El cinismo del Gobierno con los ERE y sueldos de la banca es enorme. Parecen desconocer conceptos básicos de economía empresarial, nivel competencial y sensibilidad social-laboral.

En primero de ADE (Administración y Dirección de Empresas) se estudia que en las fusiones de empresas lo normal es reducir personal. De dos directores generales, queda uno; de dos comerciales, queda uno; de dos contables, queda uno; de dos porteros de las oficinas centrales, queda uno. El objetivo es servir al mercado con menos costes.

Algunas fusiones mantienen las estructuras intactas, pero son las menos. Por si no se supiera, la historia de las fusiones bancarias españolas reafirma la recurrencia de los ERE. No ha habido ninguna que no haya tenido como consecuencia un ERE. Por tanto, es cinismo llevarse las manos a la cabeza por el ERE de CaixaBank, en una fusión alentada y aprobada por el propio Gobierno. Calviño sabía que se iba a producir sí o sí.

También se sabe que la digitalización bancaria reduce la necesidad de oficinas. De momento, al Gobierno le viene muy bien el mantenimiento de los tipos de interés cerca de cero. Un tipo de interés que le reduce los costes de la enorme deuda pública (120% del PIB) pero que casi anula la rentabilidad bancaria.

Con ese tipo de interés a la banca no le queda otro remedio que reducir costes. Ya lo han hecho con su materia prima (los depósitos de sus clientes). No los remuneran y les cargan todo tipo de comisiones. Ahora tienen que reducir la otra gran partida de gastos: los salarios.

Se quejan las ministras de los sueldos de los altos cargos de la banca ¿a que no se atreven a reducirlos por ley? Saben que irían contra el libre mercado y la productividad.

¿Quién sabe lo que hay que pagar a quienes aportan un gran valor añadido a sus empresas? Solo sus consejos de administración podrían reflexionar sobre su abanico salarial. Eso es parte de su RSC (Responsabilidad Social Corporativa) y no es competencia del Gobierno decidir sobre ello.

También es cinismo denunciar estos ERE cuando saben que por el tamaño de esos bancos (CaixaBank, BBVA, Santander, …) son jurisdicción del BCE que preside Lagarde. Es cínico quejarse en los medios, cuando conocen que no es competencia del Gobierno; deberían gritar ante el organismo competente, que no es el Banco de España.

Pero tanto Caviño, como la vicepresidenta-ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ponen el grito en el cielo para sacar su veta progre. Se indignan diciendo que no es posible que los banqueros tengan sueldos tan altos, mientras despiden gente. Desde que Thomas Piketty demostró la subida de la desigualdad de rentas con la nueva economía, todo progre que se precie tiene que agarrarse a eso.

Demagogia, porque lo importante no es que exista desigualdad de rentas. Lo importante es que las rentas más bajas suban. La 'ricofobia' es una necedad. Los países más pobres son aquellos en los que hay unos pocos que concentran el poder y muchos pobres muy pobres. Los países más desarrollados se caracterizan por una amplia clase media-alta que a su vez crea puestos de trabajo con su actividad profesional y consumo.

En el caso de España, si se mira la procedencia de los altos directivos de la banca, salvo una contada excepción, son de clase social media y media-baja, e hijos de trabajadores. La banca en este país ha sido un camino de ascenso social y económico de muchos de ellos. Además, se anuncia que se reducirá parte de su bono por razones éticas y estéticas. Sin hacer ruido, por responsabilidad personal y ejemplo.  

Que Calviño que se ha lucrado de los sueldos de la UE se queje de que otros adquieran patrimonio es un acto de cinismo y, quizás, ¿de envidia? Esperen y verán las puertas giratorias hacia el sector privado cuando acabe la estancia en el Gobierno de sus actuales miembros. Ya se sabe que lo lucrativo es ser exministre (sí, con e).