Los esfuerzos por combatir el cambio climático tienen solo una respuesta: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y eso apunta directamente al corazón de los negocios de las grandes energéticas mundiales. 

A medida que aumenta la ambición climática, las empresas de este sector sufren una mayor presión para reducir sus propias emisiones. De hecho, según el informe 'Rethinking Energy and Natural Resources for a Net-Zero Carbon Future' de Bain & Company, estas empresas deberían aumentar su inversión en programas de sostenibilidad hasta un 50%, en lugar del 10% que actualmente invierten en este ámbito.

El informe señala que, a medida que los llamamientos a la acción cobran urgencia, si no cambian el enfoque tradicional de su 'business as usual' corren el riesgo de quedarse en posiciones cada vez más defensivas y reactivas, con menor tiempo para generar cambios y oportunidades que les diferencien de sus competidores.

De hecho, el informe ha constatado que por cada anuncio que hacen sobre sus esfuerzos en invertir en la captura de carbono o en restaurar los humedales, un millón de tuits que muestran un animal marino atrapado en plástico recorren el mundo y llegan a los teléfonos de los clientes de cualquier empresa.

Energéticas como la finlandesa Neste o la danesa Ørsted disfrutan de un fuerte apoyo de los accionistas a medida que aumentan sus inversiones en energías renovables o en biocombustibles. Aquellas más lentas para moverse, con capacidad operativa promedio tirando a bajo, solo pueden esperar un viaje difícil.

La investigación de Bain señala que entre las principales 'utilities' de Europa y América del Norte se ha destinado el gasto de capital en inversiones más ecológicas. De hecho, solo en los últimos tres años, varió del 15% al 47% del gasto total.

A nivel mundial, la inversión en generación renovable supera las inversiones en combustibles fósiles y energía nuclear combinados, y representan más de un tercio de la capacidad mundial de generación de energía. Por ejemplo, Enel quiere volverse completamente neutral en carbono para 2050, y la estadounidense Duke Energy se ha comprometido a reducir las emisiones de carbono a la mitad para 2030 y a operar a niveles netos de carbono cero para 2050.

Repsol, la más ambiciosa

En la industria del petróleo y el gas, destaca el compromiso de Repsol de convertirse en una compañía cero emisiones netas para 2050, incluida su producción y las emisiones de sus productos.

También Neste está incorporando a su cartera productos ecológicos y la compañía danesa Ørsted está desinvirtiendo en recursos petrolíferos y de gas natural a favor de la energía eólica. Todo ello demuestra el apetito de los inversores por apoyar estos movimientos más radicales.

Financiar la transición ecológica en España

La financiación es la clave para que las compañías puedan acometer los cambios necesarios de sus negocios.  Los ejecutivos, los miembros de las juntas de las compañías y los accionistas tienen un papel importante que desempeñar para fomentar y permitir el cambio.

Sin embargo, el riesgo de mercado es uno de los factores clave para los planteamientos financieros.

Según el estudio de Enerclub 'Transición energética y financiación' elaborado por más de 25 expertos de la industria española, Gesternova, Madrileña Red de Gas, Endesa, Iberdrola, Naturgy, Repsol, Liberbank y Deloitte o de organizaciones como OMI, Enerclub, ACER y AEE, señala que alcanzar la neutralidad de emisiones a 2050 exige importantes inversiones.

Sin embargo, estudios recientes de la AIE (Agencia Internacional de la Energía) destacan que estas inversiones no se están llevando a cabo al ritmo que se necesitan para lograr los objetivos medioambientales.

Se calcula que Europa tiene que invertir cerca de 180.000 millones de euros anuales adicionales para conseguir sus objetivos de 2030 y las nuevas medidas que promueve el European Green Deal exigirán incrementar esta cantidad.

En nuestro país también se necesitarán elevadas inversiones para alcanzar los compromisos del PNIEC.

Por eso la regulación debe servir incluso para facilitar la eficacia de los mecanismos de financiación existentes y otros nuevos sin incurrir en costes adicionales.

Se calcula que casi la mitad de la reducción de las emisiones necesarias para alcanzar el objetivo de 2ºC provendrá de medidas de eficiencia energética. Sin embargo, la eficiencia energética es uno de los campos donde existe una mayor carencia en términos de inversión.

Oil and Gas Climate Initiative

No queda otra que buscar alternativas o líneas de actuación que lleven a una nueva imagen para las petroleras y las gasistas, según Bain. Las inversiones girarán hacia los productos más ecológicos, que serán los que se conviertan en los ganadores del mercado del futuro. 

De ahí que sea interesante ver cómo 13 grandes compañías petroleras se han unido bajo la plataforma Oil and Gas Climate Initiative para alcanzar tres objetivos: reducir el uso de energía en la cadena de suministro, acelerar las soluciones bajas en carbono y permitir un modelo circular de carbono.

Al menos ese proceso ya están comenzando en los mercados desarrollados de EEUU y Europa con el aumento de la presión regulatoria, con consumidores activamente involucrados y ecosistemas de innovación robustos que pueden brindar soluciones para escalar rápidamente. 

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