A pesar de que la vuelta a la actividad en el verano ha frenado la sangría del empleo provocada por la Covid, el final de la temporada estival amenaza con disparar los despidos. Las empresas preparan importantes reestructuraciones de personal y los despachos de abogados trabajan en numerosos expedientes de regulación de empleo (ERE) para los próximos meses.

De hecho, los primeros despidos ya se están produciendo. La pasada semana, Sacyr Fluor notificó a 153 trabajadores la extinción de sus empleos a través del ERE que se terminó de cerrar en agosto. Y será el primero de muchos.

Así lo indican fuentes de los despachos de abogados, que precisan que sus áreas laboralistas están trabajando en esta línea. Uno de ellos es Ceca Magán. “Varios clientes están planificando una reestructuración de costes de personal, y algunos de ellos se verán obligados a presentar un despido colectivo o ERE a final de ejercicio, o principios del siguiente”, explica Enrique Ceca, socio director del área laboral de este bufete.

Una oficina de empleo.

De esta situación no están libres las empresas en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). “Según nuestros ratios internos, estimamos que entre un 5% y un 15% de los afectados por los ERTE que hemos gestionado se podrían ver afectados por despidos, siempre que no exista un cambio en la tendencia del negocio que se prevé hasta final de año”, apunta Ceca.

De hecho, el Consejo General de Gestores Administrativos ya ha alertado de que 52.000 empresas pueden verse obligadas a transformar los ERTE en ERE, provocando el despido de unas 300.000 personas.

Decisiones del Gobierno

Ahora mismo, todo descansa en el Gobierno y la decisión de ampliar los ERTE excepcionales. Pero la clave no está en que se apruebe extender el periodo de vigencia de los mismos (tanto sindicatos como patronal y el Ministerio de Trabajo están de acuerdo en esto) sino en las condiciones en las que se haga dicha ampliación.

Cabe recordar que los ERTE, además de asegurar una prestación a los trabajadores afectados, permiten a las empresas exonerarse de pagar cotizaciones sociales hasta un límite, dependiendo de cada caso. Valentín Bote, director de Randstad Research, cree que “si se prolongan los ERTE pero a cambio de unas ayudas económicas a la cotización menos generosas que las actuales, puede que las empresas vayan directamente a despidos, si son pequeñas, o a un ERE, si son más grandes”.

Celebración de la Mesa de diálogo social en la sede de la Presidencia del Govern balear, en Palma de Mallorca,.

En cualquier caso, no es descartable un aumento de ERE con carácter generalaunque se mantengan las exoneraciones, considera Bote. Cuando las empresas optaron por los ERTE excepcionales, que se pusieron en marcha en marzo por el estado de la alarma, fue porque se planteó que la situación económica iba a ser "transitoria" y que la ‘normalidad’ volvería en un lapso breve de tiempo.

“Cuando el impacto de la pandemia se prolonga y de manera estructural se produce una pérdida de negocio, esta figura no tiene sentido. El ERTE está asociado a la transitoriedad. Si como empresa has perdido el 30% de tu volumen de negocio, y no se va a recuperar de la noche a la mañana, lo que surge de manera natural es recortar la plantilla. Por eso en otoño, nos iríamos a un aumento de los ERE” aunque se mantuvieran las condiciones de los ERTE. 

Septiembre “interesante”

Bote admite que ha oído hablar de los movimientos de las empresas para hacer ERE. Dependiendo de cómo quede el cuadro de ayudas económicas de los ERTE, considera que tomarán una decisión u otra, y ya se están preparando para ello.

Sin embargo, en materia de empleo, el pronóstico del mercado laboral no depende únicamente de la negociación que todavía tienen que celebrar sindicatos, patronal y Gobierno. “Septiembre es un mes en el que vamos a tener cosas interesantes. Por un lado, algunos sectores se reactivan, como el educativo. Pero tenemos la inquietud de lo que le va a pasar al sector de hostelería”.

Según apunta el analista, “en muchas zonas de España se está adelantando el cierre de temporada y no se va a esperar a que termine el mes. Esto puede tener consecuencias negativas para el empleo. En un año normal, en septiembre el sector turístico empieza a desacelerarse. Pero ahora toda esa desaceleración puede colapsar en un único mes. Podemos tener unos datos muy malos para el empleo”. 

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