Si hay una ciudad que es conocida en España, esa es Madrid. Lógicamente, la capital es la urbe que acapara todos los focos y todas las miradas. Millones y millones de personas pasan todos los días por sus calles, bares, comercios y locales empapándose de su espíritu.
La buena calidad de vida de la que goza en líneas generales ha convertido a Madrid en una de las ciudades más importantes de Europa. Sin embargo, hay muchos detalles de la capital que la mayoría de la sociedad aún desconoce.
Y uno de los más importantes, y a la vez sorprendentes, es que Madrid en realidad no es una ciudad. Aunque pueda parecer mentira, así lo dice la ley, ya que la capital nunca ha recibido este título como tal. De hecho, ostenta otro bien diferente.
Muchos de los 3,4 millones de habitantes que llenan sus calles no saben esta particularidad, ya que no conocen al completo la historia de este inmenso municipio. Los orígenes de Madrid se remontan a la época musulmana, cuando se fundó bajo el nombre de Mayrit.
Esto sucedió en el siglo IX y desde entonces la hoy capital de España no ha parado de crecer hasta consolidar su importancia como eje del país. Sin embargo, ha llegado a consolidarse como tal sin formar parte de la lista de ciudades que lo forman. Un caso particular que merece la pena conocer.
¿Por qué Madrid no es una ciudad?
Tras su fundación como asentamiento musulmán, Mayrit fue recuperada por las tropas cristianas en el siglo XI. Sin embargo, no se consolidó como uno de los puntos fuertes de la península hasta mediados del siglo XVI, cuando el rey Felipe II decidió trasladar la corte desde Toledo hasta allí.
Así fue cómo se coronó, nunca mejor dicho, como la capital del reino. Poco a poco, la localidad fue creciendo hasta que en el siglo XX experimentó su segunda gran explosión en lo que a desarrollo urbano e industrial se refiere. Y así hasta convertirse en una referencia en toda Europa.
Sin embargo, de Madrid hay una cuestión que es conocida por pocos y es que, en realidad, no es una ciudad. O al menos, no ostenta este título. Y es que Madrid está considerada una villa. Un hecho que tiene un origen histórico y jurídico muy particular que la distingue de otras grandes urbes europeas.
De hecho, la Constitución Española de 1978, en su artículo 5, señala que "la capital de Estado es la villa de Madrid". Y esta denominación también aparece en anteriores documentos oficiales y sigue vigente tanto en la administración estatal como autonómica.
Madrid recibió el título de villa en el año 1202 aproximadamente. En aquella época, los reyes de Castilla concedían a ciertas poblaciones el título de "villa" por motivos jurídicos y administrativos. Esto le daba privilegios y cierta autonomía como elegir a sus alcaldes y tener fueros propios.
Tras aquello, la hoy capital de España creció a una velocidad de vértigo, algo que no solo no ha cesado en la actualidad, sino que se sigue multiplicando año a año y década a década. Por densidad, servicios y funciones cumple todos los requisitos de una ciudad.
Sin embargo, esto nunca fue modificado ni siquiera después de que Felipe II en 1561 la eligiera como sede permanente de la corte y capital del reino, ni tampoco después de la creación de la actual Constitución, donde se mantiene la denominación de villa.
Esta condición quedó por costumbre y tradición y no se modificó porque no supone ninguna limitación. Madrid es el centro político, económico, social y cultural de España y la mayor área urbana del país.
Este hecho la convierte en la única capital europea que, a nivel legal y tradicional, ostenta el título de villa y no de ciudad. Una curiosidad más de un lugar único, pero que muchos desconocen.
