Dia acaba de superar la prueba de fuego de su ampliación de capital. Un reto que no ha sido capaz de completar sin un respaldo financiero del magnate ruso Mijail Fridman mayor que el inicialmente estimado y que aún está pendiente de enfrentarse a su último gran desafío: la admisión a negociación de las nuevas acciones. La próxima fecha en rojo en el calendario de la cadena de supermercados es el 2 de diciembre.

Los analistas explican que los próximos días serán claves para intuir hacia dónde puede ir la cotización a partir de este próximo 2 de diciembre, fecha en la que está previsto que comience la negociación de las nuevas acciones de Dia. Ya se sabe que Fridman ha tenido que rascarse el bolsillo hasta llegar a una participación del 75% en el capital de la cadena de supermercados, pero queda saber qué otros accionistas han aprovechado para incrementar su cartera por encima del porcentaje que controlaban antes de la operación y, sobre todo, si por el camino ha entrado algún nuevo inversor de relevancia y cuál es su perfil.

A la espera de que los compradores de esta ampliación de capital vayan mostrando sus cartas a modo de comunicación de posiciones a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), lo que ya se sabe es que los dos últimos ‘hedge funds’ que han actualizado sus posiciones cortas sobre Dia lo han hecho para incrementarlas. Eso sí, en unos porcentajes que están muy lejos de los que se vieron justo antes de que Fridman desplegase el plan de rescate que acaba de completar uno de sus retos más complejos.

"A partir de este momento, Dia podrá centrarse exclusivamente en el desafío del cambio del negocio, para lo que cuenta con la confianza y el apoyo de todo el equipo directivo"

Los registros del supervisor muestran que Whitebox Advisors, que predijo la crisis de las subprime en EEUU, ya apuesta a la baja con un 0,7% del capital del grupo, mientras que Sand Grove Capital Management lo hace con un 0,91%, un porcentaje que precisamente estrenó el mismo 30 de octubre en el que se dio comienzo a la primera ronda de suscripción de acciones de la ampliación de capital que ayer cerró su tercera y última fase de asignación de títulos. Se trata, respectivamente, de máximos de inversión a corto desde abril y marzo de este año.

Este refuerzo de los cortos bien podría haber tenido como objetivo prepararse para un posible desplome de Dia si la ampliación no hubiera salido adelante, cosa bastante difícil gracias al compromiso de Fridman de asumir las acciones que el mercado no estuviese dispuesto a suscribir. Sin embargo, los analistas que más de cerca siguen el valor apuntan más bien a que su estrategia mira hacia el 2 de diciembre y los días siguientes, en los que aquellos accionistas que hayan suscrito nuevos títulos por el simple hecho de aprovechar el fuerte descuento de estas acciones -y no por confiar en un futuro próximo mejor para el grupo de supermercados- podrían colgar el ‘se vende’ tan pronto como sean admitidos a negociación para arañar unos puntos de rentabilidad con la desinversión.

Lo más inmediato es que tanto LetterOne, el fondo inversor a través del que Fridman ejerce su control sobre Dia, como el resto de inversores de relevancia y los consejeros del grupo actualicen las cifras de su inversión ante el supervisor. Puesto que, según comunicó ayer la compañía, prevé que el desembolso de los nuevos títulos se produzca este viernes 22 de noviembre, es de esperar que estas comunicaciones se vayan sucediendo desde el próximo martes, fecha de liquidación de la operación, hasta el mismo día 2 de diciembre, cuando cumple el plazo establecido por la ley de cuatro días hábiles de bolsa para comunicar estas alteraciones en cartera.

A LA ESPERA DE LOS DÍSCOLOS Y LOS DIRECTIVOS

Desde el mercado se presta especial atención a dos nombres. El primero de ellos es el de Gregoire Bontoux-Halley, representante de la saga fundadora de Carrefour y en torno al cual se llegó a formar un movimiento de inversores díscolos que llegaron a plantearse la posibilidad de plantar cara a las maniobras de Fridman mediante el lanzamiento de una contraopa que nunca llegó. Actualmente, el francés declara una participación del 3,398% en Dia. El segundo, que no figura entre los accionistas relevantes de los registros oficiales por tener solo un 2% de la cadena de supermercados y tener pasaporte comunitario es el portugués Luís Amaral, que antes de la ampliación acumulaba esta participación a través de la firma inversora Western Gate.

Una buena parte del mercado espera con atención noticias de los dos hombres fuertes de Fridman colocados al frente del consejo de Dia. El presidente Stephan DuCharme no tenía antes de la ampliación ni una sola acción de la compañía, mientras que el consejero delegado Karl-Heinz Holland apenas ostentaba una posición de 7.083 acciones en posesión directa, apenas un 0,001% del capital. Una vez que se han superado las que se supone que tendrían que haber sido las horas más bajas del valor, son muchos los inversores que aguardan un guiño de confianza hacia una empresa que “a partir de este momento, podrá centrarse exclusivamente en el desafío del cambio del negocio, [para lo que cuenta con] la confianza y el apoyo de todo el equipo directivo”, según aseguraba ayer una comunicación oficial de la cotizada.

Los más especuladores aguardan la posible aparición de nuevos inversores que hubieran acudido a la operación gracias a la compra en el mercado secundario de los derechos de suscripción preferente que se otorgaron a los viejos accionistas del grupo minorista. Una posibilidad que, de confirmarse, podría suponer un arma de doble filo en función de su perfil estratégico: oportunistas que probablemente terminen deshaciendo su posición más pronto que tarde o convencidos con la reconversión de Dia y vocación de permanencia a largo plazo. Se abren otros 11 días clave para adivinar el futuro más inmediato del grupo de supermercados.

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