Era 4 de noviembre de 2019 cuando un comunicado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) anunciaba, muy temprano, el acuerdo de Iberia para comprar Air Europa por 1.000 millones de euros. Todo un pelotazo para la familia Hidalgo y más concretamente para el fundador de Globalia, Juan José Hidalgo, más conocido como Pepe. Nada parecía que podría arruinar una jubilación de oro para un empresario de los de antaño. Hasta que llegó la pandemia y comenzó su lenta y cruel agonía. 

Una agonía que ahora mismo pone patas arriba la venta de la compañía. En un primer momento, fruto de la crisis la familia Hidalgo acordó con IAG (matriz de Iberia) rebajar el precio de venta a la mitad, a 500 millones.

La operación también se condicionó a pedir un rescate de 475 millones de euros a la Sociedad Estatal de Participantes Industriales (SEPI) que finalmente fue concedido el 3 de noviembre de 2020. Casualidades de este proceso, llegó justo un año después de apalabrar la venta. 

La jugada ya fue un duro golpe para los Hidalgo, que veían como una operación millonaria quedaba reducida a la mitad. Además, por otro lado, su división de agencias (Halcón Viajes) también solicitó y se le otorgó un rescate de 320 millones conjunto con Ávoris para materializar su fusión. Su imperio, poco a poco, se desvanecía

Un avión de Air Europa remolcado por la pista en la terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas.

Pero esto solo era el principio de su particular calvario en plena Covid. A medida que la pandemia se alargaba la situación de Air Europa empeoraba hasta el punto de valorar pedir un segundo rescate y de que su auditor (KPMG) pusiera en duda la viabilidad de la compañía. 

A esto hay que sumar una elevada deuda que se calcula en casi 800 millones de euros, los problemas para pagar a proveedores y las pérdidas de 428 millones que arrastra de su ejercicio en 2020. Algo que, según ha podido saber EL ESPAÑOL-Invertia, ha llevado a la aerolínea a quemar ya el primer rescate. Por lo que todo esto hace inviable que las autoridades concedan una segunda ayuda pública. También queda en el aire una nueva posible revisión del precio de compra. 

Y aún se teme que pueda llegar la estocada final si Iberia se echa para atrás y renuncia a la compra de Air Europa. Situación que cada vez parece menos descabellada. 

Dos años del acuerdo

Se van a cumplir casi dos años del anuncio de la operación. Pero este se fraguó bastante antes. Durante muchos meses, un selecto grupo de negociadores de Iberia y Air Europa (liderada por el hijo de Pepe, Javier Hidalgo) trabajaron intensamente para mantener en secreto -a toda costa- el acuerdo y sus condiciones. Hasta el último día, domingo por la noche, todavía se estaban cerrando los últimos flecos, según cuentan fuentes cercanas al proceso. 

También se pretendió evitar posibles filtraciones de una operación llamada a dar un vuelco al sector aéreo en España y en Europa. Esto último lo consiguieron, pero con bronca mediática incluida al día siguiente. 

El presidente de Iberia, Luis Gallego, y el consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, sellando el acuerdo de compra de Air Europa por parte de Iberia.

Muchos de esos profesionales que negociaron ya no están. Abandonaron el barco, sobre todo en Globalia ante la deriva del grupo. Otros aguantan, en pleno ERTE, y con su futuro cada vez más en el aire; pero manteniendo el tipo a pesar de que el silencio tampoco ayuda a Air Europa y su destino. Quizás lo hacen más por lealtad a la familia Hidalgo que por confianza en la viabilidad del negocio. 

Gigante turístico

Una familia que construyó todo un imperio turístico de la nada. La historia de cómo Juan José Hidalgo creó Globalia es bien conocida por todos los que se mueven en el mundillo empresarial. El empresario emigró a Suiza a los 19 años para ganarse la vida. Trabajó de todo hasta que con el dinero que ahorró se compró un Mercedes e inició su actividad como transportista de emigrantes.

Luego vino un autocar, una flota de autocares, la primera oficina de Halcón (1972), una aerolínea (Air Europa), un turoperador (Travelplan) y el resto del grupo Globalia que incluye una empresa ferroviaria, una hotelera, una de handling… 

El conglomerado cerró su ejercicio 2019 (previo a la crisis de la Covid) con un beneficio neto de 25,7 millones de euros. Ese año logró una facturación de 4.182 millones (332 más que en 2018), según datos del Registro Mercantil. 

Fracasos

En esta historia de éxitos turísticos también ha habido fracasos. Durante años, se especuló con la posible salida a bolsa de Globalia. De hecho, empresas como la china HNA estuvieron interesadas en entrar en el accionariado de Globalia. Con el paso de los años, Pepe Hidalgo delegó esta posibilidad en su hijo Javier y el nuevo equipo directivo, que tampoco consiguió llevarlo a cabo. 

Un plan fallido solo superado por el intento de entrar en el proceso de liberalización ferroviaria en consorcio con Talgo y el fondo Trilantic. Aquí Globalia fracasó en su intento. Paradójicamente lo hizo en noviembre de 2019, fecha en la que puso a la venta Air Europa y cerró la fusión de su división de agencias. 

Y, por último, la apuesta más personal de Javier Hidalgo tampoco funcionó como se esperaba. Este creó la marca hotelera Melody Maker dirigida a los millennials e independiente de la hotelera Be Live. Su estreno en 2019 en Cancún fue un fracaso, según la prensa del país. En abril de este año Javier dimitió como consejero delegado. 

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