Sede del Banco de España.

Sede del Banco de España. Europa Press

Banca

El adverso escenario que enfrentaría la banca en una estanflación: menos ingresos, mayor riesgo y más costes

Pese a la subida de los tipos de interés, las entidades financieras afrontarían un contexto muy complejo si la alta inflación se acompaña de una recesión.

22 agosto, 2022 02:00

La economía (tanto mundial como europea) empieza a mostrar síntomas de agotamiento tras la pandemia y la invasión rusa de Ucrania, por lo que cada vez más analistas pronostican la llegada de una recesión, un escenario en el que técnicamente ya se encuentra Estados Unidos.

Mientras tanto, persiste la elevada inflación en las economías occidentales, que ya es del 8,9% en la zona euro y del 10,8% en España. Dos elementos que, de producirse simultáneamente, abrirían el temido escenario de estanflación. Un contexto en el que sufriría toda la economía y, lógicamente, también el sector financiero.

La banca debería enfrentarse a una nueva etapa de márgenes estrechos pese a la subida de los tipos de interés, así como a un aumento de los costes operativos y del coste del riesgo, que mide la relación entre las provisiones que tiene que hacer una entidad para protegerse de los impagos de los créditos y el total de préstamos que tiene concedidos. Entre otros efectos negativos.

Así lo determinan en un reciente informe los expertos de Oliver Wyman, que toman como referencia un escenario de estanflación en el que los bancos centrales hubieran fallado al intentar controlar la inflación.

De esta forma, el crecimiento de los precios se mantendría por debajo de las dos cifras, pero en un nivel alto mientras tiene lugar una recesión. Su severidad dependería de la actuación de las autoridades monetarias y de su impacto en la economía.

[El Banco Mundial advierte de que la economía global se encamina a una estanflación similar a la de los años 70]

En este contexto, el sector bancario se enfrentaría "a un panorama más complejo" pese a contar con unos tipos de interés en positivo, si bien el impacto de la estanflación diferiría por entidades dependiendo de su modelo de negocio, el país en el que operen y su tamaño.

Eso sí, se producirían algunos efectos comunes a todo el sistema. En primer lugar, los beneficios de la subida de los tipos de interés sobre el margen de intereses -la variable que recoge la diferencia entre lo que ingresa un banco al prestar dinero a través de un crédito y lo que pierde al tomarlo prestado mediante un depósito- "se desinflarían por el aumento de los costes de financiación y la fricción sobre los depósitos".

"Mientras que en una recesión económica moderada la necesidad de financiación bancaria de las empresas se mantendría estable en términos generales, en una estanflación el escenario para el margen de intereses se vería severamente penalizado debido a la reducción de la cartera de préstamos tanto de empresas como de clientes particulares", apuntan desde la consultora.

En este sentido, se verían especialmente impactados aquellos bancos que operan en "economías débiles", especialmente aquellas que no cuentan con soberanía monetaria (caso de todos los países de la zona euro, que comparten divisa).

Una ralentización en el crecimiento económico, además, impactaría "con severidad" en la capacidad que los bancos tienen para hacer crecer su cartera de crédito y otros negocios, lo que afectaría a sus ganancias y a su valoración.

El temido aumento del coste del riesgo también tendría su lugar en un escenario de estanflación.

Aumento del coste del riesgo

Un fantasma que llega directo desde 2020, el año de la llegada de la Covid-19, cuando el coste del riesgo de la banca española se multiplicó por tres respecto a los niveles prepandemia, hasta el 0,84%, según datos de Alvarez&Marsal. Esta variable logró recuperarse a partir de 2021, según se iban despejando los mayores temores de la banca.

En una estanflación "el coste del riesgo se incrementaría significativamente en tanto en cuanto las finanzas de las familias y las empresas se verían dañadas por un crecimiento pobre y unos costes operativos al alza" debido a la inflación, según creen los expertos de Oliver Wyman.

Montaje con los logos de los principales bancos del país.

Montaje con los logos de los principales bancos del país. Europa Press Europa Press

"Muchas compañías son muy sensibles a los shocks inflacionarios y probablemente experimentarían un deterioro en su viabilidad y su solvencia. Las familias probablemente aumentarían su gasto en productos esenciales, con un impacto negativo en la calidad crediticia", añaden.

Y eso que las empresas han acumulado durante la pandemia de la Covid-19 amplios colchones de liquidez gracias a las medidas de apoyo puestas en marcha por los diferentes gobiernos y las autoridades monetarias. Pero estos "no serían suficientes para capear la crisis".

Comisiones

También los ingresos por comisiones de las entidades sufrirían, especialmente porque la gestión de patrimonio (fuente importante de ingresos para la banca) tendría que enfrentarse a "vientos de cara" en una estanflación.

"La capacidad de ahorro de los clientes se vería negativamente impactada y las valoraciones caerían en numerosos activos (especialmente en renta variable). Esto comprime el valor de los activos bajo gestión y la inclinación de los clientes a reestructurar sus carteras, reduciendo la rentabilidad del negocio de gestión de activos", apuntan desde Oliver Wyman.

Y la exposición de la banca a la deuda pública también sería clave en una estanflación. "El incremento de los tipos de interés y el aumento de los rendimientos de los bonos soberanos afectaría a la capacidad de la banca de monetizar su cartera", concluyen estos expertos.