¿Están los españoles condenados a una jubilación peor de la que esperan? Eso parece. Y no solo porque la capacidad del sistema público de pensiones siga en entredicho, sino porque los que optan por un plan de pensiones privado no terminan de afinar su puntería. Son mayoría los que eligen categorías de escasa rentabilidad y, además, productos con rendimientos muy inferiores a los mejores de su misma tipología.

No es lo mismo contratar un plan de pensiones en la entidad bancaria o bróker online de turno que ahorrar bien para la jubilación. Así lo pone de manifiesto un reciente estudio de la gestora independiente Abante, que pone el dedo en la llaga: “Se ahorra poco y, en muchos casos, ese ahorro no se está canalizando de la mejor manera”. Tal es el caso que los productos más demandados por los españoles son los de renta fija mixta, que son la tercera categoría con menor rendimiento para sus partícipes en un horizonte temporal a diez años, solo por detrás de renta fija a corto y largo plazo.

El hecho de que más de un 30% del total del patrimonio de la industria esté en planes de esta tipología muestra que, a pesar de que a largo plazo la bolsa ofrece mayor rentabilidad que los bonos, el que contrata un plan de pensiones “continúa siendo mayoritariamente conservador”. Algo que se traduce en aspirar a una menor rentabilidad -y un mayor esfuerzo inversor- a cambio de una mayor seguridad. Los planes de renta variable apenas suponen algo más del 10% del total, según los últimos datos recopilados por la patronal Inverco.

"Las aportaciones se siguen concentrando al final del año, que es cuando la mayoría de personas se acuerda de su plan y decide destinar el dinero que le sobra"

Pero la serie de desatinos para el inversor tipo de un plan de pensiones en España no termina aquí. Las cifras muestran que, por indicación de los agentes de las redes de comercialización o por temor a contratar productos menos difundidos, los 'superventas' de la clase merman hasta en un 50% la rentabilidad obtenida por los mejores de su categoría. Y es en los más vendidos en los que se concentra el grueso del patrimonio de cada categoría con las únicas excepciones de renta variable (44%) y garantizados (42%).

El estudio de Abante deja en evidencia que los diez productos de previsión más vendidos en renta fija mixta aportaron a sus partícipes una rentabilidad del 2,3% en los últimos diez años, mientras que la media de la decena más rentable de la categoría arrojó ganancias del 4,6%. Exactamente el doble que los más habituales en las carteras de inversión de la población española, que concentran un 58% del patrimonio frente a solo el 2% que aglutinan los más punteros.

La historia se repite, y la brecha se agranda, en los más conservadores de renta fija a corto plazo. En esta categoría, los más vendidos arrojan un rendimiento medio del 0,71% frente al 1,83% de los mejores de su categoría. En este caso, los que más se colocan a los ahorradores son representativos de un 77% del patrimonio del grupo, frente a solo un 18% del ‘top ten’.

A ÚLTIMA HORA Y DETRÁS DE LAS MANOS FUERTES

Un factor añadido que penaliza los resultados de estos planes de pensiones ‘superventas’ es que muchos de sus partícipes -muchos de ellos ahorradores e inversores de perfil minorista- concentran en espacios temporales muy concretos sus aportaciones. Una situación que, según gestores consultados, “genera una especie de cuellos de botella” en los que se encuentran más dificultades para maniobrar en los mercados por el volumen de capitales que deben movilizar en un breve espacio de tiempo.

Esta situación se da, especialmente, al final del año, una época en la que las entidades financieras rivalizan por atraer nuevos clientes o arrebatárselos a su competencia con el reclamo de los incentivos fiscales (que solo son beneficiosos para un 4% de la población española) y las bonificaciones en cuenta. Tan de última hora es el grueso de las aportaciones que el estudio revela que diciembre sigue siendo el rey en la materia. “Es cuando la mayoría de personas se acuerda de su plan y decide aportar el dinero que le sobra”, explican los expertos de Abante.

"La elección de la categoría del plan de pensiones suele hacerse con el paso cambiado: renta variable tras las subidas y menos riesgo después de las caídas"

Y es que por mucha desestacionalización que se procura y se empieza a vislumbrar, un 50,4% de la entrada de dinero tiene lugar desde octubre hasta Nochevieja. Hace tres años, el volumen de aportaciones del último trimestre del año fue equivalente a un 61,4% de todo el dinero que entró en la industria a lo largo del ejercicio.

A esta falta de puntería de los españoles que ahorran para su jubilación, que apenas son un 44% de los trabajadores, se le suma un mal común con los fondos de inversión. Se trata del manejo un ‘market timing’. Desde Morningstar explican que “por lo general, el inversor tiende a comprar después de que se hayan producido subidas y a vender cuando se ha perdido valor”.

Un mal manejo de calendario al que los responsables de Abante añaden que han observado que en los planes de pensiones “la elección de la categoría se suele hacer con el paso cambiado”. En otras palabras, “más aportaciones a renta variable en los momentos de mercado que resultan más caros, mientras que se tiende a elegir planes con activos de menos riesgo tras las caídas”. Un modo más de privarse de los momentos de mercado en los que el potencial de revalorización de las bolsas a largo plazo es más abultado.

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