Toda crisis trae consigo la aparición de oportunidades. En esta ocasión, donde el virus SARS-CoV-2 está sometiendo a la población mundial a una prueba de una dureza nunca vista desde la última guerra mundial, una de las grandes oportunidades será tomar conciencia del medio que nos envuelve y de la importancia de la calidad de aire.

Al principio, esta nueva enfermedad, la Covid-19 nos acechaba en cualquier punto imaginable e inimaginable. Pero con el paso de los meses hemos ido aprendiendo dónde se encuentra realmente el peligro. Posiblemente la mejor prevención sería intentar educar a la sociedad en los aspectos básicos inmediatos de cercanía.

En primer, lugar debemos tomar conciencia de que estamos inmersos en un fluido: el aire. Tiene una densidad baja respecto al fluido más conocido, el agua, pero sus comportamientos siguen las mismas normas. El hecho de estar sumergidos desde nuestro nacimiento en este medio hace que no seamos conscientes de que existe algo a nuestro alrededor, algo que, al igual que el agua, tiene múltiples partículas en suspensión. Nos resulta fácil imaginar el plancton viajando por el mar y en cambio no solemos extrapolarlo al aire cuando su comportamiento se rige por la misma física.

El hecho de estar sumergidos desde nuestro nacimiento en aire hace que no seamos conscientes de que existe algo a nuestro alrededor

Efectivamente el enemigo se pasea, invisible e indetectable por el aire a merced de las corrientes y de los cambios de temperatura. Si a eso añadimos que durante un solo día inspiramos y espiramos 8.000 litros de aire, el tema ya empieza a parecer complejo y a explicar el porqué de la dificultad del control de la pandemia.

Por esta razón no basta con la mascarilla, con la higiene de manos, con la distancia social, con la desinfección de superficies, etc. Hay que ventilar los espacios cerrados y nos podemos apoyar en purificadores de aire. Se trata de poner el máximo número de capas de seguridad entre él y nosotros.

La preocupación por la calidad de aire interior en las edificaciones ya hace años que se tiene en consideración con las indicaciones mínimas básicas de las normativas del RITE 2007 (reglamento de instalaciones térmicas) y del CTE 2006 (código técnico de la edificación). Pero a partir de ahora todo indica que esta preocupación por la calidad de aire interior cogerá mucha importancia.

Una buena calidad de aire interior mediante un buen control de la ventilación puede reducir muy notablemente las infecciones por virus y bacterias. Este control de la calidad de aire es llevado al extremo en los quirófanos y en las salas blancas. En estos espacios se filtra el aire exterior con baterías de filtros G4, F9 y H14 (el ya famoso HEPA H14).

Hace más de 70 años que se creó la normativa para clasificar y certificar estos filtros rigurosamente por su delicada e importante función. También se llevan a cabo muchas renovaciones del total del aire de la sala, entre 15 y 600 renovaciones por hora en función de la clasificación que necesita certificar la sala para realizar su cometido. Como ejemplo diremos que un quirófano convencional Tipo B, clase 1, ISO clase 7, debe realizar, como mínimo una renovación total del aire cada 3 minutos, o sea 20 renovaciones por hora.

Otra importante capa de seguridad son los purificadores de aire. Pero atención, el 95% de los equipos que hay en el mercado no pueden garantizar su eficiencia.

No existe una normativa de ensayo para estos aparatos, por lo que se usa la experiencia de los quirófanos y se cumple su normativa de certificación de filtros. Esta normativa, la EN1822, indica cómo deben ensayarse los filtros para obtener una real eficiencia de filtración y de estanqueidad.

La EN1822 clasifica los filtros denominados HEPA (alta eficiencia de captación de partículas) en función de su eficiencia desde H13 a H14 o clasificaciones superiores conocidas como ULPA (ultra alta eficiencia de captación de partículas). La norma es tan rígida que obliga a entregar cada filtro cerrado en bolsa estanca con su certificado de ensayo único y numerado en el interior.

Una clasificación HEPA H14 certificada EN1822 marca una eficacia del 99.995% de la partícula de máxima penetración de 0.2 micras. Medidas inferiores o superiores son retenidas con mayor eficiencia.

Para finalizar, educación, mascarilla, higiene, desinfección, distancia, ventilación, purificación y revisar el cumplimiento de la norma EN1822 en los filtros.

*** Cinto Sunyer i Vilar es ingeniero y director comercial de Casals.