De azote a motor. Las pequeñas cotizadas se han convertido en la encarnación del cuento del patito feo en esta crisis de la Covid-19. Si en el estallido de la pandemia se llevaron una de las peores partes del castigo en los mercados, han conseguido encabezar la remontada al punto de haberse convertido ahora en recomendación destacada de una horda de firmas de inversión.

Las smallcaps que hace poco menos de un año infligían un duro castigo a sus inversores, suponen ahora una preciada posición inversora. Y es que son cada vez más casas de análisis las que señalan que la todavía incipiente recuperación económica podrá tener un efecto más significativo a medio plazo en las pequeñas cotizadas de las bolsas.

Más allá de una mayor agilidad en la remontada, que es algo que ya se está produciendo, lo que los expertos valoran de las pequeñas de las bolsas es su mayor facilidad para esquivar los bandazos de precio a golpe de titular a los que están cada vez más sujetos los índices de referencia de cada plaza. Especialmente en todo lo que toca a previsiones macroeconómicas y novedades relacionadas con las campañas de vacunación.

Rally del 100%

El Barómetro de Carteras elaborado por Natixis IM apuntaba con rotundidad a las smallcaps como responsables primeras del castigo a la inversión de los españoles en bolsa cuando la cresta de la primera ola de la pandemia comenzaba a aflojar. El Ibex Small Cap refrendaba esta tesis con un descenso del 40% desde el arranque de 2020 hasta mínimos por debajo de los 4.100 puntos. En el mismo periodo, el Ibex 35 cedió un 36%.

Ahora, casi un año después, las ternas se han cambiado. Desde aquellos mínimos del pasado marzo, el índice de referencia de las pequeñas cotizadas españolas ha subido más de un 100%. El Ibex 35 ha remontado un 35%. Y el paralelismo se repite en otras muchas plazas internacionales. Tanto europeas como de fuera de la región. No hay que olvidar que el Russell 2000 estadounidense se encuentra en máximos históricos.

Un reciente estudio de Lyxor, filial del grupo francés Société Générale, abunda en esta tesis de inversión cada vez más popular. Los gestores activos de fondos de inversión especializados en pequeñas cotizadas tuvieron un éxito frente a sus índices de referencia superior al que lograron sus colegas especializados en grandes cotizadas.

En Europa se marcaron una rentabilidad extra del 9,5% frente al 2,5%, en Reino Unido obtuvieron un margen del 10,7% contra el 0,9% y en EEUU la brecha fue aún más significativa. Del 9,9% de rendimiento extra que obtuvieron los gestores especializados en pequeñas cotizadas del país a las pérdidas del 3% frente al índice que sufrieron los fondos que apostaron por los pesos pesados de Wall Street.

“Viento en popa”

Una de las gestoras que más recientemente han apuntado hacia el potencial que ofrecen las smallcaps tras su buen desempeño en la recta final de 2020 ha sido Lazard Frères Gestion, que en un reciente análisis destaca que el actual contexto es de “viento en popa para las pequeñas empresas”. Lo dice poniendo el foco en el poco conocido índice Emix Smaller Euroland.

Con estas premisas, la firma gala señala que estas compañías ofrecen un atractivo potencial de revalorización gracias a que cuentan con “altos márgenes de crecimiento”, un escaso seguimiento de la comunidad inversora que favorece “ineficiencias del mercado y anomalías de valoración”, además de un amplio abanico para fomentar la “diversificación”.

El director de inversiones de Axa Investment Managers, Chris Iggo, subrayaba en un análisis publicado al cierre de enero que las acciones de pequeña capitalización “han sido persistentes en cuanto a a rendimientos ajustados”, pero apunta a que la cosa podría ir a más. Y es que señala que tienen “la capacidad de generar fuertes retornos en aquellas partes del ciclo económico caracterizadas por la expansión y condiciones monetarias favorables”.

Esta descripción es la que lleva a casas como Andbank tener a las smallcaps como destino preferente de inversión en su hoja de ruta para navegar este 2021. Así, la rotación de carteras que ha iniciado la entidad para sacar el máximo partido a la esperada recuperación económica apunta con decisión a índices como el Russell 2000 estadounidense. Un selectivo que, además, cuenta con más peso en valores de fuerte componente value frente a las grandes capitalizadas growth.

Brecha histórica

Desde IG, el analista Sergio Ávila, aconseja con rotundidad mirar más allá de los tres grandes índices de Wall Street al invertir en la otra orilla del Atlántico. En su opinión, el Russell 2000 comprende el segmento de mercado que más debería beneficiarse de la adopción de nuevos estímulos para el tejido empresarial, aunque advierte de la necesidad de “ser muy selectivo”.

En definitiva, un cúmulo de recomendaciones de las que ya daba pistas la última Encuesta de Gestores de Fondos de Bank of America del turbulento 2020. La búsqueda de nuevas oportunidades de inversión junto a la búsqueda de refugio inversor ante las ciclópeas valoraciones de las grandes tecnológicas apuntaba con contundencia a las smallcaps.

El estudio del banco de inversión señalaba que la brecha de inversión entre smallcaps y grandes capitalizadas se inclinaba en vísperas de este año un 31% a favor de las primeras. Un porcentaje que si ya era notable por sí solo, alcanzaba toda su significación por tratarse de máximos históricos en una serie que se remonta al ejercicio 2006, cuando nadie preveía el hundimiento de Lehman Brothers que dos años después supuso el estallido de la última gran crisis financiera.

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