Bruselas

La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, reclama a la Unión Europea acelerar al máximo los plazos para aprobar los planes de inversión y reformas de los Estados miembros y comenzar cuanto antes el desembolso de las ayudas del fondo de reconstrucción de 750.000 millones de euros.

El Gobierno de Pedro Sánchez tiene previsto enviar a Bruselas su plan "en las próximas semanas" y espera que se apruebe en junio, de forma que el dinero empiece a llegar a España antes de la pausa veraniega. En total, nuestro país aspira a recibir 140.000 millones de euros, pero el dinero podría volver a retrasarse por los escollos pendientes, en particular el retraso en la ratificación en Alemania, Holanda y Polonia.

"Va a haber bastantes Estados miembros que vamos a insistir en la urgencia y en la necesidad de que se aprueben cuanto antes estos planes de recuperación. ¿Por qué? Porque evidentemente necesitamos que este estímulo se inyecte dentro de nuestra economía lo antes posible, que impulsemos la reactivación que se va a producir en la segunda parte de este año", ha dicho la vicepresidenta económica en declaraciones a la prensa antes de participar en una videoconferencia del Ecofin consagrada a la puesta en marcha del fondo Next Generation UE.

Calviño ve imprescindibles las ayudas europeas para "dar un impulso muy significativo a la inversión que nos permita también recuperar la caída de la inversión, tanto pública como privada, que se ha producido desde que estalló la crisis financiera". "A las carencias que venía arrastrando España se ha unido el impacto negativo de la pandemia y no tenemos tiempo que perder para conseguir que estas inversiones lleguen a la economía real", ha insistido.

La vicepresidenta económica asegura que el plan español de inversión y reformas, la condición que exige la UE a cambio de las ayudas, es el "más avanzado" entre todos los Estados miembros. Ahora mismo se están finalizando los últimos "flecos" pendientes, que se refieren al calendario de las reformas y a estimaciones de costes. "Cuestiones de detalle, pero que son muy laboriosas", sostiene Calviño.

Aprobación en junio

Una vez se envíe a Bruselas, la Comisión Europea dispondrá de un plazo de dos meses para ponerle nota. La evaluación se transmitirá entonces al Ecofin, que contará con otro mes adicional para aprobar (o no) definitivamente el plan. España y otros países como Francia reclaman al Ejecutivo comunitario que acelere este calendario, ya que llevan negociando desde otoño pasado. Pero en su intervención en el Wake up, Spain! de EL ESPAÑOL, su vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, anunció que se atendrá al calendario previsto.

El otro gran escollo para la llegada de los fondos europeos es el retraso en la ratificación de la norma que permitirá a Bruselas emitir deuda común para financiar los planes de reconstrucción. De los 27 Estados miembros, hay 10 que todavía no han completado los trámites. Los más problemáticos son Polonia, Holanda y sobre todo Alemania, cuyo Tribunal Constitucional ha paralizado la aprobación.

Calviño asegura que no hay ningún plan B si el Constitucional alemán tumba definitivamente el Next Generation UE y se muestra confiada en que la ratificación se completará en los plazos previstos. "Yo confío en que se puedan mantener los plazos, que los planes de recuperación se aprueben con esa fecha límite de junio y que en la segunda parte del año empiecen a fluir esos fondos. Pero eso no nos frena en cuanto al despliegue del plan en nuestro país", ha explicado.

En este sentido, la vicepresidenta del Gobierno ha recordado que los presupuestos de este año incluyen una partida de inversiones por valor de 27.000 millones de euros que adelanta los fondos europeos. Si las previsiones de Calviño se cumplen, España recibiría de la UE un anticipo de alrededor de 9.000 millones de euros en julio y un segundo tramo de 16.000 millones a final de año porque según sostiene muchas de las reformas comprometidas ya se han realizado. Si hay retrasos, el Gobierno deberá asumir estas cantidades con deuda.

Calviño ha anunciado además que el Gobierno rectifica sus planes originales que consistían en pedir primero las subvenciones a fondo perdido de la UE (70.000 millones de euros) y dejar para después de 2023 los préstamos a devolver (otros 70.000 millones). Al final, España empezará a solicitar los créditos blandos que le corresponden a partir de 2022 para financiar mecanismos como los nuevos ERTE y ayudas a empresas.

La vicepresidenta económica ha vuelto a insistir en que "no es el momento de subir los impuestos hasta que tengamos una recuperación clara y fuerte" porque "la prioridad es recuperación del empleo". Calviño niega además "disensiones internas" en el Gobierno entre el PSOE y Podemos sobre la reforma laboral, prioritaria para Bruselas. Las cuestiones más urgentes (como la digitalización del Servicio Público Estatal, el plan de choque contra el paro juvenil o los nuevos ERTE) están previstas para la segunda mitad del año.

Noticias relacionadas