Ser propietario de una vivienda es el gran sueño de muchas personas y familias. Una inversión a largo plazo que tiene un principio, cuando se deposita la entrada, y un final, cuando se acaba de pagar la hipoteca. Un periodo que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), está por término medio en 25 años.

Pero poder dar esa entrada implica un esfuerzo ahorrador que varía dependiendo de dónde se viva. Y eso se traduce en que los plazos se alargan desde que se piensa en cumplir ese sueño (y se comienza a ahorrar) hasta que la persona pague el último euro.

Así lo refleja un estudio de Raisin, que ha tenido en cuenta una serie de variables como el sueldo medio en la región, el coste de vida, el precio de la vivienda por metro cuadrado, y los impuestos regionales. Y el resultado es esclarecedor.

Si se quiere comprar una vivienda en Palma de Mallorca, la persona debería ahorrar durante 16 años y un mes para poder hacer frente a una entrada del 20% del valor total de la misma.

Según la plataforma de ahorro europea esto se debe a una serie de factores. Para empezar, Palma de Mallorca es un destino vacacional por excelencia. De ahí que esté entre los favoritos de quienes quieren disfrutar de una segunda vivienda. Y eso infla los precios del mercado. Por si fuera poco, los sueldos en la isla son bastante bajos en relación con el coste de vida.

“Estamos hablando de un sueldo medio anual de 17.424 euros después de impuestos frente a unas facturas por el coste de vida de 1.916 euros al mes. Vivir y trabajar en Palma de Mallorca significa que, de media, el 52% de tu sueldo se destinará al alquiler”, señalan desde Raisin.

Tras Palma de Mallorca, es Barcelona la segunda ciudad en la que más habría que ahorrar para la entrada de una vivienda (15 años y seis meses), seguida de Valladolid (15 años y cinco meses). Muy parejo está también San Sebastián (un mes menos que Valladolid). El top 5 lo completa Pamplona, con 14 años y diez meses.

¿Y Madrid?

Que San Sebastián y Barcelona estén entre las cinco ciudades donde es necesario ahorrar más para pagar la entrada se debe a que son lugares caros para comprar una vivienda. En la Bella Easo, se paga una media de 397.871 euros (incluidos los impuestos regionales) por una vivienda de 85 metros cuadrados. El sueldo anual medio es de 25.968 euros.

En el caso de la Ciudad Condal, ese precio medio de la vivienda es de 344.994 euros. El sueldo, por su parte, es de 22.212 euros. ¿Y Madrid? La capital está en lo que se refiere a precio entre Barcelona y San Sebastian: 370.831 euros. Con un sueldo medio anual de 25.296 euros, el ciudadano tardaría 14 años y 8 meses en ahorrar para una entrada del 20%.

Menor esfuerzo

En el otro lado de la balanza, es Almería la ciudad en la que menor esfuerzo hay que hacer para poder dar esa entrada del 20% del valor total de la vivienda. En concreto, sólo 4 años y nueve meses. El sueldo medio tras impuestos es de 1.677 euros, y el coste medio de la vivienda con impuestos es de 94.992 euros.

Según Raisin, por ejemplo, la alimentación y el alquiler de vivienda son casi un 50% más baratos en Almería que en Madrid. Además, si la persona decide vivir de alquiler mientras ahorra para dar la entrada, hay que tener en cuenta que destinará el 21% de su sueldo. Ese porcentaje está por debajo del 30% de media en España.

Tras Almería, se sitúan Cartagena (4 años y diez meses) y Jerez de la Frontera (cinco años y ocho meses). “El precio medio de la vivienda en Cartagena es bastante bajo en comparación con el sueldo anual”, señalan desde la plataforma de ahorro europea. Dicho precio es de 85.852 euros, y el salario es de 1.484 euros.

Lleida y Córdoba son las otras dos ciudades en la que hay que ahorrar menos para poder dar una entrada. En el caso de la ciudad catalana, hablamos de seis años, mientras que en la ciudad andaluza ese plazo es de seis años y tres meses. En Lleida, el precio medio es de 106.918 euros y el salario se sitúa en 1.483 euros. En Córdoba, hablamos de un precio medio de la vivienda de 90.950 euros, y un salario de 1.219 euros.

Noticias relacionadas