Dia se acerca a la hora crítica para su enésima ampliación de capital. En sus últimos coletazos, trae regalo para los especuladores, muy habituales en su capital desde el desembarco del ruso Mikhail Fridman. Entrar en la cadena de supermercados a través de los derechos de esta operación es un 16% más barato que hacerlo con la compra de sus actuales acciones.

Esta significativa brecha es fruto del escaso interés que la ampliación de capital parece haber suscitado entre los pequeños inversores de Dia. Y es que, desde que los derechos comenzaron a marcar precio en bolsa hace dos semanas, han acumulado un descalabro de nada menos que el 56%. Desde los 0,027 euros de los que partieron hasta los 0,0012 euros que tienen por referencia al arranque de esta semana.

Un drástico retroceso que, según los analistas, habla de mucho más interés por vender entre los actuales accionistas del grupo de supermercados que de apetito por comprar entre el conjunto de la comunidad inversora. En este sentido, la recurrencia del equipo de Fridman por esta fórmula para levantar el capital que su plan de transformación va requiriendo parece haber agotado ya la cartera o la complicidad de muchos inversores.

Dos sesiones clave

A falta de dos sesiones para que se cierre el plazo de negociación de estos derechos, han cambiado de manos 1.635,6 millones de estos títulos. En el mismo periodo de tiempo, se han cerrado operaciones por 1.848,4 millones de acciones de Dia en el mercado oficial español, según datos de Infobolsa. Una proximidad que de nuevo vuelve a apuntar más hacia un interés especulativo de cara a esta operación que hacia confianza en el futuro más inmediato de la compañía.

Con estas premisas, todo apunta a que podría repetirse la historia de la ampliación de diciembre de 2019. Entonces, los pequeños accionistas no cubrieron su parte en la ampliación de capital por 187 millones de euros. Una tímida respuesta que provocó que en las sucesivas rondas de colocación de nuevos títulos el propio Fridman -a través de la firma LetterOne- ganase peso, aumentando el ya existente efecto dilutivo.

Actualmente, el empresario ruso es dueño de un 74,8% de Dia, según figura en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Sin embargo, si los minoritarios no acuden a su llamada, el peso del magnate podría llegar a engordar hasta el 96% del capital, lo que implicaría condenar a los minoritarios a una casi completa irrelevancia en la gestión del día a día de la cotizada.

En esta ocasión, y hasta el martes, los minoritarios tienen en su mano la opción de acudir o rechazar una ampliación de 268,5 millones de euros. Por cada una de las actuales acciones del grupo de supermercados en cartera, recibirán un derecho y serán necesarios 13 de estos para poder acceder a la compra de un paquete de 100 acciones de nueva emisión, para las que se ha fijado un precio de 0,02 euros por título dividido a partes iguales entre valor nominal y prima.

Engorde asegurado

A razón de los actuales precios de mercado de los derechos, que el mismo viernes perdieron otro 7,7% de su valor, el gasto de comprar una acción por esta vía supondría que se quedaría en 0,02013 euros por unidad. El viernes, las acciones de la compañía de distribución cerraron a 0,0236 euros.

Una brecha que, además de suponer una vía más que provechosa para las estrategias de arbitraje habituales en torno a estas operaciones, también pueden suponer una ventajosa entrada para aquellos inversores que sí apuesten por el potencial de Dia y el plan de reestructuración de Fridman. Una hoja de ruta que en este caso pasa también por la conversión en acciones de diferentes créditos y emisiones de deuda en manos de LetterOne por 769,2 millones de euros.

Aunque el compromiso sobre el papel es que la ampliación de capital esté lista antes del 29 de octubre de este año para que puedan aplicarse todos los cambios previstos en su estructura de capital, el objetivo real es que las nuevas acciones de Dia comiencen a marcar precio ya el próximo 12 de agosto. Una meta a la que Fridman está determinado, aunque eso podría suponer rascarse más el bolsillo e incrementar su dominio sobre la cotizada.

Los cabecillas

De momento, los dos minoritarios más reconocidos de Dia han lanzado una arenga a sus colegas para que respalden una operación que inicialmente rechazaban con el fin de que los pequeños inversores puedan seguir siendo determinantes en algunas cuestiones sobre la gestión de la compañía. Tanto Naturinvest, vinculada con la familia francesa Bontoux, como Western Gate Investments, del empresario portugués Luis Amaral, se han animado a acudir a la llamada de Fridman.

Sin embargo, solo el segundo ha asegurado que predicará con el ejemplo y suscribirá todas las nuevas acciones que le corresponden en virtud de su actual 2,18% de Dia. En este sentido, el pleno debate sobre la ampliación que ahora toca a su fin, los Bontoux dejaron caer su participación por debajo del umbral del 3% de su capital social después de dos años de pulso infructuoso con un Fridman que sí se muestra dispuesto a seguir engordando su inversión.

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