Hace 15 días, el Congreso de los Diputados aprobó la Ley de la Eutanasia. España se convertirá, tras el visto bueno del Senado, en el sexto país del mundo en despenalizar la ayuda médica para morir. Una norma que ha sido el gran proyecto de la exministra de Sanidad, María Luisa Carcedo.

Entre el colectivo médico, el debate está servido. A pesar de que Carcedo defendiese que es una ley de “consenso” y “acuerdo”, existe controversia entre estos profesionales sanitarios. De un lado, los que rechazan enérgicamente la norma y, de otro, los que la consideran una manera de avanzar y adaptarse a una sociedad que ya ha cambiado.

El presidente de los médicos madrileños, Manuel Martínez-Sellés, valora de forma negativa la Ley de la Eutanasia. “Se ha tramitado de manera acelerada, sin consultar con los profesionales implicados y en un momento de pandemia en el que los médicos luchamos por la vida de nuestros pacientes”, ha argumentado.

Aplausos de los diputados del PSOE a la diputada Maria Luisa Carcedo, tras la aprobación de la Ley de Eutanasia. Efe

Y no es solo el momento en el que se ha tramitado, sino que “iremos contra nuestro propio código deontológico”. En este sentido, Martínez-Sellés explica que “los médicos hemos estudiado con el objetivo de cuidar a nuestros pacientes y no de matarles”. Por eso, cree que esta ley “destruirá la relación de confianza entre el médico y su paciente”.

Aunque la ley contempla el derecho de los médicos a la objeción de conciencia, el presidente del Colegio de Médicos de Madrid quiere esperar a conocer sus implicaciones. En este sentido, ha dejado caer la posibilidad de que los médicos contratos temporales puedan verse afectados si se acogen a la objeción de conciencia.

“Yo tengo muchos compañeros que firman contratos cada seis meses y habrá que ver las repercusiones”. Por esta razón, defiende que “si hay médicos que estén dispuestos a matar a sus pacientes, sea con ellos con los que se haga el listado y no a la inversa”.

Por su parte, José Polo, presidente de la Sociedad de Médicos de Atención Primaria (Semergen), ha señalado que “la ley es muy matizable”. Hasta ahora, “todas las leyes de nuestra civilización lo que han hecho es proteger la vida y creo que habrá que ver cómo se estipula la ley y cómo es la decisión”.

Un gotero de hospital.

También desde la Organización Médica Colegial (OMC) destacan que esta ley “es contraria al Código Deontológico de los médicos y contradice los posicionamientos de la Asociación Médica Mundial”.

Por ello, reitera su petición de la promulgación de una Ley General de Cuidados que garantice de forma integral, no solo los cuidados paliativos y la atención al final de la vida, sino que contemple también todos aquellos condicionantes sociales necesarios para proporcionar la mejor asistencia a aquellas personas que padecen una grave enfermedad orgánica o psíquica que les genera gran incapacidad y un sufrimiento insoportable.

Defensa de la eutanasia

En el lado contrario, en el de la defensa de la eutanasia, están los futuros médicos, los estudiantes de Medicina. Fuentes del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) han explicado a Invertia que están "a favor de la despenalización de la eutanasia”.

Argumentan su postura señalando que “el paciente tiene derecho a elegir en qué condiciones quiere dejar de vivir. La sociedad está cambiando y la profesión tiene que seguir avanzando”.

Uno de los principios de la bioética médica es el principio de autonomía del paciente, recuerdan desde el consejo. “El paciente tiene derecho a elegir en qué condiciones quiere morir. La muerte tiene que dejar de ser un tabú. Tenemos que dar todas las opciones terapéuticas que existan, pero será el paciente quien decida”, han continuado.

Sin embargo, los estudiantes reclaman formación en este sentido. “Es un ámbito que ahora no se está enseñando en las universidades y necesitaremos formarnos para darle toda la información al paciente”.

Fachada de la Facultad de Medicina de Málaga. Universidad de Málaga

Por su parte, el médico Pedro Larrauire, con quien se ha puesto en contacto Invertia, escribe en su blog que "nuestra sociedad ha progresado, y vamos superando el paternalismo del Estado o de la Iglesia, que nos dicen lo que está bien y lo que debemos hacer. Se van imponiendo las ideas liberales de John Stuart Mill: los individuos son libres de hacer aquello que deseen, siempre que no perjudiquen a otros, y el Estado sólo puede actuar contra un individuo si éste hace daño a otros".

Larrauire está a favor de que se despenalice la eutanasia. "Optar por la eutanasia voluntaria en algunos casos puede ser también un acto de caridad y de generosidad para con la familia propia y para la sociedad, para evitarles a ellos también sufrimientos y gastos", indica en su blog.

Interrogantes

En lo que sí coinciden los profesionales consultados es en los numerosos interrogantes que deja la futura Ley de la Eutanasia. Un punto que destacan desde la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) y la Asociación Española de Enfermería en Cuidados Paliativos (AECPAL) es que “no es posible hablar de atención digna ni de muerte digna cuando no está garantizado que las personas puedan decidir dónde, cómo y con quién morir; sólo cuándo”.

Asimismo, ponen sobre la mesa la necesidad de garantizar los cuidados paliativos. En un comunicado reciente han señalado que “ahora que se garantiza por ley el derecho a la primera, pero no a los segundos, ¿qué hacemos con las miles de personas que sí necesitan y quieren cuidados paliativos, pero no los reciben? Asegurar que así sea también es garantizar un final de vida digno”.

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