MásMóvil ha vuelto a sorprender con un nuevo movimiento de consolidación en el mercado de las telecomunicaciones en España. No obstante, lo ha hecho en el sentido opuesto a lo que se había venido conociendo: la operadora presidida por Meinrad Spenger eligió finalmente a Euskaltel, pese a que llevaba meses negociando con Vodafone la creación de una joint venture entre las dos compañías.

De esta manera, los amarillos han pasado de estar a punto de construir un gigante que se hubiese colocado como el destacado segundo operador con una facturación de 6.000 millones de euros, a mantenerse como el cuarto con unos ingresos de 2.700 millones. Dicho de otra manera, MásMóvil renunció a convertirse en el segundo, para intentar ser el tercero mediante un crecimiento orgánico.

En este cambio de estrategia tiene mucho que ver que MásMóvil no llegase a un acuerdo con Vodafone. En las últimas semanas y como ya había informado este diario, las dos compañías chocaron por la valoración de sus activos y por el peso que cada una tendría en la nueva compañía resultante. 

MásMóvil hizo un último intento ofreciendo 7.500 millones por Vodafone ya sin una joint venture de por medio. Fue un órdago a la desesperada que hubiese significado que la nueva operadora hubiese nacido con una deuda de 10.000 millones de euros. Algo absolutamente inviable en estos momentos.

Del mismo modo, las reticencias de Vodafone por unirse a una aventura en la que se infravaloraban notablemente sus activos, fue la puntilla para tumbar una operación que muchos medios dieron por cerrada hace unos meses. Como Invertia contó hace unas semanas, la última palabra en esta operación la tendría Vodafone. Y así fue.

Nueva compañía

La confirmación oficial de que la operación no se hacía fue hace menos de una semana, momento en el que volvió el interés por Euskaltel. De hecho, este plan B siempre estuvo en las carpetas de los directivos de MásMóvil, pero aparcado a la espera de conocer la resolución de las conversaciones con Vodafone.

De esta manera, todo se reactivó y para ello fue fundamental el plácet de Zegona y de Kutxabank, los dos principales accionistas de Euskaltel. Tampoco fue fácil convencer al Gobierno vasco, ya que la operadora se considera un activo estratégico de la región, pero el compromiso de mantener el empleo y la sede social en Euskadi fue fundamental para lograr el acuerdo.

La suma de MásMóvil (2.000 millones) y Euskaltel (700 millones) llevaría a la nueva compañía a facturar 2.700 millones de euros, todavía lejos de los 4.000 millones que facturan Vodafone, el tercer actor; y Orange, el segundo.

Pese a ello, fuentes relacionadas con la operación indican a este periódico que la vocación es ser el tercer operador en el breve plazo. La operación también cierra la puerta, de momento, a otra integración de MásMóvil y se acaban los rumores de su futura integración con Vodafone.

Una declaración de intenciones que sin lugar a dudas abrirá una nueva guerra comercial para mejorar ingresos y para arrebatar clientes. En número de clientes, la suma de las dos operadoras llega por encima de los 12 millones, tras sumar los 850.000 de la operadora vasca. Vodafone tiene 15 millones de clientes. No están muy lejos.

Nuevas fusiones

La nueva compañía tiene sinergias evidentes, ya que MásMóvil posee red de fibra y Euskaltel no. Del mismo modo, la compañía vasca venía ganando mucho terreno en su posicionamiento a nivel nacional de la marca de la marca Virgin y sus redes comerciales son complementarias. En el caso del alquiler de su red de fibra, Orange es el mismo proveedor de las dos compañías, lo cual ayuda a generar más sinergias. 

Con todo, vuelven las integraciones. La compra de Yoigo por MásMóvil en 2016 (por 612 millones de euros) fue precisamente la última gran operación que se ha producido en el sector.

Enmarcada dentro del trienio dorado para la consolidación del sector (2014-2016) cuando Vodafone compró Ono por 7.200 millones de euros, Orange adquirió Jazztel por 3.400 millones y Telefónica compró Digital+ por 725 millones (el 56% del capital) para consolidar su apuesta por la convergencia.

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