Pregunta (P). La que ahora está abierta es la tercera ampliación de capital para Sniace en dos años, prácticamente el tiempo que cuenta desde que la compañía superó su concurso de acreedores. ¿Siguen respondiendo los accionistas?

Respuesta (R). Ciertamente, pensamos que va bien, pero en este periodo de suscripción preferente para antiguos accionistas es complicado tener referencias, ya que casi todo el mundo da las órdenes en el último momento. Sin embargo, la negociación de los derechos está marcando una media superior a la de la anterior ampliación; un dato que nos permite ser optimistas, ya que las dos operaciones previas se cerraron con éxito.

P. ¿Acudirán los accionistas de referencia de la compañía? ¿Y usted?

R. Tanto Félix Revuelta como Sabino García Vallina han manifestado su intención de acudir y respaldar la ampliación. El presidente de Naturhouse, incluso ha expresado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) su compromiso a suscribir más de lo que le correspondería por su participación. Yo también acudiré, a otro nivel por mi participación mucho más reducida. Asimismo, entiendo que otros consejeros suscribirán acciones en la medida de su inversión.

P. Con este panorama, ¿cree que hará falta llegar a la ronda de asignación discrecional?

R. Entendemos que las condiciones de la ampliación son buenas, lo que ha provocado este apetito. Estamos pensando que en la segunda vuelta se podría adjudicar el exceso no colocado en la ronda inicial, ya que incluso frente a precios de mercado la operación ofrece de por sí rentabilidad latente. Además, estamos convencidos de que hay potencial alcista una vez se vaya implementando el plan estratégico. En cualquier caso, y como es habitual para estas operaciones, hemos fijado una tercera ronda en la que podrían entrar nuevos inversores.

P. Habla de la rentabilidad latente que aporta la emisión sin prima, ¿no habría sido más eficiente para la ejecución del plan estratégico contar con el dinero extra de un precio más elevado?

R. Hemos vuelto a apostar por este modelo pensando en el accionista. Nos parecería discriminatorio que los que apoyaron a Sniace en 2016 y 2017 hubieran gozado de condiciones más favorables que los de ahora, cuando estamos trazando un plan de relanzamiento que supone casi crear una empresa nueva. El único objetivo es conseguir los volúmenes de capital necesarios para acometer la inversión necesaria para cumplir nuestra estrategia con horizonte 2020. Nada de lo que se capte irá para el pago de deudas.

P. ¿Cuáles son las claves de este plan estratégico para el que reclama la contribución de los accionistas?

El sector de fibras está teniendo un desarrollo muy importante, con áreas de aplicación muy diversas. Una de ellas es como sustitutivo del algodón en la industria textil, área en la que están centradas las fábricas de China. Nuestro objetivo es posicionarnos en productos de alto valor añadido -donde también se incluyen las fibras ignífugas- para conseguir una mejora sustancial de los márgenes, del beneficio de explotación y una mayor agilidad den la reducción de la deuda.

Dentro de este vuelco que afecta a todas las áreas de la compañía, la principal novedad está en la `celulosa dissolving¿ para su uso en toallitas higiénicas no contaminantes. Es un sector con muy poca oferta para el que se estima un incremento anual de la demanda del 6% hasta 2020, sin contar con la introducción de nuevas medidas ambientales que afectarán negativamente a las toallitas comunes de poliéster.

Tenemos la suerte de que uno de los cuatro únicos fabricantes que hay en el mundo es Papel Aralar, situado a 200 kilómetros de nuestra planta de Torrelavega. Hemos firmado un acuerdo de colaboración y suministro con ellos que nos permite aprovechar esta oportunidad única.

P. El peso de la deuda financiera sigue siendo significativo en el balance de Sniace, ¿cómo van los compromisos de deuda concursal?

R. La deuda concursal se sitúa en 82 millones de euros actualmente. Con el grueso de sus titulares se han alcanzado acuerdos que se están cumpliendo con normalidad. Solo quedan por resolver los capítulos del Fogasa y de la Confederación Hidrográfica del Cántabrico. En ambos casos, se trata de deuda sujeta a litigios que aún no se han cerrado, por lo que hasta que no esté fijada la cantidad final no se puede proceder a acuerdos.

