La llegada de este inicio de curso no es como la de otros años. La masiva campaña de vacunación en los últimos meses, así como la disminución de casos de Covid-19, ha cambiado en gran medida los planes de miles de empresas. Estas han visto en la vuelta a la oficina, el primer paso para volver a la normalidad.

De hecho, si bien es cierto que ya desde inicios del 2021 las empresas han comenzado a experimentar cuál es el sistema que mejor se adapta a sus necesidades tras el confinamiento y el periodo más duro de la pandemia, en los últimos meses se ha demostrado que hay ínfulas de cambio.

Muchas empresas aprovecharon la 'vuelta al cole' de septiembre para abrir de nuevo las puertas de sus oficinas, aunque lo hicieron con matices. Hemos visto como, culturalmente, el cambio que se está produciendo afecta a la mentalidad concebida hasta la llegada de la Covid-19 y se han puesto a punto los engranajes para llegar a un objetivo claro: conseguir que el trabajo sea satisfactorio para todos, apostando por una mayor flexibilidad.

Flexibilidad que nos ha conducido a múltiples opciones. Desde las empresas que hemos abierto las opciones para que el trabajador trabaje donde quiera y ofreciendo libertad horaria, hasta el sistema híbrido que, parece, se está imponiendo de manera más amplia y que conduce a unos días de teletrabajo y otros de oficina.

Lo que sí parece claro es que es momento de tomar decisiones relativas a este asunto. Con gran parte de la población española vacunada, el teletrabajo pasa a ser un recurso más que una obligación y con esas reglas, las organizaciones deben aportar sus soluciones. A finales de verano más de 1,8 millones de españoles, según datos del INE, todavía trabajaban más de 2 días a la semana en casa. Solo el tiempo dirá si esa cifra disminuye en este inicio de curso.

Más de 1,8 millones de españoles, según datos del INE, todavía trabajaban más de 2 días a la semana en casa

Así, se abre un gran abanico de posibilidades que debe conseguir que terminemos de aprender una valiosa lección: ser más permeables a las variaciones y a los cambios de estrategia para amoldarnos a las exigencias del momento que nos toca vivir.

Lo que sí queda claro es que las compañías deben tener paciencia. Son cambios estructurales que afectan de manera personal y profesional, por lo que deben tener un tiempo para asentarse de manera efectiva.

Si bien es cierto que el confinamiento obligó a un teletrabajo total para muchos sectores y no quedó más remedio que adaptarse a ese paradigma, actualmente el conflicto de intereses por parte de trabajadores y empresarios es real. Trabajadores que prefieren el sistema en remoto, aquellos que están deseando volver a la rutina de oficina, o dirigentes que quieren una vuelta progresiva a la mal llamada 'antigua normalidad'.

De hecho, tenemos siempre mucha prisa por prever los cambios y adelantarnos, pero este es solo el inicio de una revolución que, ahora sí, con más calma, se podrá llevar a cabo poniendo nuevos temas sobre la mesa.

El sistema laboral no solo es saber si se trabaja en la oficina o en casa, sino que abre otros frentes como la concepción de la oficina, la cual debe pasar a ser un lugar más seguro que antaño para nuestra salud. Además, la digitalización y las nuevas herramientas ya deben -y de hecho ya lo están consiguiendo-  ocupar un lugar privilegiado para ayudarnos.

Y es que hasta este momento, muchas de las empresas españolas no reconocían la importancia de la digitalización en su entorno laboral. Los que abogamos por la digitalización de procesos mecánicos debemos remar y facilitar en nuestro día a día que se puedan realizar cambios como estos para dirigirnos de la mejor manera al nuevo paradigma.

Pero también en otros asuntos como el registro de las horas de trabajo, la jornada laboral de cuatro días para una mayor conciliación, nuevas métricas en torno al salario para la igualdad de género, la desmaterialización de los gastos e incluso la digitalización de procesos de Recursos Humanos (RRHH) sencillos pero necesarios para la cotidianidad laboral. Las compañías ya trabajamos en estas materias para ayudar a crear un sistema laboral acorde a las necesidades y situaciones que nos hemos encontrado en estos últimos años y que marcarán el futuro del empleo a medio plazo.

*** Yoann Artus es Country Manager de PayFit en España.

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