Vivendi va a por todas en Prisa. Hace siete días se confirmó su entrada en el capital del grupo de medios español llegando hasta un 9,9% y esta semana su CEO y director general, Arnaud de Puyfontaine, visitó la capital española para reunirse con el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, y con inversores locales. ¿El objetivo? Buscar fórmulas para seguir creciendo en el editor de El País.

Un viaje frenético, con muchas reuniones, pero que sentó las bases de la futura relación de Vivendi con España. Conocedores de estos encuentros confirman a Invertia que los planes del grupo de medios francés son muy ambiciosos, tanto por su interés en seguir creciendo en Prisa "hasta donde sea posible", como por invertir en otros sectores como el audiovisual.

Por ello, la prioridad durante las pocas horas que pasó en Madrid fue reunirse con Moncloa. Las fuentes consultadas indican que su encuentro con Pedro Sánchez fue cordial y dentro de un clima de colaboración. De Puyfontaine transmitió al presidente el interés del dueño de la compañía, Vincent Bolloré, de ser un inversor a largo plazo en España.

También le trasladó su voluntad de seguir creciendo en Prisa tras comprar las acciones de HSBC, aunque nunca se refirió a cifras concretas de participación accionarial. De Puyfontaine también comentó a Sánchez el interés de los franceses de invertir en el mercado audiovisual español, sector donde el Gobierno prepara una serie de ventajas fiscales para la llegada de inversores extranjeros.

El encuentro entre Sánchez y De Puyfontaine fue propiciado por el propio Gobierno francés. Vincent Bolloré tiene línea directa con el Elíseo y es muy cercano al presidente galo Emmanuel Macron. Al mismo tiempo, Macron y Sánchez cultivan una relación cordial y prueba de ello es que ambos han 'bendecido' la entrada de Vivendi en Prisa.

Revalorización de la acción

Pero no todo fueron reuniones con Moncloa. Arnaud de Puyfontaine mantuvo encuentros con un buen puñado de inversores españoles para sondear las posibilidades que tiene de seguir creciendo en Prisa. Entre ellos, se establecieron contactos con actuales accionistas de la compañía con asientos en el Consejo de Administración.

El objetivo fue el mismo: sondear las posibilidades reales de comprar parte de sus paquetes o la totalidad de sus acciones. Como parte de esa aproximación se encuentran también llamadas a los accionistas desde un banco de inversión francés (contratado por Vivendi) para interesarse por el estado de sus participaciones en Prisa

Una llamada que también recibieron altos cargos de Telefónica (que tiene el 9,4% de la compañía) a comienzos de esta semana. Las fuentes consultadas indican que, a través de este intermediario, Vivendi ofreció comprar su participación en el grupo de medios, pero que la operadora le hizo ver que, por el momento, quiere mantenerse en el Grupo.

De hecho, esta es la respuesta que Vivendi se ha encontrado en la mayoría de sus contactos: no hay interés por vender participaciones en Prisa porque la actual cotización (1,06 euros) no aconseja moverse. Entre los accionistas existe el convencimiento de que el grupo puede despegar y revalorizarse gracias a la paz lograda tras la salida de Javier Monzón de la presidencia a finales de 2020.

El fondo Amber Capital es el principal accionista de Prisa, con un 29,8%. Le sigue Vivendi con un 9,9%, Telefónica (9,44%), los Polanco (7,6%), el catarí Al Thani (5,14%), Carlos Slim (4,3%) y Banco Santander, con un 4,1%.

Pacto con Amber y Telefónica 

Amber invirtió 300 millones en Prisa, una participación que actualmente vale 240 millones. Del mismo modo, Telefónica invirtió poco más de 100 millones de euros, un paquete que a cierre de mercado del jueves vale unos 70 millones.

Pero esto no significa que no vendan en el futuro, lo que convertirá el aumento de capital de Vivendi en Prisa en una operación que se cocinará a fuego lento. Al grupo francés tampoco le apremia el tiempo, por lo que esperará prudentemente a que se den las condiciones para crecer en el accionariado del grupo de medios.

Si Vivendi espera, también podrá sortear el escudo anti opas mediante el cual el Gobierno puede bloquear inversores extranjeros. Este blindaje solo estará activo hasta mediados de este año, tiempo a partir del cual Vivendi tendrá libertad para subir su participación. Un momento en el que además espera poder convencer a alguno de los actuales accionistas para que vendan.

Mientras, Vivendi mantendrá una pacífica coexistencia con el nuevo núcleo duro del capital junto con Amber y Telefónica. El objetivo es tener un asiento en el Consejo de Administración de Prisa cuanto antes y luego apoyarán a Joseph Oughourlian para que se haga oficialmente con la presidencia de la compañía y deje de estar en funciones.

Con el apoyo de Telefónica, Vivendi y Amber tendrán mayoría en el Consejo lo que les permitirá pilotar la revalorización del grupo y sus proyectos más inmediatos sin luchas accionariales. Queda por delante la escisión de Santillana de los medios del grupo, la digitalización y monetización de sus periódicos y una posible entrada en el negocio audiovisual.

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