Fitch da un respiro a la banca española. La agencia de rating constata que las moratorias en consumo e hipotecas para ayudar a familias y empresas en la crisis tienen menor riesgo para los bancos cuando se utilizan de forma combinada con los préstamos con garantía pública. Según la calificadora, España e Italia sacan ventaja en este sentido a otras economías del sur de Europa.  

El riesgo de morosidad es precisamente uno de los grandes miedos de la banca de cara a 2021. Pues bien. En su análisis de los sistemas financieros de estos países, Fitch constata que en España e Italia, los únicos analizados que han combinado las dos medidas con importantes volúmenes, los bancos están logrando contener de una forma más evidente la esperada ola de impagos.

Según indican, en toda la Unión Europea las moratorias de préstamos al consumo e hipotecas representaron menos del 10% sobre el total del crédito bancario, con datos a finales de junio de 2020. “Las proporciones en Chipre, Grecia, Italia y Portugal son más elevadas, pero la de España ha sido menor debido a un mayor uso de los préstamos garantizados por el Estado”, explican.

La agencia de calificación crediticia Fitch analiza los riesgos en los bancos de los países del sur de Europa.

Es decir, los préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) han servido para contener un mayor uso de las moratorias y, por lo tanto, a limitar el estrés que las entidades puedan sufrir el próximo año ante posibles impagos de las mismas.

“En otros países, donde a lo sumo se aplica una de las dos medidas (préstamos con garantía pública o moratorias), la calidad de los activos de los bancos puede estar en mayor riesgo después de la pandemia”, aseguran los analistas de la firma.

Factores comunes

Fitch centra su análisis sobre los bancos del sur de Europa al estimar que estas entidades han hecho un mayor uso de las moratorias y otros esquemas de apoyo que sus competidores de otros países de la región por varios factores comunes.

Para empezar, los sectores empresariales vinculados al turismo son importantes piezas del motor económico de cada uno de estos países, igual que la exposición de las entidades a pymes, más vulnerables a la crisis. “En tercer lugar, el endeudamiento del sector privado sigue siendo particularmente elevado en países como Chipre y Portugal, lo que hace que las entidades sean más vulnerables a las recesiones”, añaden los analistas.

Fitch cree que los sistemas que combinan moratorias y préstamos avalados presentarán menos estrés en 2021.

Pese a este pequeño respiro para el sector, Fitch deja claro en su análisis que se trata de una situación a corto plazo. Y advierte de que los préstamos garantizados por el estado están sumando nueva deuda a la economía, “lo que eventualmente podría conducir a una menor calidad de los activos si algunas entidades se quedan permanentemente marcadas por la crisis”.

Sin embargo, considera que esta medida es clave para dar tiempo a la banca frente al impacto de la pandemia. Por eso, considera que otros países seguirán los pasos de España, que recientemente extendió el periodo de carencia y devolución de los créditos avalados por el ICO. En este sentido, vuelven a mirar a Italia, que ya trabaja para extender la medida, que en su caso vence en diciembre de 2020, durante otros seis meses.

Grecia, por ejemplo, estudia otras medidas que incluyen ‘trasladar’ parte de los préstamos en moratoria a programas estatales, en los que el Estado podría asumir parte de los intereses o capital de los mismos.

De momento, los datos del propio sector avalan este ‘control’ de la morosidad derivada de las medidas de apoyo a familias y empresas. Aunque son conscientes de que esta situación es un puro espejismo y que el deterioro económico puede echar por la borda todo lo logrado en los últimos meses.

Control moroso, ¿un espejismo?

Según sus cuentas trimestrales, Banco Santander concedió moratorias a hipotecas y otro tipo de préstamos por más de 114.000 millones de euros, un 13% de su cartera crediticia. De esa cifra, el 66% de las moratorias legales ya expiraron y solo el 2% está en la denominada ‘stage 3’ (los de mayor riesgo de impago).

La situación se repite en otras entidades como CaixaBank. Hasta el 30 de septiembre, la entidad había aprobado 383.768 moratorias en España: 11.000 millones de euros que suponen un 5% de su cartera de crédito. El 93% de las mismas están calificadas como 'al corriente de pago' y solo un 3% registran retrasos.

Misma imagen en BBVA y Sabadell. Y también en Bankia, donde los retrasos en los pagos más allá de 90 días apenas suponen el 0,5% de las moratorias. Aun así, los directivos de la entidad optan por la prudencia y hasta un 6% de las concedidas para hipotecas aparecen clasificadas ya como ‘dudosas’.

Aún así, el sector no baja la guardia ante la amenaza de tener que hacer nuevas provisiones en los próximos meses para hacer frente al riesgo de impago. De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) lanzó hace unos días una dura advertencia a toda la banca europea, asegurando que algunas entidades no están haciendo todo lo necesario para gestionar el riesgo de crédito derivado de la crisis. Entonces sí, ni siquiera la ampliación de los préstamos con garantía pública podrán frenar un tsunami de morosidad.

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