La búsqueda de una solución que pusiera fin a la Covid-19 ha sido la labor principal de la industria farmacéutica desde que se declarase la pandemia. Un trabajo que dio sus primeros frutos en apenas nueve meses desde el inicio de la crisis sanitaria y que hoy todavía continúa. Se trata del desarrollo y la producción de vacunas contra el coronavirus, para lo que las farmacéuticas han recibido más de 8.460 millones de euros (10.011 millones de dólares) de origen público.

La financiación pública de la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos es algo generalizado, sin embargo, no es lo habitual en lo que respecta a las vacunas. Una situación que ha cambiado durante la pandemia.

Tal y como recoge The Lancet en un artículo, las farmacéuticas que se han embarcado en la tarea de desarrollar y producir vacunas contra la Covid-19 han contado con más de 8.460 millones de euros de financiación pública. Es decir, provenientes de gobiernos u organizaciones sin ánimo de lucro.

Un chico recibe una dosis de la vacina contra el coronavirus. Efe

Entre las que más dinero público han recibido se encuentran Sanofi y GSK -que prevén que su vacuna pueda comercializarse a finales de 2021- y Novavax -su aprobación está prevista para el tercer trimestre de 2021-. Sus proyectos de desarrollo de antígenos contra la Covid-19 han recibido 1.779 millones de euros (2.100 millones de dólares) públicos cada uno.

Por detrás se sitúa AstraZeneca que, junto a la Universidad de Oxford, ha elaborado una de las vacunas que ya están comercializándose actualmente. En este caso, la financiación pública que ha recibido la farmacéutica anglosueca asciende a 1.440 millones de euros (1.700 millones de dólares).

También Janssen se sitúa por encima del umbral de los 1.000 millones de euros. En este caso, el apoyo público -proveniente del Gobierno de Estados Unidos- para el desarrollo de la vacuna monodosis se ha situado en 1.270 millones de euros (1.500 millones de dólares), siempre según las cifras recogidas por The Lancet.

Por su parte, la farmacéutica que ha desarrollado una de las vacunas de ARN mensajero, Moderna, ha recibido 810 millones de euros (957 millones de dólares). En el caso de Pfizer y BioNTech (su vacuna también es de ARN mensajero), las compañías han recibido 377 millones de euros (445 millones de dólares) de origen público.

Viales de la vacuna contra la Covid-19 de Pfizer-BioNTech Reuters

La colaboración entre Dynavax y Clover Biopharmaceuticals para el desarrollo de una vacuna contra la Covid-19 también ha tenido financiación pública. En este caso ha sido la Fundación Bill y Melinda Gates y la Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias (CEPI) las organizaciones que han aportado más de 364 millones de euros (430 millones de dólares).

Por su parte, la financiación pública que ha recibido CureVac se eleva hasta los 294,8 millones de euros (348 millones de dólares). Esta vacuna todavía no se ha aprobado para su uso y, por el momento, no se sabe si llegará a aprobarse debido a la baja eficacia que ha demostrado en los ensayos clínicos.

En el tramo de la financiación pública por debajo de 120 millones de euros se encuentran las farmacéuticas Sinopharm, Medicago e Inovio. Para el desarrollo de sus vacunas, estas compañías han recibido 120, 116 y 90 millones de euros, respectivamente.

Las últimas partidas públicas destinadas al desarrollo de antígenos contra la Covid que recoge The Lancet corresponden a Covaxx (12,7 millones de euros), SK Biosciences (11,8 millones), Biological E (7,6 millones), la Universidad de Hong Kong (3,4 millones) y CAMS e IMB (2,5 millones).

Hay otras vacunas que también son conocidas pero de las que no se ha desvelado ninguna cifra de su financiación. Es el caso de las desarrolladas por CanSino, el Instituto de Gamaleya (Sputnik V) o Sinovac.

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