Muchos dicen que 2020 ha sido uno de los peores años de la historia contemporánea. Y, parcialmente, tendrán razón, pero hay un dicho muy clásico que dice: “Cuando alguien pierde, alguien gana”. Y esta vez no es la excepción.

Como era de esperar, los mayores beneficiarios han sido las compañías tecnológicas. De acuerdo con los datos de McKinsey, la capitalización del sector high tech subió de 7,5 billones a 10,7 billones año contra año. Mientras, las ganancias de los accionistas supusieron alrededor de un 44%. Es importante añadir que este sector incluye a las compañías de software, servicios y soluciones de tecnologías de la información y hardware.

El segundo sector que consiguió brillar en el año ha sido el de bienes de consumo duraderos. Su capitalización creció por encima de 32%, mientras que el rendimiento de las acciones fue del 35,6%. Los ordenadores, portátiles y tabletas han experimentado el mayor crecimiento entre todas las categorías de productos electrónicos y electrodomésticos de consumo, impulsado por el trabajo y estudio remotos.

El tercer ganador ha sido el de automoción. Su capitalización de mercado creció desde 2,6 billones en 2019 hasta 3,6 billones en 2020. El retorno de accionistas, a su vez, fue del 34%. De repente, los coches privados han vuelto a ganar participación mientras que los viajes compartidos se han quedado obsoletos.

La pandemia de la Covid-19 también incrementó tanto el foco de la atención como la inversión en vehículos autónomos, así como coches eléctricos. Por lo tanto, no debería ser ninguna sorpresa que las acciones de Tesla y de sus rivales más cercanos hayan subido tanto.

No debería ser ninguna sorpresa que Tesla y sus rivales más cercanos hayan subido tanto

Por el lado contrario encontramos al sector de petróleo y gas, cuya capitalización pasó de 5,8 billones en 2019 a 4,6 billones en 2020. Las pérdidas, a su vez, han supuesto cerca del 18%. Esta situación se explica por la caída en la demanda de petróleo por las cuarentenas a nivel mundial, así como la inestabilidad geopolítica y desarrollo de energías renovables.

Es verdad que en los próximos 10-20 años el petróleo seguirá siendo una de las fuentes de energía principales, pero con el tiempo las renovables ganan mayor cuota y las compañías que no piensan en el futuro tarde o temprano desaparecerán.

La industria aeroespacial también sufrió un golpe duro. Una vez más se debe a las cuarentenas y cierres de fronteras para prevenir la propagación de virus. Como resultado, una serie de compañías grandes han quebrado o están cerca de declararse en bancarrota. Lufthansa, por ejemplo, tuvo que aceptar la propuesta de rescate del Gobierno alemán. Ahora el Estado germano posee un 20% del capital de la aerolínea. Según las reglas, es un porcentaje con el que Berlín no intervendría en las decisiones de la aerolínea…

El último sector del que nos gustaría hablar es el bancario. Durante años pensábamos que quien controla la banca controla el mundo, pero con el paso de tiempo esta mentalidad desaparece. Al final quedarán pocos bancos que tendrán que compartir el mercado con la banca digital.

No va a pasar del día a la noche, pero el futuro parece algo menos prometedor para los bancos

En el año, el sector bancario perdió cerca de un billón en la capitalización mercantil. El retorno, a su vez, fue del -11%. Las noticias de que los bancos centrales están pensando en crear una moneda digital propia, mientras tanto, podrían significar la desaparición de los bancos comerciales. Claramente no va a pasar de día a noche, pero el futuro parece algo menos prometedor para los bancos. 

***Igor Kuchma es analista de Trading View