Los empresarios han hablado. Y le dicen al Gobierno que este no es el momento para lanzarse a la reforma del sistema de previsión social. Una aplastante mayoría de empresas españolas considera que “no se dan las condiciones económicas” para exigirles que impulsen ahora los planes de empleo en los que Moncloa quiere basar su estrategia para compensar la previsible merma de las pensiones públicas.

Así lo advierte nada menos que un 63% de las empresas que operan actualmente en España, según el informe ‘Situación de las pensiones en España’ elaborado por KPMG que ha visto la luz este domingo. En él se pone especial acento en el impacto de la Covid-19 en los mecanismos de previsión social que ayudan los trabajadores a complementar la pensión pública en el momento de su jubilación.

De este modo, queda en evidencia que las estrecheces financieras que para muchas empresas está suponiendo esta crisis del coronavirus amenaza seriamente con complicar el éxito de los planes del Gobierno. Y es que, aunque un 87% de las empresas se muestra “dispuesto a realizar una aportación sobre el salario a sus empleados con el objetivo de destinarlo al ahorro para la jubilación”, son mayoría las que apuntan que “actualmente” la cosa se complica.

Menos aportación

Tanto es así que un 10% de las empresas españolas reconoce que este año se ha reducido la aportación que tenían por costumbre realizar a los planes de pensiones de sus empleados. Y no solo eso, sino que el estudio recoge que un tercio de las que han metido la tijera a estas cuotas -un 3,3% del total-, las ha mermado en un 75% o más frente a los que acostumbraban antes del estallido de la pandemia.

Las empresas que se han visto obligadas a recortar en esta partida lo han hecho por un año en el 33% de los casos. Mientras tanto, un 67% ha optado por un plazo más benévolo para sus trabajadores, ya que en principio solo mermarán las aportaciones durante seis meses. En cualquier caso, lo impredecible de la pandemia y su impacto definitivo hace que estas métricas puedan ser muy variables, como advierte cada nueva batería de previsiones macroeconómicas que sale a la luz en los últimos meses.

Más incentivos

Todas estas cifras suponen un gran obstáculo para el objetivo del Gobierno de potenciar los sistemas de empleo frente a los planes de pensiones individuales. La primera señal, después de tiempo apuntando en esta línea, la lanzó la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hace unas semanas.

El Consejo de Ministros ya ha aprobado una merma del 75% en las deducciones que hasta ahora estaban vigentes para los sistemas individuales. Así, el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2021 que se está tramitando en el Congreso de los Diputados reduce de 8.000 a 2.000 euros el límite anual de aportación, mientras que para los de empresa se ha elevado de 8.000 a 10.000 euros.

Las empresas reclaman que en este tiempo de economía convulsa, si el Gobierno decide dar pasos en las líneas señaladas, los incentivos fiscales se multipliquen. Para un aplastante 98% de las empresas que operan en España, las ventajas fiscales establecidas hasta el momento son “insuficientes”. Además, un 77% consideran necesario que se establezcan ya nuevas medidas en esta área.

Además, según el estudio de KPMG, solo un 8% considera que la clave para fomentar el ahorro de cara a la jubilación está en potenciar los planes colectivos frente al 82% que cree que el golpe de efecto llegaría impulsando tanto los sistemas individuales como los de empresa.

Incentivos a la previsión social en los países de la OCDE KPMG

En este sentido, a pesar de que varias formaciones políticas han cargado contra los beneficios fiscales de estos planes de previsión, el estudio señala que "no alcanzarían el 60% del promedio de la OCDE". Dentro de este club, y en lo referente a mercados europeos, España solo se situaría por delante de Austria, Grecia y Suecia.

No solo eso, sino que que al no contemplarse reducciones en el momento del rescate -más allá del supuesto introducido para mitigar los efectos de la pandemia- las prácticas vigentes en España "distarían mucho de los países con alto desarrollo de la previsión social complementaria como Alemania u Holanda", explica el estudio.

Aplastante minoría

Incluso con estos obstáculos, un 43% de las empresas se muestra “dispuesto” a realizar aportaciones para sus trabajadores de hasta el 2% de sus salarios. Es tanto como lo que suman el resto de opciones planteadas en el informe. Solo un 14% de las corporaciones asegura contar con voluntad y solvencia suficiente como para asumir aportaciones por el 5% de la nómina de sus plantillas. El porcentaje se eleva al 29% si se plantean aportaciones por el 4% del salario.

A pesar de todo, la realidad es que hoy por hoy solo un 27,5% de las empresas cuentan actualmente con planes de jubilación implementados. Dicho de otro modo, un 72,5% de las sociedades no cuentan todavía con ningún sistema en esta línea, lo que también es reflejo del elevado peso de las pymes en el tejido empresarial español.

Esto tiene una derivada más. Y es que, según ha advertido ya el sector financiero, compromete las condiciones de jubilación para los empleados de estas empresas de tamaño más modesto. Ya sea por los costes de difícil asunción que estos mecanismos pueden tener para algunas sociedades, bien porque en algunos casos podrían quedar huérfanos por el escaso interés que tendría para la industria de la inversión el diseño de planes específicos para este segmento.

A este respecto, los expertos de KPMG indican algunos elementos claves en los que trabajar para que, más allá de posibles incentivos fiscales, los planes de empresa puedan adquirir una mayor popularidad. Frente al compromiso a largo plazo que supone el establecimiento de estos sistemas, la consultora propone planes vinculados a resultados como parte de la retribución flexible de los empleados, algo que ya rige en un 72% de las empresas españolas que sí contemplan mecanismos de previsión social.

La banca manda

Por ahora, el alumno aventajado es el sector financiero, donde el 27,1% de las empresas cuentan con un plan de previsión. El segundo puesto es para el sector servicios, aunque a una holgada distancia, pues el porcentaje se reduce al 17,7%. El bronce de este particular podio es para la industria química y farmacéutica, con un 12,5% de empresas con sistemas de ahorro para la jubilación, según el estudio.

A la cola de este listado, las empresas de transporte y logística, donde solo un 1% contempla estos mecanismos de ayuda al trabajador para su retirada laboral. Segundas a la cola, aunque con un porcentaje que duplica a las anteriores, las firmas de tecnología, con un 2,1%. En este grupo, la menor edad media de las plantillas y compañías podría tener parte de culpa.

Un jubilado muestra una cartera vacía.

Aunque en todo caso se trata de una minoría que ni siquiera alcanza a un tercio de las compañías, también en este grupo hay clases. Así, el estudio señala que un 39,6% de las empresas que ya realizan aportaciones para la jubilación de sus empleados cuentan con más de un plan de previsión, lo que supone casi un 11% del total.

Por lo que se refiere a los beneficiarios de estos planes, sí que hay mejores noticias en lo que toca a los planes del Gobierno. Un 61% de los mismos se destina a toda la plantilla de las compañías que los implementan, mientras que solo un 20% se reserva a directivos. Para mandos intermedios exite un 3% de planes específicos, según recoge el informe.

Aquí cabe subrayar que las compañías del Ibex 35 han recortado un 45% en los dos últimos años las aportaciones a los planes de pensiones de los miembros de su consejo de administración. Un análisis específico de KPMG sobre este colectivo señalaba que, en promedio, aportaron 575.000 euros a los planes de previsión social de sus empleados más ilustres en 2019, último año para el que hay datos disponibles. Una cifra que se queda muy lejos de los 1,05 millones de euros que destinaban a este mismo fin solo dos años antes.

Noticias relacionadas