En el marco del plan estratégico, los ingresos por 100 millones de euros que estimamos para 2020 tendrán un margen sobre Ebitda del 20%, que entonces prevemos que haya pasado de los números rojos actuales a 20 millones en positivo. Con todo ello, la ratio de deuda sobre Ebitda se habrá reducido a 2,6 veces si se cumplen nuestros objetivos.

P. En el actual contexto de tensiones comerciales y económicas, ¿son realistas estas metas?

R. Somos una empresa global, con clientes repartidos por todo el mundo y una decidida apuesta por productos de alto valor añadido. Es un plan muy ambicioso, pero estamos convencidos de él. Exportamos un 95% de nuestra producción, y aunque nos preocupa el clima de guerra comercial porque supone modificar las reglas del juego que conocemos, para Sniace puede abrir una ventaja estratégica. EEUU compra a China mucha fibra textil, que perdería competitividad si se le fijan aranceles, con lo que nuestro producto ganaría atractivo.

No se sabe por dónde pueden ir los tiros, pero se pueden crear oportunidades y estaremos atentos para aprovecharlas bien.

P. También es este un momento de profundos cambios en regulación energética y medioambiental. ¿Cómo afronta Sniace estas novedades?

R. Ya cumplimos las normas más exigentes de la Unión Europea en cuanto a nuestra actividad de cogeneración eléctrica. Al cumplimiento de estos parámetros fue dirigido el capital obtenido en la ampliación precedente. Esto hace que nuestras instalaciones tengan mucho futuro. De hecho, la estadounidense General Electric nos ha puesto como modelo de transición y adaptación.

Por otra parte, las medidas de protección medioambiental han provocado que muchas fábricas de sosa caústica, una de nuestras materias primas fundamenteales, hayan echado el cierre. Como resultado, su precio se ha disparado de los 300 dólares por tonelada a más de 900 dólares. En este sentido, estamos estudiando su reemplazo por carbonato sódico o hidróxido de potasio, entre otros compuestos, siempre y cuando sea posible. Esto requerirá por nuestra parte una pequeña inversión de ajuste que se compensará por el posterior ahorro en costes de producción.

P. ¿Se ha alcanzado ya el 100% de la capacidad productiva de Sniace, como estaba previsto para el cierre del segundo trimestre?

R. Aún no, porque teníamos una limitación medioambiental. Dentro del proceso de recuperación de emisiones necesitamos que las bacterias que descomponen estos residuos hayan alcanzado una masa crítica de desarrollo, en función de la cual se establece qué capacidad puede poner en funcionamiento la fábrica. Actualmente, estamos en torno al 70% pero esperamos que en en cuestión de semanas estemos totalmente operativos.

P. En el plan estratégico no se habla de retribución al accionista, ¿será pronto todavía en 2020?

R. Estamos centrados en la transformación de la compañía, su mejor rendimiento y la reducción de su deuda. Una vez que se cumplan estos objetivos, se podría plantear. De momento, vamos a por la mejora de márgentes y la bajada del endeudamiento.

P. Antes ha hablado de la rentabilidad latente que ofrece esta ampliación cuya primera ronda termina este viernes. ¿Tiene miedo a una desbandada de oportunistas tan pronto como reciban sus nuevos títulos?

R. La experiencia de las otras dos ampliaciones nos dice que esto no ocurre a pesar de contar con ratios similares. La mayoría de nuestro accionariado es de medio y largo plazo, no cortoplacista, lo que no quita para que haya unos primeros días de más ventas y caídas, que suelen ir seguidos de cierta remontada del valor en bolsa.

P. ¿Y tiene Sniace un valor adecuado de cotización?

R. Se suele decir que el mercado es soberano y que no se equivoca, pero mi impresión es que en este caso está pesando más la incertidumbre que las expectativas de futuro. Cuando una compañía se reinventa cabe la posibilidad de que haya una sobrevaloración de su potencial o que no se entienda bien el proyecto. Estamos en el segundo caso, debido también a que hace poco salimos de un complejo proceso concursal y a que los niveles de inversión que nos disponemos a afrontar son abultados para nuestro tamaño.

Aunque en el folleto de la ampliación obligan a ponerlo todo -lo probable, lo improbable, lo que puede suceder e incluso lo que no puede suceder-, la mayor prueba de mi convicción con los hitos que nos hemos marcado en Sniace es que voy a acudir.