El desperdicio alimentario es un desafío para toda la sociedad. Desde la distribución firman acuerdos para donar los sobrantes, utilizan datos para reducir el stock; en hostelería, cada vez es más común ofrecer al consumidor que se lleve a casa la comida que no se ha terminado. ¿Y en los hogares? “Sentido común”.

Así de contundente se ha mostrado Gema Escrivá de Romaní, directora general del Banco de Alimentos de Madrid. Y es que las cifras certifican que los consumidores tienen que actuar. Los españoles desperdiciamos 25 millones de kilos de comida a la semana, según datos de de la dirección general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación presentados en una jornada organizada por Soziable.

Además, pese a la conciencia medioambiental de los más jóvenes, son los milenials quienes más comida tiran. Al contrario, las personas mayores aprovechan mejor los alimentos y tiran menos. Las frutas y verduras frescas son los alimentos más perjudicados en el desperdicio alimentario, seguido de los derivados lácteos. 

Ante estos datos, José Miguel Herrero Velasco, director general de la Industria Alimentaria, insiste en la necesidad de concienciar sobre el valor de los alimentos. Y es que, según Herrero, una de las explicaciones sobre el desperdicio alimentario entre los más jóvenes es que "no asocian el tirar alimentos con su repercusión en el medio ambiente".

Para romper con esa realidad, desde Agricultura subrayan la importancia de "recuperar el valor de los alimentos". De la misma forma, creen que una "planificación o disposición de los alimentos llevaría a un mejor aprovechamiento" de estos. De hecho, cree que la recuperación del consumo fuera del hogar también explica que el desperdicio alimentario haya crecido un 0,3% entre 2017 y 2018.

El problema está en la restauración

Desde el Banco de Alimentos señalan que la distribución “está trabajando muy bien” en erradicar este problema y que de hecho, “están surgiendo iniciativas como Too Good To Go -una app que permite comprar los excedentes de restaurantes y tiendas- que demuestran que están cambiado cosas”. Sin embargo, subraya que “los cambios llevan tiempo” y que el problema es mayor en la "restauración".

"Antes era vergonzoso pedir llevarte la comida en un tupper, ahora lo que da vergüenza es dejar la comida en el plato", describe Escrivá de Romaní.

Desde el punto de vista de la distribución, Eva Muñoz, coordinadora del Programa de Prevención y Distribución del Desperdicio Alimentario del El Corte Inglés explica como los grandes almacenes ha incorporado "herramientas que ayudan a reducir stocks, intentando reducir la generación del desperdicio y también evitando que ese desperdicio afecte al medio ambiente".

En definitiva, se trata de un problema que se está atajando desde diferentes ámbitos pero donde todavía queda un camino por recorrer. Desde Agricultura adelantan que en 2020 lanzarán una campaña para "poner el foco en los consumidores y la prevención del desperdicio alimentario".

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