Ni en sus peores pesadillas la familia Hidalgo hubiera pensado que, tan solo un año después de anunciar las dos operaciones más importantes de su historia, acabaría pidiendo ayuda pública para aguantar. Primero fue Air Europa, y hace unos días Halcón Viajes. En este último caso, no parecía necesario pedir un préstamo, pero algo precipitó el rescate. ¿Qué fue?

Dos cuestiones: “la complicada situación económica del grupo turístico y el miedo generado por la incertidumbre que provoca la Covid”, según fuentes cercanas a la empresa. Esta segunda está lógicamente relacionada con la finalización de la operación de fusión con Ávoris. 

Si atendemos a esa primera circunstancia, a finales de julio, “el grupo estaba cumpliendo con el pago de todas las deudas financieras y muchos de los pagos a sus proveedores”, según se desprende de la auditoría de las cuentas de 2019 de Halcón Viajes, que incluye un capítulo destacado sobre el impacto actual de la Covid. 

También estaba en un proceso de “renegociar determinadas deudas con proveedores sobre las que se han conseguido aplazamientos por un importe total de 34,9 millones de euros”, se detalla. Asimismo, solicitó nueva financiación con garantía ICO por un importe total de 141 millones de euros y renovó al vencimiento las pólizas de crédito.  

Pero la situación en el grupo Globalia era un polvorín. A medida que las restricciones avanzaban por toda Europa, sufría más cancelaciones de reservas de viajes en sus agencias o de vuelos. Sus ingresos se desplomaban, su deuda rondaba los 600 millones de euros y tenía problemas para pagar las nóminas a sus empleados (la mayoría inmersos en un ERTE).

Miedo y presiones

En junio, Globalia y Barceló acordaron aplazar la fusión a 2021 tras ser aprobada el 8 de mayo por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). “Ambas partes se han dado un tiempo para volver a analizar la viabilidad de la operación”, explicaron. Y en este preciso instante, a la familia Hidalgo le entró el miedo y quiso salvar a toda costa la integración sabiendo que si la liquidez menguaba todo podría irse al traste. 

Así que tal y como cuentan fuentes cercanas a la operación, Globalia presionó para pedir un rescate que solo era necesario por una parte, por la suya. El grupo Barceló está “más saneado”, no requería de este esfuerzo inversor porque “con o sin él no hubiera quebrado”, explican. Sin embargo, en una fusión al 50%, no quería arriesgarse a arrastrar los problemas de la división minorista y mayorista de Globalia. Por eso accedió a solicitar ayuda pública de forma conjunta.

Javier Hidalgo (Globalia) y Simón Pedro Barceló.

Y todo ello a pesar de que Globalia ya había pedido inicialmente un rescate de 475 millones de euros para Air Europa al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas gestionado a través de Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Pero está claro que esta segunda ayuda pública deja patente que necesitaba aún más liquidez. 

El rescate

De estos 240 millones de euros que Globalia y Barceló solicitaron el pasado jueves, el 51% (122,4 millones) se corresponde con un préstamo participativo, y el resto (117,6 millones) con uno ordinario, según confirman fuentes cercanas a la operación a Invertia, que aseguran que “hay muchas posibilidades de que el Gobierno dé el visto bueno a la ayuda”. 

Ambas compañías han presentado un plan de viabilidad “donde van pasando filtros y todo va hacia adelante”, aseguran. Añaden que el Gobierno ha entendido que la fusión “es estratégica” y que ambas “están afectadas por la Covid”. Requisitos, ambos, necesarios para dar luz verde a la ayuda pública. 

Una de las agencias de Halcon Viajes.

La operación sigue un procedimiento parecido al rescate de Air Europa, por lo que deberá pasar por el Consejo de Ministros para su aprobación y es ahí cuando se verá cuales son los términos de financiación en los que se cerrará finalmente.

Un gigante turístico

Fruto de esta fusión se creará un grupo turístico con una cifra de negocio de unos 3.700 millones de euros, más de 1.500 puntos de venta y una plantilla de más de 6.000 empleados con 36 enseñas. 

Entre estas 36 marcas, ambos grupos suman 11 marcas en la parte minorista: Halcón, Ecuador, TuBillete, Geomoon, Globalia Corporate Travel y Globalia Meetings&Events (por parte de Globalia) y B the travel brand, Iberojet, Way, BCD Travel y BCO Congresos (pertenecientes a Barceló). 

En la parte mayorista el número de enseñas sube hasta las 17. Del lado de Barceló: Catai, Quelónea, LeSki, LeMusik, Rhodasol, Bedtoyou, Jolidey, Viva Tours, Special Tours, LePlan y Nortravel. Y de la parte de Globalia: Travelplan, Touring Club, Iberrail, Welcome Beds, Welcome Incoming y Marsol. 

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