2023 se va a recordar como el año del hidrógeno verde. Para ser más exactos, como el año del hidrogenoducto submarino que España quiere construir y hacer llegar el gas renovable de moda hasta la industria alemana. Se le conoce como Barmar, aunque forma parte de un plan mucho más ambicioso: el H2Med.

El proyecto, denominado H2Med, costará al menos 2.850 millones de euros. Ya hay previstas varias opciones para el trazado de la parte más compleja de esta iniciativa, ese tubo submarino que unirá Barcelona y Marsella, y se prevé que su construcción empiece a primeros de 2026 y finalice cuatro años después.

Esto es, en 2030, cuando se espera que el potencial de producción de hidrógeno renovable en España sea de entre 2 y 3 millones de toneladas y en 2040, de entre 3 y 4 millones de toneladas. El H2Med tendrá capacidad para transportar a Europa hasta 2 millones de toneladas de hidrógeno verde producido en España y Portugal, así que encaja perfectamente en las previsiones.

[La construcción del hidrogenoducto H2Med empezará a primeros de 2026 y durará cuatro años]

El hidrogenoducto H2Med se puede convertir en el primero de su especie en el mundo. Hasta la fecha no existe en el planeta ninguna infraestructura de su envergadura (455 kilómetros), que se haga offshore (es decir, vaya por el mar [submarino]) y sólo tenga como objetivo transportar hidrógeno verde.

Y el valedor para que este macroproyecto sea una realidad es Enagás, la principal compañía de transporte de gas natural (TSO) del país. Pero al cruzar por Francia para llegar a Alemania, y además tener ramificaciones por Portugal, es la suma de la participación de cuatro TSOs, dos de Francia, Enagás y el homólogo portugués. El objetivo de este corredor submarino es aumentar la flexibilidad y garantizar la continuidad del suministro a Europa.

El hidrógeno verde se ha convertido en muy pocos años en la gran esperanza del sector energético mundial. Podría ser la energía que sustituya a los combustibles fósiles, que actualmente siguen siendo casi el 82% del consumo total mundial.

Financiado por Europa

El H2Med no solo es un tubo submarino entre Barcelona y Marsella. También incluye otra infraestructura transfronteriza, entre Celorico daBeira (Portugal) y Zamora. Esta parte del proyecto costará unos 350 millones de euros y la obra durará menos que el BarMar: 48 meses (incluyendo el periodo correspondiente a los permisos).

La Comisión Europea anunció en noviembre de 2023 incluir el proyecto en su lista de 166 proyectos estratégicos en el sector energético para que puedan recibir financiación europea en un futuro.

Así consta en la sexta lista de proyectos de interés común (PIC) que publicó la Comisaría de Energía de la CE. Incluye por primera vez iniciativas relacionadas con el hidrógeno como fuente de energía y excluye proyectos de gas (excepto Malta y Chipre), en línea con la ambición del bloque de desprenderse de los combustibles fósiles.

El macroproyecto, por tanto, será financiado hasta en el 50% por fondos europeos, y permitirá llevar hidrógeno obtenido con energías renovables.

Expectativas de consumo

A lo largo del año que acaba, también era importante conocer cuál era el interés de proveedores y consumidores de hidrógeno verde. Por el momento, el consumo de hidrógeno verde en España es inapreciable -tan solo la planta de 20 MW de Iberdrola en Puertollano (Ciudad Real), y en Barcelona una hidrogenera verde para autobuses del TMB (Transports Metropolitans de Barcelona).

[Aluvión de muestras de interés en proyectos de hidrógeno verde en la consulta lanzada por Enagás]

Lo que sí se consume es hidrógeno gris (producido con gas natural). Unas 500.000 toneladas al año repartidas entre las industrias. La del refino acapara el 70% del consumo total de hidrógeno (350.000 toneladas), la química un 25% (125.000 toneladas) y la industria siderúrgica el 5% restante (25.000 toneladas), según un informe de la Universidad ICAI-Pontificia de Comillas.

En 2030 (y eso es dentro de muy poco) se estima que el tamaño de mercado se multiplicará. De hecho, Enagás puso en marcha en septiembre un "Call of Interest" y fue un éxito absoluto. Más de 600 proyectos mostraron interés en usar la futura red que se creará en España para transportar hidrógeno, aunque era una consulta no vinculante y no había que poner dinero. 

Según dijo en su momento el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, este volumen de proyectos, "tanto para suministrar hidrógeno al mercado nacional, incluido el acero, como para exportación" a terceros países, corresponden a las más de 200 empresas que han participado en el sondeo.

Además, Gonzalo defendió el desarrollo de un esquema europeo para identificar oferta y demanda de hidrógeno, que permita alcanzar compromisos de capacidad firme con los agentes interesados, y facilite el desarrollo de los corredores europeos de hidrógeno, como el H2Med, el primer gran corredor de hidrógeno para Europa.

Objetivos 2030

España no solo quiere liderar la industria del hidrógeno verde en Europa, sino que tiene todos los mimbres para conseguirlo. De hecho, según la asociación del sector, la AeH2 (Asociación Española del Hidrógeno), ya están registrados tantos proyectos de hidrógeno verde como para cumplir el nuevo PNIEC (Plan Nacional de Energía y Clima).

Según su Censo de Proyectos de Hidrógeno en desarrollo o activos en España, se prevé más de 20 GW y una inversión de 21.000 millones de euros hasta 2030.

[El nuevo Plan de Energía y Clima dispara los objetivos de renovables, almacenamiento, biometano e hidrógeno verde]

El Gobierno pretende que ese año el hidrógeno verde tenga un gran recorrido desde los 4 GW que estaban diseñados en el plan aprobado hace tres años hasta los 11 GW en electrolizadores.

En definitiva, el despliegue del hidrógeno verde incentivará el desarrollo de cadenas de valor industriales en nuestro país, generará empleo y actividad económica, y contribuirá a la reactivación hacía una economía verde.

España no es la única que está inmersa en esta nueva carrera por ser líderes en una tecnología en la que por el momento, prácticamente todos sus proyectos están sobre el papel. Habrá que esperar unos años para ver si finalmente el hidrógeno verde consigue convertirse en el sustituto de los combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) y lo que es más importante: que lo haga a tiempo antes de que la temperatura media del planeta supere el 1.5ºC. Ya vamos por 1.25ºC.