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El grueso de las obras para soterrar la A-5 está a punto de comenzar. El Ayuntamiento de Madrid ha desgranado este viernes su plan de movilidad para hacer frente a las evidentes afecciones al tráfico que se van a producir durante los trabajos. A partir del miércoles, la capacidad de la carretera se reducirá a la mitad: se pasarán de 8 a 4 carriles (dos por sentido) en una arteria por la que cada día circulan 80.000 vehículos.

Este plan definitivo llega después de varias semanas de reuniones con todas las administraciones afectadas. El transporte público será clave como alternativa a todos aquellos que quieran evitar la carretera.

Por un lado, Metro (que compete a la Comunidad de Madrid) reforzará las líneas 5 y 6 para asumir hasta 8.100 pasajeros a la hora. Por otro, Cercanías (que depende del Ministerio de Transportes) elevará en un 20% la capacidad de la C-5 con 42.000 plazas más al día y frecuencias de 3:30 a 4 minutos en hora punta.

Los autobuses municipales de la EMT que atraviesan el entorno de las obras y las que discurren por vías alternativas se reforzarán con 700 plazas más a la hora.

Las líneas de autobuses interurbanos (los que conectan a los pasajeros de otros municipios con la capital) también modificarán su itinerario habitual. Las obras afectarán a 28 líneas.