La expansión del coronavirus ha infectado de pánico a los inversores. El Ibex 35 se ha dejado un sonoro 11% en las últimas seis jornadas, pero el desplome podría estar lejos de haber tocado fondo. Los analistas técnicos consideran que, si no llega el freno para la epidemia y los inversores no retoman las compras, el índice rey español se enfrenta a un abismo de caídas de otro 6%. Hasta los 8.400 puntos.

A pesar del castigo que ya acumula el Ibex 35, que en estas seis sesiones ha perdido más de 1.100 puntos, los expertos coinciden en que la composición de su cesta de valores no ayuda precisamente a esquivar los golpes que todavía puedan estar por venir.

Y lo malo es que la caída de los últimos días ha sido tan vertical que ha dejado pocas referencias para que su gráfica pueda tomarse un respiro si vienen nuevos descensos.

Los ingredientes del cóctel fatal para el índice español incluyen compañías vinculadas a la industria turística, como Meliá, IAG, Amadeus y Aena, cotizadas estrechamente vinculadas a la evolución del precio de las materias primas, como Repsol, Acerinox y ArcelorMittal, y no podría faltar su rasgo más característico frente a sus vecinos europeos: el peso dominante de los bancos.

Estos últimos, penalizados con más fuerza en los últimos días, comienzan a descontar en su precio que los tipos de interés en mínimos históricos que dañan sus márgenes de negocio se quedarán por más tiempo del previsto. Una consecuencia directa si se cumplen las previsiones más agoreras sobre el impacto del Covit-19 en la economía europea.

Récord desde la quiebra de Lehman

Uno de los datos que deja en evidencia la virulencia de estas últimas caídas es el que señala Aitor Méndez, analista de IG. “Desde la quiebra de Lehman Brothers, el Ibex solo ha registrado una caída de 1.000 puntos en tan pocas sesiones cuando se publicaron los resultados del referéndum del brexit”, apunta para después apostillar que “la histeria colectiva sigue rompiendo récords recientes”.

Por si fuera poco, este drástico retroceso se ha construido con volúmenes mucho más abultados que los intentos de rebote que el índice ha dibujado. Así lo señala Eduardo Bolinches, analista de Invertia, que subraya que la voz de alarma ha estado en la perforación de los 9.050 puntos, cota clave coincidente con sus mínimos del pasado agosto.

Convencido de que la sobrecompra que sufre el índice apunta al rebote, no descarta que un nuevo episodio de pánico siga tirando hacia abajo de una gráfica “en la que no hay ningún freno hasta los 8.600 puntos”. Desde ahí, la puerta quedaría abierta a retrocesos hasta mínimos intradía de los últimos seis meses, en los 8.401 puntos.

Incluso aunque llegue un rebote en los próximos días, Juan Enrique Cadiñanos, director de Admiral Markets España, descarta que los 10.000 puntos de hace solo ocho días puedan volver a estar al alcance del selectivo. Por abajo, “la primera parada estará en los 8.500 puntos, aunque romper los 8.900 también costará”, advierte. Eso sí, previene que más por tratarse de una cota psicológica que de un soporte técnico consistente.

El sentimiento inversor, hundido

A favor de un próximo rebote si no llegan nuevos informes que dibujen un panorama catastrófico a medio plazo, Eduardo Faus, analista técnico de Renta 4 Banco, apunta a un factor más: el indicador de sentimiento inversor en Estados Unidos. “En un rango de cero a 100, está en 13 puntos, y eso suele ser sinónimo de volatilidad y cambio de rumbo”. Sin embargo, si se pierden de vista los 8.809 puntos, el hundimiento se le antoja casi asegurado con objetivo hacia la zona de los 8.400 - 8.300 puntos, unas marcas que “han parado lo peor desde 2007”. Dicho de otro modo, alerta de que llegar a estos números supondría que “la cosa se pone muy fea”.

La volatilidad que en los últimos días sufren las bolsas mundiales es el principal obstáculo que Nicolás López, director de análisis de MG Valores, encuentra para prever el rumbo del Ibex 35 a corto plazo. Sin embargo, identifica que los últimos retrocesos han llevado al índice de vuelta al “amplísimo rango lateral en el que ya llevaba meses preso entre los 8.400 y los 9.700 puntos”. La “caída limpia” que ha dibujado para llegar a esta situación, “no deja referencias intermedias”, añade.

Recuperación en V

El abismo al que apunta Gisela Turazzini, CEO de Blackbird, es algo más amable: hasta los 8.900 puntos en primera instancia y, después, hasta los 8.600 enteros si se pierde de vista la primera referencia. En cualquier caso, el posible hundimiento alcanza un 4% adicional al castigo de doble dígito que ya acumula el Ibex.

En el caso de que se contenga la expansión del virus, la producción manufacturera se retome y llegue una rápida y violenta recuperación de los precios, augura una “respuesta en forma de V” que podría alcanzar los 9.600 puntos. Una cota que hoy por hoy supondría un rebote de nada menos que el 7% para el índice español.

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