Si en la página web de Turismo de la ciudad de Madrid, gestionada por el Ayuntamiento, buscas la palabra tuk tuk encuentras tres resultados. O lo que es lo mismo, tres empresas que gestionan esta innovadora forma de hacer turismo por Madrid que circula entre el "vacío legal", el exotismo y el incordio de los viandantes.

En Madrid, como en toda España, los tuk tuk se han convertido en una nueva forma de hacer turismo. Menos contaminantes (son eléctricos en su mayoría), más ágiles (en cascos históricos como el madrileño) pero un caos en lo que respecta a circulación. Sin una limitación sobre por dónde pueden o no circular; turistas a pie y taxistas se enfrentan, diariamente, a este 'intruso' llegado de Asia que ha revolucionado la forma de moverse por Madrid.

"Los vecinos están hartos. No hay control. Los policías les tienen echados el ojo, pero no hay un régimen sancionador. Incluso, realizan competencia desleal a los taxistas". Ese es, a grandes rasgos, el resumen que hace Antonio Giraldo, miembro del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid.

Desde su grupo, afirman que en septiembre instarán al Ayuntamiento de Madrid a regular estos motocarros turísticos de tres ruedas. No quieren categorizar el cómo: prohibición, regulación, limitación… "Hay que tomar medidas, hasta el Ayuntamiento es consciente del problema", sostiene Giraldo.

Lo cierto es que desde el Partido Socialista de Madrid (PSM) se han reunido en varias ocasiones con asociaciones de vecinos de la zona, como Barrio de las Letras o Plaza Mayor, que afirman que el fenómeno que había llegado a Madrid hace un par de años se ha descontrolado.

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"Hemos recogido bastantes quejas, aunque no tenemos constancia de si les extienden multas o no", explica Giraldo que asemeja este problema con el que surgió con los patinetes eléctricos. Al final, son vehículos sin una regulación que tienen un vacío legal para operar y que causan "un gran problema" sobre todo en las zonas más turísticas de Madrid.

Con los patinetes -recuerda el edil socialista-, todo se reguló cuando ya era demasiado tarde. Y, por eso, ahora, "no queremos que pase lo mismo. "No hay que esperar a que el problema sea gigantesco para abordarlo.

Entre las quejas que han recogido por parte de los vecinos está el problema de movilidad dentro de las calles más pequeñas, los tuk tuk circulan por cualquier lugar y estacionan rápidamente para que el turista pueda ver un monumento, e, incluso, competencia desleal con los taxistas.

"Hacen desplazamientos con maletas aprovechando la visita y eso no se puede hacer", concreta. Además, considera que hay un cierto "peligro" en que estos motocarros puedan circular por grandes vías, como el Paseo del Prado, sin "cinturones de seguridad, ni nada".

Desde el Ayuntamiento reconocen la 'selva' en la que se ha convertido Madrid por este tipo de vehículos, pues, si se apela a la definición del mismo, no lo son. Pese a que sí están matriculados.

"Los tuk tuk no tienen licencia del Ayuntamiento porque ni siquiera por sus características están calificados como vehículo de transporte de personas. Se encuadran dentro de la categoría de actividad turística", apuntan desde el área de movilidad del Ayuntamiento.

De esta forma, reconocen que existe un vacío en la normativa estatal y autonómica para la regulación de estos vehículos y no les pueden impedir circular por las vías públicas de la ciudad. "Cualquier vehículo con homologación de industria como vehículo y matriculado por DGT puede circular", recuerdan.

Un tuk tuk frente a la Puerta de Alcalá. Ayuntamiento de Madrid.

La llegada de los tuk tuk a las ciudades turísticas, y sobre todo a las que tienen una morfología más angosta, no es algo nuevo. De hecho, en la ciudad de Toledo empezaron a crecer de forma exponencial hasta que, en 2015, el Ayuntamiento de Toledo prohibió su circulación.

En ese momento, dos promotores turísticos ya operaban en la ciudad del Greco y tuvieron que echarse atrás. Las principales quejas, en esa ocasión, también venían de los vecinos y de los taxistas. La Asociación del Taxi de Toledo aseguraba que los tuk tuk estaban haciendo competencia desleal al gremio.

En Barcelona y en Madrid es donde más proliferan este tipo de vehículos y su convivencia está empezando a ser un problema. De hecho, el Ayuntamiento de la Ciudad Condal elaboró un decreto para restringirlos y que la Policía Local pueda hacer "más presión" con las bicitaxis.

Y su apuesta fue más allá. El Parlament de Cataluña, es decir, a nivel regional, modificó la Ley del Taxi prohibiendo expresamente el transporte de los tuk tuk como un servicio de taxi. Aun así, muchos circulan con el alegato de que son servicios privados de tour y no un sistema de captación de clientes.

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Sigue la línea de otras grandes capitales como El Cairo, donde el Gobierno también ha tomado medidas para regular estos vehículos de tres ruedas. En su caso, lo que han hecho ha sido introducir un sistema nacional de licencias (parecido al del taxi). En Egipto el problema, obviamente, es mucho mayor. Se calcula que hay 4 millones de estos vehículos.

En España, y concretamente en Madrid, la cifra es muy inferior, pero sigue suponiendo un problema para los vecinos. Además, que sigan aumentando y se conviertan en un problema similar al que han acarreado los patinetes eléctricos, como apuntan desde el PSM, es cuestión "de tiempo". Obtener uno de estos microvehículos es bastante fácil.

Las claves son que no son muy caros (menos de 25.000 euros) y que, al no pasar de 40 kilómetros por hora no necesitan de ningún tipo de licencia especial para conducirlos (como si pasa con las VTC o los taxis). Sólo hace falta que estén matriculados, que tengan un seguro y un permiso de conducción, que ni siquiera hace falta que esa el de coche (B); vale con el de moto.

En internet los tours con tuk tuk se ofrecen desde 40 euros hasta más de 100 y tienen diferentes variedades (nocturnos, por el Madrid de los Austrias, navideño…). El Ayuntamiento no tiene constancia de cuántos hay circulando y tampoco hablan de ninguna regulación. Será la iniciativa socialista, que se prevé presentar el septiembre, la que abra el melón y, tal vez, ponga paz en el conflicto entre tuk tuk, turistas, vecinos y taxistas.

Un tuk tuk frente al Palacio Real. Ayuntamiento de Madrid.