuarios. Aunque su fama también se debe a sus apariciones en las novelas madrileñas de Benito Pérez Galdós como Fortunata y Jacinta.
Ahora, estas calles que reciben sus nombres de una impresionante crecida del río Manzanares en el siglo XV forman parte de un increíble proceso de remodelación del pavimento madrileño. Unos trabajos que van a tener un coste de cerca de 149.000 euros y que se van a prolongar hasta finales de año.
Las obras constarán de un trabajo principal en la rehabilitación integral del viario, sustituyéndolo por una plataforma única, sin diferencias de nivel entre aceras y calzada. Esto implicará la sustitución total de los pavimentos, usando bandas podotáctiles que ayudarán a las personas con discapacidad visual a diferenciar el ámbito de la calzada.
Por último, se van a incorporar baldosas de terrazo granítico y adoquines, respetando así la estética del centro histórico. Y para crear una pequeña zona verde se plantarán nuevos árboles en la calle de Mira el Río Baja.
