Los días de Sniace en bolsa ya han tocado a su fin, pero sus accionistas insisten en la batalla por conseguir una liquidación lo más ajustada posible. Los pequeños inversores de la maltrecha compañía quieren que sus responsables den la cara por última vez en una junta extraordinaria que, según ha podido saber Invertia, ya han solicitado al administrador concursal.

Este lunes ha sido formalmente la última sesión de Sniace como cotizada. Sin embargo, la compañía llevaba suspendida de negociación desde el pasado 13 de febrero. Ese día anunció su entrada en liquidación tras ser incapaz de cumplir con un convenido de acreedores previo a consecuencia de una multitud de factores que se vieron precipitados por un cambio inesperado en la remuneración a la cogeneración energética.

Este es el cúmulo de circunstancias que ha impedido que los inversores de la empresa, especialmente los minoritarios, hayan podido optar a un destino diferente al de asumir la pérdida total de su inversión. El quebranto asciende a 18 millones de euros en el caso de estos más pequeños.

Un golpe doble

Dentro de este colectivo, el peor golpe ha sido para aquellos que, además, eran trabajadores del grupo, puesto que en mayo se aprobó un ERE que afectó a la práctica totalidad de su plantilla y en junio fue refrendado por un despido colectivo. Una ingrata situación que, según fuentes sindicales consultadas por este portal, alcanza a unos 200 hogares con cantidades que rondan los 15.000 euros.

Unos y otros dan por hecha la pérdida absoluta de su inversión, ya que los accionistas ocupan el último escalón en el orden de prelación para resarcir su capital. Y las deudas del grupo son abultadas. El único resquicio sería que el juez encontrase indicios de responsabilidad entre la antigua cúpula directiva de la compañía. Y, por eso, los minoritarios quieren dejar las cosas claras antes de que Sniace sea baja en el Registro Mercantil.

Este es el motivo por el que han solicitado una junta de accionistas al administrador concursal de la compañía, José Luis Ramos Fortea. Una iniciativa que, coindiciendo con la exclusión bursátil del valor, ha ido sumando respaldos entre los inversores hasta acercarse al 10% del capital social. No obstante, la celebración de una asamblea de este tipo en una empresa en proceso de liquidación seria algo insólito hasta el momento en el panorama corporativo español.

El portavoz de estos accionistas minoritarios, Yago Gómez Barba, explica que la petición se cursó formalmente hace más de un mes, momento en el que ya superaban el preceptivo 5% del capital social que permite la solicitud de junta. De momento no ha habido respuesta, así que el administrador ha consumido ya más de la mitad del tiempo de respuesta que le concede la normativa vigente, de dos meses.

A la espera de respuesta

Un letrado de la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec), que está personada en el proceso concursal en representación de estos inversores, explica a pesar de que la solicitud se ha remitido al administrador, tal y como corresponde, “la última palabra la tendrá el juez instructor”. En este caso, Andrés Sánchez Magro, titular del Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid.

Además, señala que “existe una especie de vacío legal al respecto”. Algo que Invertia ha corroborado con otras fuentes jurídicas. En este sentido, las leyes no prevén la celebración de juntas de accionistas en compañías en proceso de liquidación, pero tampoco se prohíben o impiden. Es por ello que los inversores ven en esta maniobra la última oportunidad de que los responsables de Sniace den alguna explicación sobre la situación actual de la compañía.

Protestas históricas en Sniace

En este sentido, aunque la anterior cúpula directiva no participase en la asamblea desde el lado de la presidencia, pues sus facultades administrativas están suspendidas, sí sería la oportunidad de que Ramos Fortea aportase datos actualizados sobre Sniace. Es así que los inversores reclaman fundamentalmente el balance contable del ejercicio 2019 y también sobre el proceso de recepción de ofertas por los activos de Sniace, especialmente por la fábrica de Torrelavega.

Aquí conviene recordar que los minoritarios ya habían formulado un recurso contra la decisión del juez de eximir a la administracion de Sniace de publicar las cuentas del ejercicio 2019, en el que se mantuvo la actividad de la compañía. Una de las partes implicadas en el proceso señala que el juez podría escudarse en que no se ha hecho depósito alguno para este recurso, si bien la cuenta judicial está clausurada, para denegar esta posibilidad.

Casi 900 millones de acciones

De momento, los accionistas siguen dando batalla y luchando por atraer inversores que estén dispuestos a hacerse con la fábrica de Sniace con un plan de negocio viable y acorde con las posibilidades de sus instalaciones y maquinaria. Un objetivo con el que, además, podrían salvar la mayoría de los puestos de trabajo de la corporación, que ahora penden de un hilo.

Mientras tanto, al cierre de la sesión bursátil del lunes, tal y como estaba previsto y para ahorrarse los cánones de permanencia en el parqué, los administradores de las bolsas de Madrid, Bilbao y Barcelona han confirmado la exclusión bursátil de sus valores.

En total, 896,8 millones de acciones -de las que un 45,6% en manos de los accionistas relevantes Sabino García Vallina y Félix Revuelta- de 0,10 euros de valor nominal que se quedan sin mercado de referencia a la espera de ser amortizadas contra pérdidas a cero euros. Antes de eso, el pulso para buscar el mejor o menos malo de los finales, se mantiene.

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