Sevilla

Icono arquitectónico de Sevilla, la antigua fábrica de Cruzcampo es la protagonista de la Avenida de Andalucía de la capital hispalense. Protegida al horizonte por la Giralda, el tradicional inmueble quería volver a oler a cerveza en el mes de mayo con su remodelación en una “fábrica de experiencias”, proyecto que ha quedado a la espera por la incidencia del Covid-19.

Fue el pasado mes de noviembre cuando el presidente de Heineken España, Guillaume Duverdier, y el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, se dieron cita en la capital para visitar las obras de transformación de la fábrica. Con ocho millones de inversión, el proyecto pretendía abrir sus puertas en mayo para ser una “fábrica de experiencias cerveceras, gastronómicas, culturales, sociales y formativas".

Con el objetivo de convertirse en un icono local y nacional, la pandemia ha dejado su apertura en el aire. Las obras para transformar la fábrica de principios del siglo XX continúan mientras la fecha de reapertura sigue sin concretarse. “Se están revisando los planes de la fábrica”, han informado fuentes de Heineken a Invertia sin ofrecer más información por el momento.

Estado de la antigua fábrica de Cruzcampo en Sevilla

En la presentación de noviembre, con casco y chaleco reflectante, los líderes de la compañía explicaron que querían volver a dar vida al inmueble cuyos trabajos se trasladaron a unas modernas instalaciones a las afueras de la ciudad, mientras que la antigua fábrica terminaría acogiendo la sede de la Fundación Cruzcampo.

“Una fábrica de experiencias única por su contenido y continente” era el prometedor objetivo de la marca cervecera en la capital sevillana. El proyecto buscaba revitalizar los dos edificios, que se convertirían en los Espacios Fundación y Cruzcampo y que convivirán con las oficinas de Heineken España en Sevilla, ubicadas en el mismo complejo.

Centro multifuncional

La compañía diseñó para el centro diferentes líneas de trabajo: un laboratorio de tendencias para la experimentación y el disfrute; la creación gastronómica y cervecera, uniendo los maestros cerveceros de Cruzcampo y la Escuela de Hostelería de su Fundación; el desarrollo de una completa programación de actividades culturales y cerveceras.

Igualmente, pretende ser un espacio motor de transformación abierto a la sociedad, potenciando el crecimiento del talento del sur y la cultura como “palanca de transformación social" y creando un "verdadero estandarte" de la marca para conectar con el consumidor.

Respecto al Espacio Fundación, la compañía busca amplificar el potencial de la Fundación Cruzcampo coincidiendo con su 25 años y apostar por el talento joven a través de la recuperación de 2.000 metros cuadrados dedicados a la innovación abierta, la cocreación, el aprendizaje y el intercambio.

Incluirá un espacio expositivo para artistas emergentes; un área polivalente de creación y trabajo colaborativo; un salón de actos equipado para celebrar conferencias, ruedas de prensa y eventos culturales, con capacidad para 170 personas, y un espacio de networking ubicado bajo la cubierta del edificio.

Por otro lado, en el Espacio Cruzcampo, sus 1.400 metros cuadrados se centrarán en la creación cervecera y gastronómica con el objetivo de convertirse en referente nacional. Con ello, se pretendía que el olor característico de la elaboración de Cruzcampo volviera al barrio, una realidad que tendrá que esperar.

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